¡Año nuevo está a la vuelta de la esquina! Y no sólo eso, sino que otro semestre comienza en la escuela nivel medio superior 222 y también los entrenamientos de magia. ¿Qué sorpresas aguardan a nuestros amigos esta vez? Porque está claro que siempre...
Trux dejó de tocar. Tranquilamente dejó la guitarra a un lado, miró a Maney quien tenía cabeza baja y su mirada gacha. No sabía si eso era una buena o mala señal, así que trató de no imaginarse lo peor y antes de que su mente se llenara de inseguridades y miedos a causa de su lanzada manera de insinuar sus sentimientos hacia ella, optó por enfrentar la situación y le preguntó con mucha prudencia y amabilidad:— ¿Te gustó?—Se acercó más a ella, apoyando sus manos en la cama y esperando su respuesta con mucha ilusión. Pero los segundos pasaron y no obtuvo una contestación, lo que llegó a hacerlo sentir más inseguro de la situación. Aun así, prefería saber la verdad y estaba dispuesto a aceptarla por dolorosa que fuera.—Uhm... Maney ¿escuchaste lo que te dije?
— ¿Eh? ¿Qué?—Pero tal vez todo se resumía a que Maney ni siquiera lo había escuchado. Pareció salir del trance en el que estaba. Entonces Trux repitió:
—La canción... ¿Te gustó?
—Ah, pues sí...—Dijo ella, volviendo a mirar hacia abajo con la cabeza agachada.
—Pensé que ya habíamos superado el momento de tensión...—Dijo Trux, un poco preocupado ¿Sería acaso que se pasó de intenso? Esaduda acosaba a Trux en su cabeza. A veces su apasionada manera de ser era algoque le traía muchos problemas, temía que ésta fuera otra de esas veces. —Tu corazón late muy rápido...—Gracias a su magiaacústica, para él era fácil percibir pequeños sonidos. Inclinó su cabeza hacia el corazón de Maney, para escuchar mejor. — ¿Te encuentras bien?
—Claro que sí... ¡Estoy bien!—Maney parecía volver en sí, sacudió y alzó su cabeza enérgicamente. Al mismo tiempo que Trux, y en ese instante sus rostros se encontraron, a una distancia muy corta en realidad. Había sólo centímetros de diferencia...
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Trux se percató de que al estar tan cerca, los latidos de Maney se hacían más intensos. —Disculpa...—Le dijo, tomando distancia de Maney muy preocupado. —No era mi intención...—Pero Maney no decía nada. De nuevo, se había quedado en una especie de pasmo. —De verdad perdona si te asusté o algo parecido... Porque lo que menos quiero es que te sientas incómoda conmigo. —Se disculpó, levantándose de la cama, estaba apenado, porque creyó que Maney estaba intimidada por aquel encuentro; cuando la razón, podría ser lo contrario.
—...No. —Apenas pudo balbucear. —No es eso...
Trux suspiró con mucho alivio y sonrió cautelosamente. Desvió su mirada a la ventana y le comentó. —Ya se ha hecho de noche y estoy solo contigo en la habitación. Creo que no es muy prudente y no quiero que tu tía piense mal o se preocupe porque estás con alguien que ella acaba de conocer.
— ¿Entonces ya te vas?—Le preguntó ligeramente triste, poniéndose de pie también.
—Sí...—Respondió, suspirando. —Me gustó mucho visitarte, y me alegra saber que estás bien...
—...—Ella se había quedado sin habla, pero asintió con la cabeza.
—Y de nuevo disculpa por haber... Ya sabes, no quise incomodarte o asustarte conmigo tan cerca de ti. —Volvió a disculparse. Caminó hacia la puerta del cuarto y salió de la habitación, después atravesó la sala junto con ella y finalmente salió del apartamento. Maney volvió a su cuarto, se sentó en su cama, mirando hacia la puerta, después miró hacia donde Trux le había cantado.
— ¿¡Qué rayos fue eso!?—Su voz y su carácter habían vuelto, quedó completamente desconcertada y confundida por la reacción de hace un momento. — ¿Por qué no pude hablar? ¿Por qué no pude moverme? ¿¡Por qué mi corazón latió tan rápido y me sentí tan nerviosa?!—Comenzó a reprocharse, sin comprender lo que le había sucedido...
