Roger V

670 84 8
                                    

- Cuando fui a ver al emperador me encontré con alguien – le digo a Rosalía que vino a tomar el te y visitar a Zenith.

- ¿Es alguien importante?

- Algo así – le comento – la persona que he conocido es la princesa Athanasia.

- Incluso una rata es más importante que esa.

- Pero sigue siendo la hija del emperador y por ende la única princesa, por ahora -le digo.

- No le digas así, esa solo es la hija de una oportunista sin dignidad que estuvo con el emperador – me dice - ella no merece nada de respeto.

- Estaba teniendo una audiencia con el emperador y Sir. Robain la escoltaba.

- No es más que puro protocolo, tal vez su majestad crea que no es capaz de encontrarlo sin ayuda – comenta – después de todo el emperador nunca le ha prestado atención, no es más que una princesa olvidada.

Seguimos bebiendo el té. Puede que tenga razón, en todo este tiempo nunca existió siquiera un susurro con el nombre de la princesa, creí que pudo haber muerto, pero tal vez es que el emperador ni siquiera la considera importante. Pero de alguna manera la forma en la que se comporta, la mirada que posee, sentí la necesidad de estar bajo su mando.

- Aun así debemos tener cuidado, hay algo que no me termina de cuadrar.

Era como si tuviera un poder natural que te indica que ella es quien manda. Esa no era la actitud de una princesa ignorada, era como si indicara que su lugar de nacimiento es encabezando la cadena alimenticia, haciéndome sentir como si fuera solo un simple conejo y ella un león jugando con su presa, ese simple pensamiento me estremece.

- Tonterías, solo hay que eliminarla cuando sea el momento – antes de que pueda seguir hablando, la puerta se abrió, dejando entrar a Zenith – pequeña entra, estábamos hablando de ti – le doy una mirada – de cómo será tu vida cuando seas presentada como princesa al emperador.

- ¿Enserio tía? – pregunta feliz – espero que sea pronto.

- Aun no querida, la otra hija del emperador – dijo con desdén – esta celosa de que el emperador te prefiera, ya que ella no es favorecida por él.

- No tiene de que preocuparse, cuando este con ellos le diré a padre que la quiera – como si eso fuera algo que ya tiene asegurado.

- Eres muy buena pequeña – dijo Rosalía – pero ella no quiere a otra princesa, ella quiere ser la emperatriz, pero no podrá, ese derecho es tuyo por nacimiento.

- Entiendo – su rostro dice que no lo entiende.

- Zenith por que no vas a ver a Kiel, está estudiando – comento – puede enseñarte algo – sería bueno que aprenda mas cosas.

- Claro – se despide y sale.

- Tenemos que ser pacientes Roger – me dice Rosalía – un pequeño sacrificio de tiempo, cuando todo el imperio estará a nuestra disposición.

- Tienes razón – le digo, después de todo ¿Qué es lo peor que esa princesa pueda hacer en contra de nosotros?

Zenith

Camino por la casa del duque para ir a buscar a Kiel, él nunca me niega nada y el duque dice que Kiel estará a mi lado para siempre ya que soy la princesa imperial, la legitima heredera al trono de Obelia, aunque no entiendo porque si soy una princesa no puedo vivir en el palacio con mi padre aún.

La tía Rosalía dice que todo se debe a que mi hermanita no quiere que yo le impida el cariño de mi padre, pero, ella no tiene nada de qué preocuparse, cuando este con ellos le diré a mi padre que le preste algo de atención ya que seguramente pasara mucho tiempo conmigo debido a mi encanto y delicadeza. Es como siempre me dice mi tía, todos caen ante mi encanto, hasta ahora me ha enseñado como debo comportarme y siempre me dice lo mismo:

- Se amable y todos tus problemas se resolverán.

- Se dócil y todos te apreciaran.

- No necesitas nada más que tu belleza.

- Con una sonrisa bonita, puedes lograr todo lo que te propongas.

- Nadie está sobre ti Zenith, naciste para la grandeza y gloria.

- Tu traerás la grandeza al imperio

- Tú serás la luz y prosperidad.

Es cierto solo debo esperar un poco, cuando me doy cuenta estoy afuera del cuarto de Kiel, toque la puerta, no espere mucho para que saliera.

- ¿Qué sucede Zenith? – pregunta.

- ¿Puedes jugar conmigo?

- Ahora no puedo, estoy estudiando, tal vez luego – me dice – o si quieres puedo enseñarte algo de lo que estoy leyendo.

- Por favor, Kiel, juguemos, estoy aburrida y puedes estudiar luego, o cuando crezcas más, de todas maneras, serás el futro duque ya que eres el único hijo de Sir. Roger.

- No es así como funciona todo Zenith, no porque sea el heredero seguro de mi padre significa que pueda descuidar mis deberes o que sea incapaz de desempeñar un buen papel, ya que muchas personas dependerán de mi y no puedo fallar.

- ¿Enserio no puedes?

- Ya te dije que no Zenith – se oye un poco molesto.

- Pero me siento muy sola – lo tomo rápidamente de la mano y siento una energía recorrerme, tal vez sea mi emoción y puedo ver como se relaja, mi encanto funciona jeje – por favor - me da una sonrisa bonita y nos vamos a jugar, sin duda mi vida siempre estará llena de felicidad.

OportunidadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora