Después de ver a Lisa Lisa, fueron a su mansión, Wendy y Caesar estaban más que felices.
Lisa Lisa le explicó todo el entrenamiento que debía hacer Joseph y le coloco una máscara como si fuera un perro ladrador.
Joseph: ¡Oh no! Mis dientes se van a pudrir...
Lisa Lisa: solo se te quitara para comer y lavarte los dientes.
Joseph: ¿¡que?! ¿¡también tendre que dormir con esto?!-decia mientras intentaba quitárselo.
Lisa Lisa: vamos, no seas tan chiquillo, Caesar no rechisto.
Al oir esto, Joseph se puso recto y miro a Caesar.
Joseph: A mi tampoco me importa.
El italiano se río por lo tonto que era el británico.
Sono la puerta.
Lisa Lisa: puedes entrar Suzie.
Entro una chica hermosa, de ojos azules y cabellos dorados.
Suzie Q: ¡me alegro veros chicos! -saludo a Wendy y Zeppeli.
Joseph: ¡Oh my god...! ¡por lo menos hay una chica joven más guapa que Wendy!
Wendy le dio un calbotazo a la cabeza del moreno.
Wendy: ¡serás...! ¡pues sera la genética británica, porque tu tampoco eres muy guapo!
Joseph:¿Queee? ¡¿esque acaso no te acuerdas de mis labios bonitos!?
Suzie se sonrojo por el alago y se reía por la tonta pelea.
Suzie: ¡Venga tranquilos, no pasa nada de verdad...! Tampoco soy tan bonita. .
Joseph: ¡claro que no, eres hermosa, preciosa, bella! ¡como yo!
Caesar: Tsk... sí, será genética británica, porque mira los italianos, somos puras esculturas romanas. -dijo posando leve y poniéndose al lado de Suzie, dejando claro que eran más bonitos que los dos británicos.
Joseph: p-pero... ¡¿de que vas Caesar ehh?!
Wendy: v-vaya yo pensaba que te parecía guapa de verdad C-Caesar... -dijo poniéndose algo triste.
Caesar: Y-yo, solo era broma...
Joseph: ¿¡y tu porque te pones triste porque te a llamado Caesar fea eh!? -decia celoso.
Wendy: ¡¡oye que a ti también te lo a dicho!! Además ¿no era que era fea? ¡que te importa como me ponga!
Lisa Lisa: Dejar de discutir por eso, mañana por la mañana Caesar y Joseph, tenéis que subir los dos una torre llena de aceite. -dijo saliendo de la sala.
Al dia siguiente, fueron a entrenar Joseph y Caesar y de mientras, Wendy estaba con Suzie preparando la comida.
Suzie: ¿tu crees que de verdad le gusto a Joseph?
Wendy: yo creo que se lo dice a todas.
Suzie: me parece muy tierno -se acariciaba sus mejillas
Wendy:lo que tu digas, para mi solo es un bobo más. -decia mientras cortaba patata.
Suzie: ¿solo porque te dijo fea?
Wendy: ¡no es eso, esque..! Bueno, quizás sí...
Suzie: tranquila, yo creo que Caesar si te quiere de verdad.
Wendy se sonrojo de inmediato.
Wendy: ¿p-por te a dicho algo?
Suzie nego la cabeza y añadió: no, pero se nota.
La de cabellos desordenados pensó en lo que había dicho.
Pasaron las horas y salieron por fin los dos chicos.
Wendy fue corriendo a abrazar a Caesar, solo por lo que le había dicho Suzie en la cocina esta mañana.
Joseph: ¡oh claro, solo el salio solo...! ¡que yo también! -se quejaba.
Wendy lo ignoraba cosa que cabreaba más al moreno.
Suzie: ¡enhorabuena para los dos! -sonrio alegre.
Joseph: al menos tu si me felicitas... -decía mientras seguía mirando como el italiano y la británica estaban juntos.
En la cena, Joseph se intentó acercar a Wendy, pero ella se iba, o le ignoraba o básicamente no podía hablarla porque estaba con Caesar.
Fue cuando Wendy se dirigió al baño cuando el moreno se sentó enfrente de Caesar.
Joseph: ¿acaso os habéis compinchado para dejarme atrás?
Caesar: ¿De que hablas? - decia dando un sorbo a su vino.
Joseph: Ya sabes, Wendy no me habla...
Caesar: Tú sabrás que rollos te llevas con ella... además ¿no era que tu abuelo era caballero? Demuéstralo.
Joseph: ¡eh! ¡yo soy yo! ¿Me estas diciendo que no se ligar?
Caesar:lo que no entiendo porque te molesta, ¿es solo porque esta conmigo, y por ser yo estas asi?
Joseph: ¡oye, yo me respeto, señor espagueti y come pizza!
Caesar se reía.
Parece que esa noche iba ser bastante larga.
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(Joseph Joestar x Lectora)
AventuraEn 1938, a comienzos casi de la Segunda Guerra Mundial, viven aventuras y acontecimientos, siendo una travesía difícil porque deben de enfrentarse al liniaje de los Joestar y vivir las terribles dictaduras. Wendy Rider simple periodista el destino l...