Jade
-Me da gusto volverte a ver- Caleb se concentra solo en el camino
-¿En Serio recuerdas cuando nos conocimos?-
-Eso me pregunto yo, ¿Por qué tú no lo recuerdas?-
-Porque según me han dicho yo no vivía aquí, estaba en ciudad de México y de ahí pasé a vivir a san Luis, según mi madre veníamos más seguido cuando era un bebé - Caleb solo se burlo
-No hablas en serio, teníamos cuatro cinco años cuando te fuiste-
-No mientas Caleb- el me voltea a ver algo fastidiado
-No, no mientas tú, ¿Quién te dijo que no viviste aquí?-
-Pues Frank y algunos trabajadores de mi madre creo-
-Y nunca se lo preguntaste a tu madre cierto-
-No tuve la oportunidad- Y es verdad nunca la tuve, mi madre nunca me contaba nada del pasado y cada pregunta que le hacía la evadía o me ignoraba
-Pues yo estuve contigo, tengo memoria y sé que viviste aquí desde bebé hasta los cinco años, hay fotografías Jade y mi madre- se ve muy convencido de lo que dice y no descarto su posibilidad porque no recuerdo mi infancia que no sea con Tomoe y cuando estaba con él ya estaba más grande como de 6 o 7 años
-Las fotos serán la mejor evidencia- me voltea a ver un poco enojado por no creerle
-Bueno mañana mismo te las enseñaré para que dejes de creer en las mentiras- solo asiento y guardo silencio
-Llegamos a mi oficina, no tardo solo iré por una caja y enseguida nos vamos a ver los fuegos artificiales-
-Caleb, dame tu teléfono- me ve raro pero me la da, anoto mi número de teléfono y se lo regreso
-Recuerda venía a comprar unas cosas, llámame cuando estés listo para ir a ver los fuegos, yo estaré en el centro comercial al final podrías pasar a buscarme-
-Bueno te llamare como en media hora- se va y entra al edificio
Camino hasta el centro comercial y no tardo más de tres minutos, está muy cerca de Caleb y además no hay mucha gente, puedo respirar el olor de la sal y la humedad, es algo que me agrada pero prefiero el aroma de mi tierra mojada. Termino de comprar un poco de ropa y repelente de mosquitos ya que me faltaba pero siento algo en mi pecho que me da una mala espina.
Es mejor dejar de estar de paranoica e ir con Caleb, regreso a la camioneta y justo cuando estoy por llegar veo a Caleb besando a una joven un poco mayor que nosotros, ellos me ven llegar y se despiden
-Perdón por no pasar el tiempo se fue rápido- intento no reírme
-Si vi la razón- él se puso un poco rojo y solo se burlo
-Si te quedas más tiempo te la presentare después-
-Bueno, eso lo veremos- puso la camioneta en marcha rumbo al templo, al llegar había bastante gente, bajamos de la camioneta y caminamos hasta el mirador que aunque también estaba lleno de gente se sentía mucho más amplio
-Vamos esta por empezar- al decir eso vimos las primeras luces en el cielo de un color blanco que alumbraban nuestros obscuros rostros, toda la gente sonreía y miraba asombrada el cielo incluyéndome a mí y a Caleb. Después de esas luces siguieron más y más, todas eran hermosas pero yo sentí algo, sentí que me miraban y esto ya lo había sentido antes en el mirador de suiza, voltee a todo lados pero no logré ver a alguien que me observara y de la nada todo se volvió un eterno silencio, miré a Caleb y no se movía nadie a mi alrededor se mueve, nadie habla, nada se oye.
-¡Carajoo!- grito un poco desesperada, no sé qué diablos está pasando y es la segunda vez que me pasa en este día. Acaso estoy loca, lo alucino, siento como mis ganas de llorar luchan por salir pero no las quiero, nunca he sido débil y no lo seré ahora, volteo al cielo y veo que están las luces de un fuego artificial estáticas dejando ver su forma alumbrada y se ve lindo, lo apreciaría más si no me sintiese que estoy perdiendo la razón.
-Linda ¿no?- volteo inmediatamente al lugar donde se escuchó la voz y carajo
-¿Qué?, ¿Qué haces tú aquí y ves lo que yo?-
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Se mia... Seré tuyo
Teen Fiction-¿Qué haces animal? Suéltame- pataleo -Carajo ya suéltame es un puto delito lo que estás haciendo- Me toma del mentón obligándome a encararlo -Me vale una mierda si es un delito, tú te vienes conmigo-