2.1 Año nuevo...

3 2 1
                                    


31 de Diciembre del 0156. Faltaban unas cuantas horas para el año nuevo, todos estaban en casa de Tim que se encontraba con exceso de adornos navideños. Había una mesa larga con muchísimas botanas, todos vestían abrigadoramente pues hacía frío.

— ¡Zuley! ¡Por favor! ¡Devuélveme el tazón de papas!—Pedía Iker, tratando de quitárselo de las manos, pero era obvio que sus fuerzas no tenían comparación.

— ¡Jajaja nooo! ¡Quítamelooooooo!—Ella le sacaba la lengua burlonamente, y seguía sin cederle el plato.Todo era armonía en el hogar, incluso la tía de Maney y el papá de Suemy habían asistido.

— ¿Cómo es que acabaron las cosas entre Zuley y tú, Tim?—Suemy no se aguantó las ganas de preguntar, se encontraba en un sillón junto a él.

—Verás...—Tim iba a explicarle con una sonrisa.

Flashback

— ¡Zuley! ¿Qué haces en mi casa?—Tim abrió la puerta ya que había escuchado el timbre sonar, pero se asombró por completo al ver a Zuley frente de él.

—No me interesa si me odias... O si vas a golpearme o gritarme después de esto, perotengo que decirte...—Ella estaba completamente decidida, tenía mucha disposición en sus ojos; tomó a su compañero de los hombros hasta pegarlo a su pecho, abrazándolo muy fuerte. —...Que Tim, yo te quiero mucho. Eres mi amigo y yo no te supe valorar...—Decía abrazándolo cada vez con más fuerza. —Perdóname. He sido una mala persona contigo, tú no lo mereces...—Dijo suavemente, separándolo de ella con gentileza y pasando su mano por la cabeza de Tim, deteniéndose en su mejilla.

—Pues...—Tim no supo contestar, la miraba a los ojos, nervioso. Zuley le sonrió y se acercó para besar suavemente su mejilla. — ¡Ahh! ¡De acuerdo, de acuerdo! ¡Te perdono! ¡Ya vete! ¡Pero regresas en año nuevo!—Le gritó brillando de rojo.

—Jiji gracias Tim... ¡Claro que sí!—Sonrió de nuevo, e iba a inclinarse para besarlo otra vez.

— ¡Déjalo así! ¡Ya no me beses!—Tim se sacudía, ocultando su cara ruborizada.

Fin del Flashback


—Entonces... Sólo porque besó tu mejilla la perdonaste. —Suemy planteó.

— ¡No! ¿Qué no escuchaste la historia?—Tim se quejaba, ruborizado.

—Por eso lo digo...—Se alzó de hombros. 


En otra parte de la casa, no muy lejos de donde Tim y Suemy...

— ¿Por qué me obligas a hacer esto?—Lloriqueaba Dulce, muy incómoda.

— ¿Por qué? ¡Destrozaste mi última y nueva guitarra!—Contestó Trux, enfadado.

—De acuerdo...—Dulce puso su mano sobre una de las columnas de la casa. En ese momento, Maney caminaba hacia la cocina y curiosamente tenía que atravesar por donde se encontraban los dos hermanos.

— ¡Ahora! ¡Dulce!—Marcó Trux y en ese momento Dulce recargó más su mano sobre el muro, una pequeña ramita de muérdago creció en el techo sobre la cabeza de Trux. — ¿A dónde vas?—Trux interceptó a Maney, con una pequeña sonrisa malvada.

—A la cocina...—Respondió.

— ¡De acuerdo, pero tienes que besarme primero!—Dijo, acercándose a ella un poco.

— ¿¡Qué?! ¡¿Por qué?!—Ella retrocedió, sorprendida. Trux le señaló discretamente el muérdago que colgaba bajo ellos. Ella lo miró y quedó en shock por unos momentos, luego volteó a ver a Trux con ojos enfadados.

— ¿Qué? No creerás que lo puse ahí apropósito ¿Verdad?—Trux se disculpaba, cruzándose de brazos.


— ¿Cómo te fue, hermanito?— Preguntó Dulce muy interesada después de unos minutos, pues ella prefirió dejarlos solos.

—Digamos que... Mantengo la esperanza de que algún día se me haga realidad. —Le dijo con una sonrisa a medio ver ya que un puño estaba marcado en la mitad de su cara.



Y en el balcón de la casa...

—No me gusta fumar, puede ser muy dañino para la salud...—Trini les advertía.

— ¡Es año nuevo! La ocasión lo amerita ¿No crees Tristán?—Derek prendía un cigarrillo.

—Supongo... Pero tampoco soy muy aficionado. —Tristán sujetaba la cajita de cigarros, leyendo el paquetito. Finalmente, en el comedor estaban la Sra. Abi, Lyon y el papá de Suemy...

—Así que usted se llama Harold...—La Sra. Abi le hacía conversación.

—Sí...—Respondía gentilmente, ayudando a poner la comida sobre la mesa. —Harold Gaona, para servirle.

—Mucho gusto Señor Harold, mi nombre es Lyon Faure. —La tía de Maney se presentaba.

—El gusto es mío, veo que su hermana se parece mucho a usted...—El papá de Suemy veía que entre Maney y Lyon había parecido.

— ¿Mi hermana?—Lyon se extrañó por aquel comentario. —Maney es mi sobrina, pero muchas gracias por el cumplido.

—Es que ustedes dos se ven muy jóvenes. —Explicaba Harold. — ¿Sería mucha indiscreción saber su edad?

—Claro que no, yo tengo 28 años...—Le dijo Lyon con ligereza.

—Yo...—La Sra. Abi titubeó un poco, dejó escapar un pequeño suspiro y luego agregó. — Yo tengo 30...—Harold se quedó callado un momento, era una mamá muy joven. Lyon tosió un poco para cortar el silencio incómodo que se había formado y cambió el tema:

—Está haciendo mucho frío, creo que debemos hacer mucho ponche...

—Tienes razón Lyon, debemos hacerlo...—Abi reaccionó de golpe, metiéndose a la cocina para comenzar a picar y preparar todo en el ponche. Lyon la siguió, mientras Harold continuaba acomodando las cosas afuera de la cocina.

—No tienes de qué avergonzarte Abi...

—...No me avergüenzo pero me hace recordar...—Abi volteó a verla, con mucha tristeza.

—Ya déjalo atrás, no tienes por qué seguir con eso en tu cabeza.

—Es que no puedo hacerlo. Yo quiero dejarlo atrás y luego me alcanza. Primero con Maney, ahora ellos...—Balbuceaba, con lágrimas contenidas señalando a través de la puerta a todos los amigos de Tim, con Trux y Dulce en primer plano.

—Y que lo digas...—Suspiró. —Traté de que ella tuviera una vida normal pero sus viejos hábitos a veces salen a flote. Temo que un día no pueda controlarse...—Lyon le comentó mucho más seria y preocupada. —Yo no nací para esto, esta no es mi vida...—Confesó, sentándose en una silla. —No es justo... ésta no era mi carga...

—...—Abi era la ahora no sabía qué decir, sintiéndose mal por haberse quejado después de escuchar un quejido peor...

Memories 4 - Algo se ha quebradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora