CAPITULO 9

692 38 1
                                    


Jade

-Tomoe ya que tienes cosas que hacer aprovechare para comprar unas cosas e iré a la casa para darle una vuelta- bajo los escalones de la entrada y Tomoe estaba hablando con un señor

-Disculpe ya vengo. Segura Jade, no quieres que te acompañe o algo, no tardaré mucho-se preocupa por mí, pero no es necesario

-Quédate, te llamaré cuando venga por ti-

-Bueno nena, te veo al rato- solo le sonrío y subo a la camioneta

Quiero ir a la casa que era de mi madre aquí en ciudad de México, casi nunca vengo a la casa no sé por qué. Mi madre decía que en esta casa fue donde pase toda mi infancia, desde que era bebe hasta que nos mudamos a San Luis, pero yo no recuerdo nada de esta casa ya les dije mi último recuerdo es Tomoe y yo jugando, pero ya estábamos en la casa de San Luis.

Al llegar me recibe Alfredo él es quien cuida la casa y la mantiene en condiciones.

Vaya la última vez que había venido fue con mi madre a buscar unos papeles y ahora que regreso sin ella me da un poco de tristeza. No sé exactamente que busco, solo quiero encontrar algo de mi infancia, algo que me traiga recuerdos quiero saber todo lo que no puedo recordar.

-Señorita Jade, no sabía que vendría- Alfredo me acompaña mientras camino en el jardín de la casa

-Sí, fue de improviso Alfred, no planeaba venir- solo me enfoco en todo lo que hay a mi alrededor pero no recuerdo nada – ¿Usted me conoció de pequeña?- se detiene y me mira como si examinara mi comportamiento

-Tengo muchos años trabajando para su madre y ahora para usted, mi memoria ya es vieja pero si la recuerdo, era una niña muy seria y analítica, no tomaba ninguna mala decisión, antes de hacer las cosas las pensaba y debatía entre hacerlas o no.- Hasta el día de hoy soy así

-Lo sé, pero sabe, no recuerdo el haber pasado mi infancia en esta casa ni tampoco a mi padre, es mas no sé cómo es el, no lo conozco ni en fotografía-

-Su padre murió cuando usted era bebe de meses, es lógico que no lo recuerde y su madre, después de la muerte de André se puso muy mal, ordeno que se quitaran todas las cosas de su padre, por eso no quedo ningún recuerdo el, al menos en esta casa- pero no creo que las hayan tirado

-Alfredo, no tiraron sus cosas verdad- me mira y hace una cara de negación

-No, no las tiramos, yo pensaba que su madre se arrepentiría y las volvería a querer, así que se las di a Frank y el las guardo en una de las propiedades de su madre.-Así que Frank sabe, Carajo él es una tumba cuando se trata de mi madre

-Y usted no sabe dónde se encuentran-

-Quisiera ayudarla señorita pero no puedo, solo le lleve las cosas a Frank y él se encargó de lo demás- Ya veré como negociar con Frank

-Gracias Alfredo, iré a dentro a buscar unas cosas-

Me adentro en la casa y voy al cuarto de mi madre, nunca pude permanecer mucho rato en la habitación ya que a ella no lo gustaba que nos reuniéramos en sus espacios privados, al entrar su aroma es lo primero que me recibe, volteo a ver todo a mi alrededor y pareciera que mi madre sigue aquí, todo está como ella lo dejo, la ropa en su armario y veo unas pastillas en su tocador, al verlas puedo ver que eran para su problema del corazón , si solo hubiéramos descubierto su problema antes, todo sería diferente.

Sigo mirando a mi alrededor, abro uno de los cajones de su buro e igual hay medicinas, volteo hacia su escritorio no hay nada encima, recuerdo que todo lo importante lo guardaba bajo llave así que busco algo que tenga candado o seguro hasta que veo una puerta pequeña al final del closet está un poco escondido pero lo puedo ver ahora tengo que encontrar la llave para eso tengo que pensar como mi madre, ¿ella donde la pondría? Busco en todos lados pero no la encuentro.

Si ella trato de esconder la puerta entonces también trato de esconder la llave. Muevo la ropa y toco sobre la pared tratando de encontrarme con un espacio donde este la llave y bingo logro tocar una especie de cajón que al pulsar sobre él se abre y sorpresa, aquí está la llave. La introduzco en la puerta, al abrirla solo veo sobres con papeles antiguos y una caja de madera que también está cerrada con llave, pero esta luce muy antigua, que raro que guardara esta caja, a menos de que sea algo importante.

Siento que algo vibra en mi bolsillo, se de inmediato que es mi celular

-Carajo, Tomoe- respondo la llamada

-Terminaste ya Jade- Paso el tiempo tan rápido que no lo sentí, creo que tengo problemas con medir mí tiempo

-Sí, ya termine voy en camino a tu casa-

-Bien, te espero- Cojo lo que había dentro de la puerta y vuelvo a cerrar con llave

-Espero verte pronto Alfredo- me subo a la camioneta para llegar con Tomoe

En todo el camino a San Luis hemos estado muy callados, Yo pienso sobre los papeles y las cosas de mi padre pero es raro que Tomoe vaya tan callado, tal vez solo está cansado.

-Ya casi llegamos Tomoe-trato de hacerle plática pero solo asiente

-¿Estas bien?- me mira y se ve un poco triste

-Sí, estoy bien, solo que estoy con nostalgia al recordar que antes esto era muy normal para mí, el preparar mis maletas, recorrer estas carreteras para llegar hasta donde tú estabas y después de esos trayectos pasar todo el rato contigo.-

-Es cierto pasabas por todo esto muy seguido para vernos, lo siento- a veces me siento mal de que Tomoe siempre está para mí pero él no me cuenta cuando está en problemas y menos desde que nos distanciamos un poco.

-No lo sientas, yo no lo hago, el haber pasado así mi infancia fue de lo mejor, pude tener mi niñez al lado de la niña que más quería y me emocionaba el viajar por que así podría verte otra vez y no mencionemos que vivía más en tu casa que en la mía.-

-Te quiero Tomoe- enserio lo quiero, aprecio que este a mi lado siempre, no sé qué haría si el no estuviera o me diera la espalda, pero quiero estar para el siempre así como él lo está para mí.

Él se queda sorprendido por lo que acabo de decir, me mira y pone sus manos en su boca

-Dilo otra vez Jade- lo dice tan emocionado que creo que me da ternura

-No- Fui directa y lo escucho bien, así que no lo diré otra vez

-Oh vamos, fue tan hermoso que esas palabras salieran de ti y lo mejor de todo es que fueron dirigidas a mí-

-No seas exagerado- lo digo con un poco de risa, está exagerando las cosas

-No lo soy, me siento especial hoy, este día no lo olvidare-

-Ridículo- Solo se rio y no me hizo caso

Se mia... Seré tuyoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora