El misterio de la mariposa no era nada en comparación con la oscuridad donde se había sumergido.
Al fin logró vislumbrar una luz a lo lejos, sus pies tocaron suelo firme y estuvo de pie en lo que parecía un largo y sombrío vestíbulo de paredes mohosas, con una lámpara antigua resaltando en el fondo.
-¿Hay alguien aquí?
Su voz resonó por todo el lugar sin obtener una respuesta. Su piel empezó a erizarse, resultaba difícil detectar algo peligroso en un lugar semioscuro y desconocido. Volvía a sentirse como un niño temiendo a que la luz de su habitación se apagara y apareciera un monstruo debajo de su cama en ese preciso momento. Aquella misma sensación invadía a Sharín, haciéndolo pensar en los mismo temores. Pero tenía la posiblidad de correr y coger la lámpara lo más pronto posible.
Así que con más rapidez de la que hubiera creído ser capaz, alcanzó a llegar hasta la única fuente de luz de aquel lugar. Sin embargo, su cuerpo parecía más ligero, como si estuviera hecho de papel: al igual que los Aikus.
Cogió la luz y recorrió el lugar que tenía el aspecto de una mazmorra abandonada.
-¡Hola!
Su voz vibró a través de las paredes mugrientas que ahora podían verse con más claridad. En un principio Sharín creyó que había caído en alguna especie de madriguera. El nombre de Hannel lo hizo distraerse por completo, y su recompensa fue caer en otro lugar que no ofrecía esperanzas acogedoras.
Comenzó a caminar sobre la mazmorra cubierta de estalactitas, mientras intentaba encontrar una puerta que lo sacará del apuro. No podía creer que su torpeza lo hiciera caer en otro sitio enigmático, mientras la luz de su lámpara alumbró más estalactitas cubiertas de musgo.
Después de una larga caminata, al fin encontró una puerta evanescente que conducia a un vestíbulo de mármol negro. Sharín avanzó con cautela y sus pasos resonaron en el interior. Llegó hasta al final del vestíbulo, dónde había una inscripción incrustada en la pared "la imaginación y el cielo no tienen limite". «Una frase común», pensó Sharín.
Luego recordó que la imaginación era el punto más fuerte en aquel mundo, Jadel se lo había advertido en varias ocasiones.
Sharín cerró los ojos con un poco de exasperación, estaba cansado de estar pensando todo el día en dilemas. Luego de un momento los abrió y el vestíbulo había desaparecido, siendo reemplazado por un jardín de manzanos cargados de frutos.
Sharín miro sobre sus hombros; y en efecto estaba parado en medio de un reciente jardín. Cogió una manzana del árbol más cercano y le dió un buen mordisco, aquello no era un ensueño como creyó imaginarlo. Se tomó el tiempo de observar detenidamente a su alrededor, los árboles de manzano eran jóvenes y llenos de vida. Era un jardín hermoso, como si estuviera moldeado por el más brillante artista; una sensación de familiaridad lo volvió a embargar, había tenido varios en ese otro mundo, hasta donde su imaginación lo había arrastrado.
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El Ojo Mágico
פנטזיהBuscaba una familia, y encontró amigos. Era temeroso, y aprendió a defenderse. Muchos desconocidos tenían esperanzas sobre él, ignorando que la mitad de su vida había sido un cobarde. ¿Quién era? ¿Adónde pertenecía? ¿Para qué lo necesitaban? La Dam...