Capítulo. 9

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Sharín se puso de pie con mucho esfuerzo al final del laberinto que se alzaba a unos pocos metros de distancia, habían vuelto y eso le recobró el ánimo

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Sharín se puso de pie con mucho esfuerzo al final del laberinto que se alzaba a unos pocos metros de distancia, habían vuelto y eso le recobró el ánimo.

Archeet alzó sus orejas en señal de alerta, oían voces y pasos acercándose. Sharín se colocó de cuclillas, esperando a que una nueva criatura se revelará. Y entonces, detrás de unos escaramujos apareció Jadel: con su largo cabello bicolor enmarañado y su rostro sucio.

Jadel observo a su alrededor, buscando alguna señal, Sharín dedujo que llevarían algún tiempo buscándolo, y decidió descubrirse.

Jadel lo miro, y su rostro se lleno de felicidad mientras corría hacia él.

-¡Anton! Lo encontré. ¡Ven aquí! -gritaba cargada de emoción. Llegó hasta donde estaba parado, y se detuvó frente a él lanzándole una mirada de escrutinio.

-Te ves fatal -soltó con una sonrisa angelical. Nada podía darle más ánimo a Sharín que ver esa sonrisa y encontrarse de nuevo con sus amigos de viaje.

-Tú tampoco tienes buen aspecto. Parece como si hubieras estado pidiendo migajas durante una década.

Jadel se echó a reír. Anton apareció detrás de unos viejos enebros. Bombo venía detrás de Anton, jadeando con su larga lengua rosada, llegando hasta donde se encontraban ellos.

Anton tenía el mismo aspecto que Jadel, hasta Bombo tenía las orejas sucias. Sharín echó un vistazo a su andrajosa ropa, desaliñada por las múltiples caídas que había sufrido durante el día el cual estaba abrazando el crepúsculo. Y pensar que minutos antes había estado en un lugar de ensueño, donde el sol brillaba y había sido allí donde conoció al gato Archeet, que eligió aquel momento para aparecer aún costado de él, llevando la liebre en sus afilados colmillos. Al notar su presencia, Jadel frunció el entrecejo lanzándole una mirada de pocos amigos. Bombo también se colocó a un costado de Anton y mostró sus blancos y largos colmillos en contra de Archeet.

Sharín rompió la tensión y comenzó a dar una explicación de los sucesos.

-El es Archeet -les dijo señalando al felino que hizo su acostumbrada reverencia.

Jadel seguía manteniendo su ceño fruncido.

-¿Dónde lo encontraste? -preguntó.

Sharín no tenía la intención de revelar todos los sucesos pardojicos.

-Lo encontré, en el bosque -respondió optando por una respuesta casual.

-Si estabas en el bosque, ¿porque no respondías? Llevamos varias horas buscandote -añadió Anton con enfado.

Sharín no podía contarles que Archeet había venido de lo que podría haber sido un mal sueño, donde había caído y sufrido más daño físico. No podían saber eso, sentía temor de que ellos empezaran a pensar que su cordura estaba en un punto muy peligroso, aunque tampoco podía ocultarlo por mucho tiempo.

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