CAPITULO 8

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Jade

-¿Estas despierta?- Tomoe toca la ventanilla prosiguiendo a abrirla

-Hum, si lo estoy- me estiro en el asiento y volteo verlo, captando que tienes su cabello desordenado y sus ojos hinchados

-Creo que dormiste mucho-

-Nunca es suficiente descanso nena-

-Estas en lo cierto- ya llevamos ocho horas de vuelo y en la mayoría estuve dormida

-Voy al baño, ya regreso- Tomoe solo asiente y vuelve a sus cosas, yo cojo mi bolso de mano y me paro del asiento y puedo ver que esta clase va casi vacía, solo somos Tomoe y unas cinco personas más.

Llego y cierro bien la puerta del baño, siempre me aseguro bien de eso para evitar que alguna persona la abra y lo digo porque ya que me ha pasado. Mientras me miro al espejo puedo ver en mis ojos el cambio, el cambio que he tenido, la energía con la que vuelvo y más que nada otro pensamiento que se acerca al positivismo. Veo mis facciones y me siento segura ante todo.

Cuando me estoy lavando las manos alguien toca, al parecer no sabe cuándo está ocupado, vuelve a tocar con un poco de brusquedad y me enojo, pues quien se cree para tocar así.

-Carajo, está ocupado- volteo los ojos al ver su insistencia en tocar

-¿Enojada Jade?- escucho una voz de burla y una risa sínica después

-Pero qué diablos- abro la puerta de golpeo y veo a Tomoe sorprendido

-¿Qué pasa nena?-Tomoe solo voltea a su alrededor

-¿Fuiste tú? ¿Tu querías entrar?- estoy tan confundida, pensé que era alguien mas...

-De que hablas, venia llegando cuando abriste la puerta como loca- lo miro mal –solo vine porque escuche que hablabas por teléfono y me preguntaba con quién, pero supe que estabas enojada cuando dijiste "Carajo" – hizo una patética imitación de mi voz- y vine a ver si todo estaba bien.-

-Ah-¿Por teléfono? Entonces no escucho la voz o fue mi imaginación, no pero claramente escuche los toques en la puerta, una voz y risa fueron muy claras no pude haberlas imaginado, no estoy a ese nivel de locura

-Era Frank, está arreglando todo para cuando lleguemos, le dije que arreglara una habitación para ti, si es que quieres quedarte-

-¿Eso suena a una invitación a que me quede más tiempo contigo?- solo volteo los ojos y le saco el dedo medio- claro que acepto nena, tal vez salga en unas semanas pero estaré contigo un buen tiempo

- Perfecto- cierro la puerta tras de mí y caminamos hacia nuestros asientos, mientras volteo para buscarlo, tiene que estar aquí, debe de estar. Solo me falta de revisar dos asientos que están más adelante que el mío, cuando estoy por llegar una azafata se interpuso en mi camino.

-Señorita debe de ir a su asiento, vamos a empezar el protocolo para aterrizar y no puede estar de pie, ¿Cuál es su asiento?- Intento evadirla pero no me lo permite

-Solo voy a algo rápido y regreso de inmediato- pongo una postura firme pero ella no se ve intimidada

-Vaya a su asiento- No tengo más opción que regresar a mi asiento, poner mi cinturón de seguridad y esperar a aterrizar para averiguar quién iba delante de mí.

Cuando por fin aterrizamos trato de apresurarme para ser de las primeras en bajar, pero cuando logro pasar por esos asientos ya estaban vacíos, no había nadie y no pienso buscarlo en el aeropuerto de la ciudad de México, nunca lo encontraría.

Tal vez lo imagine

Llegamos a la puerta de salida y el carro ya estaba esperándonos

-El Sr. Frank mando la camioneta, dijo que usted había pedido manejar-

-Gracias Tobías- Miro a Tomoe indicándole que se suba en el lugar del copiloto

-¿Querías manejar Jade?- lo dice de modo burlón

-Claro, amo manejar y prefiero ir en carro que volver a tomar otro avión hacia San Luis- Arranco el coche pero sé que Tomoe tiene algo que decirme, siempre siento cuando quiere decirme algo

-¿Qué Tomoe?- solo miro hacia la calle

-Ya que estamos en ciudad de México tengo que arreglar unas cosas ya que estaré en tu casa por un buen tiempo-

-Está bien, dime a donde vamos-

-Voy a mi casa, ya sabes dónde queda- redirijo la camioneta y vamos en camino

-Pasa Jade, te quiero enseñar algo que amo y espero que tú también- Al llegar a la casa de Tomoe lo primero que hace es bajarse y gritar que lo siguiera para enseñarme algo y no lo había visto tan emocionado por mostrarme algo.

Cuando llego a su estudio puedo ver ese algo que quería mostrarme.

-No es hermoso- solo me mira esperando mi reacción

-Vaya que lo es, es precioso Tomoe- el pasa su brazo por mis hombros y me acerca a el

-Que bien que lo pienses- Sonrió y solo me ocupo en observar lo que tengo delante de mí, es una estructura de dos jóvenes tomados de las manos y de ellos cuelgan fotografías con luces haciéndolo lucir hermoso y no son fotos cualquiera, son de Tomoe y mías cuando éramos pequeños e inseparables, me acuerdo de la mayoría de las fotos pero una llama mi atención; es una foto pequeña y vieja en la que está un niño con un uniforme blanco, se encuentra sentado en el mismo jardín de mi casa, acercándome más la foto puedo ver al fondo a mi madre que está sosteniendo una copa de vino y a su lado está un señor con un bastón pero yo no recuerdo conocerlo, mama tenía muchos amigos y recuerdo a la mayoría pero no a este señor y tampoco al niño.

-¿Quién es el niño Tomoe?- Toma la foto entre sus manos y me ve confundido

-No lo sé, digo, esta estructura la hizo mi madre como regalo de cumpleaños y ella fue la que colgó las fotos ya hace tiempo- No creo todo lo que me dice, es raro que me de tanta explicación sin haberla pedido, Tomoe no es así

- Bueno vayamos con tu madre para preguntarle-

-Noo, mi madre está de viaje en un crucero y no llegara en meses, ya después le preguntaras-

-Okay- antes de irme tomo la foto y la escondo entre mi ropa, sé que hay algo aquí y sabré que es.

Se mia... Seré tuyoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora