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Bohyun y Chanyeol estaban sentados de la misma forma en la que se conocieron. Era una terrible broma del destino, porque esta vez yo ocupaba el mismo lugar en otra casa y con otro hombre. Si bien mi relación con Bohyun no llegó más allá de una amistad impuesta, la situación no dejaba de verse extraña. Jaehyun se había dormido entre mis brazos y rogaba para que esos dos estuvieran calmados mientras lo llevaba hasta la habitación.

Mi hijo se veía como un angel, con sus manitos aferradas al juguete y su pequeño puchero. Lo había extrañado tanto. Sus pestañas brillaban y su cabello castaño se movía cada vez que cambiaba de posición en la cama. ¿Bohyun lo dejaría, aunque sea, hasta la mañana con él? Secó la lágrima que caía por su rostro y se volvió a la sala.

Ambos hombres permanecían en un silencio absoluto, como si intentaran leerse; recordé que estaba frente a dos hombres de negocios y que ese tipo de actitudes era normal, como una regla.

- Jaehyun está dormido. - Bohyun me miró, pero Chanyeol permaneció en silencio.

- Estaba... él necesitaba verte.

- Gracias por traerlo, yo también quería verlo. - Me senté junto a Chanyeol, este tomó una de mis manos y la sostuvo con cuidado.

- Sehun, nuestro matrimonio y Jaehyun.

- Jaehyun seguirá siendo mi hijo, Bohyun. - No quería quebrarme delante de él. La presión en mi mano se hizo más fuerte y sentí como el cuerpo de Chanyeol se tensaba.

- ¿Tienes idea de lo que me estás pidiendo? ¿Cómo vas a explicarle? ¿Eh? ¿Le dirás que te enamoraste de un completo extraño? ¿Qué abandonaste nuestra casa y nuestra familia para huir con él? - Apuntó hacia Chanyeol.

- Sé lo que hice.

- Sehun... - Chanyeol cerró sus manos sobre la mía.

- No, ¿crees que no sé cuáles son las consecuencias de lo que hice? ¿Crees que no sentía miedo de estos sentimientos? Sé lo que soy. Siempre he sido consciente de todo, incluso cuando no debía serlo. Nunca pude dar un paso sin sentir vergüenza o miedo.

- Eramos una familia.

- ¿De qué hablas? - Suspiré. - Tu mismo dijiste que yo era una basura, y eso no es algo que llegó a tu mente por error o enojo. Siempre lo pensaste.

- No eres una víctima, Sehun.

- Lo sé, pero tú tampoco.

- Él te llenó la cabeza. Desde que puso un pié en nuestra casa todo se vino abajo. - Sus ojos ardían en llamas. - Es igual a ella, no puedes confiar en él.

- Tienes razón, porque, desgraciadamente, si me equivoco ahora será la única y última vez que podré decidir qué es lo que quiero. Si soy traicionado, será la primera vez que me haré cargo de una decisión que yo mismo tome... Incluso si es un error, será completamente mío. No voy a dejar que vuelvan a elegir lo que quiero o debo tener.

- ¿Piensas perderlo todo por él?

- Nunca he tenido nada, Bohyun. - Y como si mi mente fuera una maquina fui enumerando. - Me crié a las sombras de las indecisiones de una madre voluble; nunca tuve amigos; pasaba muchas horas en algún lugar de trabajo y volvía a mi casa para terminar el día sentado en el techo; mi padre, lejos de protegerme, me vendió para salvarse de la cárcel; pasé toda mi adolescencia ocupando un lugar que no era mío. - Miré a Chanyeol. - Solo una vez me atreví a sentir algo diferente y resultó de la peor manera, pero yo lo deseo así. Si esto tiene una solución, no la quiero.

Chanyeol rodeó mi cintura con su brazo y su mano se apoyó en mi vientre. Era tan diferente. Era mi propio lugar.

Bohyun solo nos observaba, pero yo ya no tenía miedo. El bebé que crecía en mi interior me daba las fuerzas suficientes para afrontar lo que sea. No mentía sobre que era mi única oportunidad, porque si cedía a mi pasado, nunca más podría pensar en un futuro diferente. En un futuro para mi. Ya no quería mirar al mundo  a través de la vida de los demás.

- Jaehyun y yo seguiremos viviendo en corea. - Se levantó. - Volveré por él mañana. - Chanyeol se levantó detrás de él, pero lo detuve; una mirada a mis ojos y volvió a tomar asiento.

Seguí a Bohyun hasta la puerta, salimos e ingresamos al ascensor. Era extraño, porque a pesar de los años nunca pude verlo como algo más.

- Quiero golpearlo...

- El no era tu pareja... el que rompió el compromiso fui yo.

- Nunca quise que fueras un reemplazo.

- Bohyun, eso no importa.

- A mí sí, fue lo que te empujo a los brazos de ese...

- No, ¿me darás el divorcio? - Lo dije sin mirarlo a los ojos, ambos ignorábamos al otro.

- ¿Tengo otra alternativa?

- No. - Respondí a secas y guardé mis manos en los bolsillos de mi saco.

- En estos momentos detesto tener uno de los mejores abogados. - Resopló y chocó su hombro contra el mio. - ¿Por qué eres tan hermoso? Él es muy afortunado. - Miraba hacia el reluciente espejo del ascensor. - Se suponía que iba recuperarte...

- Eso... ya no se puede evitar. - Él miró hacia los controles del ascensor.

- ¿Estarás mejor con él?

- No lo sé, pero soy muy feliz ahora.

- Voy a tomarme un tiempo... - Me alejé de él cuando lo vi cambiar de posición. - No puedo confiar en nadie más para que cuide de Jaehyun.

- ¿Cómo...

- Solo serán unos días. Llamaré para hablar con mi hijo. - Me enfrentó y, finalmente salió del ascensor. - Si no vuelves pronto, voy a perder el control. - Apretó un número en el tablero y las puertas se cerraron; yo estaba volviendo al piso del apartamento.

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