Parte 4

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Terminó la cena, todos se dirigieron a la sala común, camine por los pasillos hasta llegar a uno de los jardines eran algo tétricos pero reconfortantes, tome una manta y la coloque en el suelo, me recoste sobre ella con la mirada en el cielo, pasaron algunos minutos cuando mi visión fue interrumpida por una alta sombra.


-No es muy tarde para estar afuera?-interrogo el rubio

-Podría preguntarte lo mismo-dije con algo de arrogancia

-De acuerdo niña, tu ganas y ya que entraras aquí un rato supongo, me quedaré contigo-se recostó junto a mi

-Esta bien, supongo-

-Me presento, soy Draco Malfoy-tendió su mano.

-Un placer Malfoy-Dije mientras me incorporaba-T/N Grin...-interrumpió

-Todos en Hogwarts saben quien eres, Grindelwald-

-Mejor para mi-

-Dime Grindelwald, por que te expulsaron de beauxbatons?-

-Como sabes que me expulsaron?-Cuestione al rubio

-Los rumores corren-se encogió de hombreos

-Debí saberlo-rodé los ojos

-No contestaste mi pregunta-

-Le lance un crucio a una maestra-Dije restándole importancia

-Hablas en serio?tuviste suerte, pudieron enviarse a azkaban-dijo finalmente

-No me importaría , no es como que me quede mucho aquí-

-Lo dices por tus padres?-cuestiono el chico junto a mi

-En parte sí-

-A qué te refieres?-

-Que? No a nada-dije evadiendo el tema


Pasamos un par de horas más platicando sobre mi familia, su familia, la escuela, finalmente llegaron las doce de la noche, de un momento a otro dejé de escuchar su voz, mi visión se volvió borrosa y finalmente se apagó, no estoy segura de cuanto tiempo paso, cuando sentí una mano toco dulcemente mi mejilla, después de un momento toco mi hombro con suaves movimientos haciéndome despertar, al escucharlo decir   -Hey, despierta tenemos que ir al dormitorio, vamos o me harás cargarte -   Al escuchar eso, le tome la palabra, enrosque mis brazos alrededor de su cuello-Está bien pero tu sola subirás a tu habitación de acuerdo?-


Asenti, sentí como tomaba en sus brazos y me levantaba, comenzó a caminar por los pasillos, yo solo recargue mi cabeza en su pecho, escuche como su corazon latia a mil por hora, finalmente llegamos a la sala común, al entrar se dirigió al gran sillón de cuero, se sentó dejando me sobre su regazo, aún tenía los ojos cerrados, decidí dejarlos así, sentía su vaga respiración en mi cara, sentía sus manos sosteniendo mis piernas, así evitando que me cayera sentía sus grandes manos sosteniéndome. 

Un voto y sigo.     

GrindelwaldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora