8:12 pm

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Cuando pasaron junto al cartel que anunciaba su llegada a Seattle, algo dentro de ambos chicos se estrujó. Tendo exhaló un suspiro imperceptible y Ushijima deseó ser capaz de regresar el tiempo atrás. Le gustaría no haber tenido nada de que arrepentirse, pero inevitablemente se arrepentía de no haber grabado suficientes detalles de Tendo, de no haberle hecho suficientes preguntas, de no haberlo tocado más.

—¿Estarás bien si te dejo en la gasolinera de la autopista? Allí podrás recargar el tanque de tu motocicleta e ir hasta casa de tu amigo. No creo que sea buena idea dejarte frente a casa de alguien con este camión. -Mentira, Tendo simplemente no quería estar allí cuando Ushijima se reuniera con su amigo, y mucho menos cuando volviera a ver a Oikawa. No quería, simplemente no quería verlo. Antes le daba curiosidad saber qué tipo de persona era Oikawa, quería entender exactamente qué clase de chico había podido mantener a alguien tan increíble como Ushijima a su lado durante cinco años. Pero ahora, francamente, lo odiaba. Odiaba al Oikawa que traicionó a Ushijima y odiaba al Oikawa que probablemente iba a tratar de disculparse y regresar con él. Odiaba que Oikawa lo hubiera tenido durmiendo junto a él todas las noches, y que hubiera ido a citas baratas con él, de esas en las que puedes mirar la cara de la otra persona y no te distraes con el lujo del restaurante cinco estrellas o la decoración del V.I.P. del club al que hayan ido.

Tendo no quería ver como Ushijima le era arrebatado. A pesar de que nunca le perteneció.

—Está bien.- fue la simple respuesta del japonés, quien solo miraba por la ventana.

Cuando llegaron a la estación, Tendo se bajó y fue hasta la parte de atrás del camión para bajar la motocicleta. Ushijima también fue, y, en silencio, hicieron lo que tenían que hacer, sin mirarse a la cara, sin hacer nada de lo que realmente querían hacer.

—Ah...- Ushijima fue el primero en romper el silencio. —Dejé el casco en la cabina.- fue corriendo hasta allí y buscó el casco. Le dio una última mirada al lugar que había compartido con Tendo durante las últimas horas. A pesar de todo. Se sentía feliz de haberlo conocido. Tal vez, en otro momento, en otro lugar, o en otra realidad, lo podría ver de nuevo y las cosas no serían tan difíciles.

Notó que detrás del espejo retrovisor había un llavero con varios helados de chocolate colgados. También había un llavero con una T y una S, sabía que esas eran las llaves de Tendo, no había duda. Tomó uno de los pequeños helados de chocolate plásticos y lo metió en su bolsillo. Sí, se lo estaba robando, pero no le importaba. Quería mantener a Tendo cerca de alguna manera. A cambio, le dejó su llavero favorito que tenía un onigiri. Probablemente Tendo no lo notara hasta que estuviera de vuelta en Los Ángeles. Pero así estaba bien. Se conformaba con eso.

Volvió a bajar y regreso donde estaba Tendo, quien miraba su motocicleta negra con cierta nostalgia.

—¿Qué te tomó tanto tiempo?- Tendo se atrevió a mirarlo a la cara por última vez.

—Solo me estaba despidiendo del camión que me salvó la vida.

Tendo alzó una de sus cejas.

—Conque fue el camión ¿eh?

Ushijima esbozó una sonrisa amarga.

—Planeaba despedirme después del camionero.

La respiración de Tendo se detuvo. Tampoco quería eso, tampoco quería hacer un gran alboroto con la despedida, solo dejarlo irse, como si fuera algo casual, como si no le doliera por todo el pecho. Pero, al parecer, Ushijima tenía algo muy distinto planeado.

Siguió semiparalizado cuando sintió como una de las manos de Ushijima recorrió a su cuello hasta llegar a la parte de atrás de su cabeza. Tragó en seco, se sentía como un inútil, incapaz de reaccionar. Los lindos ojos de Ushijima estaban ahora tan cerca, mirándolo de esa forma difícil de soportar, sentía como su mano lo halaba, acercándolo.

Ushijima lo iba a besar.

Y nada en este mundo le aseguraba que pudiera resistir dejarlo ir si volvía a sentir esos labios perfectos.

Ushijima lo iba a besar, definitivamente iba a hacerlo. Su corazón latía como loco, el aire seguía congelado en sus pulmones, el aliento de Ushijima estaba sobre él. Su rostro tan cerca. Su hermoso rostro...

Sería tan feliz si pudiera verlo por más tiempo, si eso no significara el adiós. No quería ser besado. No quería recibir el último beso. No.

—¡Ushijima!

Tendo sintió esa voz desconocida desde algún lugar más allá de ellos dos. Sintió como Ushijima chasqueaba la lengua y se giraba. Pudo ver su expresión enojada por primera vez.

¡Rayos! Hasta enojado se veía sexy.

Se atrevió a mirar por encima del hombro de Ushijima. Había un chico de cabello café en la acera. Los miraba con el ceño fruncido, su expresión lucía acusadora. ¿Quién sería esa persona?

—Suéltalo.- se pudo leer en los labios de aquel chico. A pesar de que no lo gritó, fue perfectamente entendible. Tendo tomó la mano de Ushijima y la retiró de su cuello. En ese momento otro chico de cabello como grisáceo se acercó al primero, tenía una enorme sonrisa y llevaba entre sus manos un par de paquetes de yogurt de fresa. Se quedó mirando a su amigo y después desplazó su vista hasta ellos.

Se quedó mirando fijamente a Ushijima.

No cabía duda.

Ese chico era Oikawa.

Tendo entendió. El chico era tierno, su cabello castaño caía sobre su frente, un poco desarreglado, la sonrisa que había llevado hasta hacía unos segundos era brillante, cautivadora. Era todo lo opuesto a Tendo. Era lo que Ushijima necesitaba a su lado.

—Adiós.- susurró y le dio una palmada a Ushijima sobre su hombro. Se dio la vuelta y empezó a caminar. Ushijima, no lo detuvo, no le dijo nada, solo sintió su mirada clavada en su nuca hasta que salió de su campo visual. Se montó en el camión y arrancó. Aún cuando las lágrimas empañaban su vista y no podía ver bien la carretera, aun así se fue.

Así tenía que ser.

𝗛𝗶𝗴𝗵𝘄𝗮𝘆; 𝘂𝘀𝗵𝗶𝘁𝗲𝗻.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora