El nuevo sol.
Todos habían comprendido la idea de Sharín. Jadel se introdujo primero en uno y apareció frente a la Dama Gris. Bombo y Archeet aparecieron detrás de Troy y lo atacaron arrastrándolo hacia otro atajo que los llevaría directo a la prisión donde habían encontrado a los descendientes de Bombo. Anton apareció a un costado de la bruja, la tomó por sorpresa que la distrajo un segundo en el cual Jadel la atrapó con fuertes cadenas de pies y manos.
Sharín no necesito usar uno de sus atajos, simplemente camino hacia la Dama Gris.
-Vamos querida- se mofó la Dama Gris de Jadel.
Jadel miraba a la indefensa bruja con insaciable odio. Todo lo que la Dama Gris había arruinado en sus vidas era demasiado de tolerar para cualquiera de ellos. Incluso el mismo Sharín fue víctima de sus actos malvados, en su corta su estancia en el Orbialis.
-Tu mirada reclama venganza, Jadel, ¡Hazlo! Ahora tienes el poder de hacerlo —añadió la Dama Gris.
-No vale la pena, Jadel —le dijo Lía al ver que ésta se sentía tentada a cumplir la sugerencia de la Dama Gris.
-Lía, eres patética. Has adoptado la personalidad de tus criaturas —volvía a replicar la bruja, sin apartar el contacto visual con Jadel.
Una fría sonrisa se dibujó en el rostro de Lía. Había pasado mucho tiempo en exilió, como para que las palabras de la Dama Gris le causarán algún daño.
-Mírate, bruja. Estas sola, tus poderes te han abandonado, ya no eres nadie —exclamó Lía con calma.
La satisfacción no podía ser más grande en sus rostros, a pesar de los estragos que la batalla les había causado. Sharín aun sentía punzadas de dolor en los lugares donde las cadenas lo habían apresado. Sus rostros estaban sucios y las ropas colgaban en tirones por todas partes, el sacrificio que todos hicieron se reflejaba sobre austero rostro de la Dama Gris que no hacia ningún esfuerzo por liberarse.
-Este no será el final, con el tiempo aparecera alguien más para ocupar mi lugar —ella rió entre dientes —. La maldad es interminable ilusos niños.
-Pero tu ya no reinaras nunca más sobre este mundo, el terror que tu nombre imponía se esparcira como ceniza sobre éste monstruoso castillo —añadió Jadel, quien aun exhalaba con dificultad.
La Dama Gris permanecía tranquila, el simple hecho de su opresión no parecía afectar su inestabilidad. Su maldad había dañado muchas vidas, Jadel, Anton, Lía, Bombo, incluso el mismo Sharín fue alcanzado por el nexo que compartía con ella, causandole un daño emocional que había logrado superar cuando descubrió su destino.
Un rayo cayó sobre él castillo de piedra haciendo temblar las paredes, algunas antorchas cayeron al suelo. El vendaval que se libraba afuera, amenazaba con destruir el resto de maldad que resguardada el castillo en su interior.
-Tenemos que salir de aquí- puntualizó Anton viendo como otro rayo hacia crugir el suelo.
-Es verdad, demonos prisa- dijo Lía, mientras se sostenía sobre Archeet.
El ladrido de Bombo los sobresaltó, se giraron justo en el momento de Hannel hacia su aparición, en su ondulado cabello habían copos de nieve. Jadel le lanzó una mirada fulminante, Anton y Lía la veían con precaución preparados para atacar en cualquier momento. Hannel lucía tal y como Sharín la recordaba en el orfanato, el embelesó que sufría a causa de la Dama Gris había desaparecido.
-Niña tonta, solo tenias que marcharte con él- replicó la Dama Gris con reproche.
-Lo siento mucho, Sharín- dijo ella haciendo caso omiso de las palabras de la bruja.
Otro rayo hizo recordarles que su estancia no era segura. Sharín fue hacia Hannel, tomo su mano y la abrazo con mucha fuerza. Ahora podía sentir la calidez de su alma, su fuerza interior era la misma que Sharín tanto había extrañado después de que ella se había marchado.
-Sharín, disculpa la interrupción. Pero una horrible tormenta amenaza con inundarlos- dijo Anton.
Las paredes estaban a punto de rendirse, el diluvio salvaje azotaba allá afuera. Pronto el castillo empezaría a inundarse, tenían poco tiempo para escapar de allí. La Dama Gris comenzó a reírse con mucha fuerza, mientras los observaba con su ojo normal y el otro mágico que ya no tenía el mismo brillo dorado.
-Los encontraré. ¡Juro que los encontraré! ¡No pueden escapar de mi! ¡Ustedes me pertenecen!- gritaba en forma demente la Dama Gris.
Lía la vió con total repudio, apunto su mano hacia ella y un enorme Murci se abalanzó como un rayo hacia la bruja que ahogó un grito, el Murci hundió sus garras sobre su ojo mágico y lo arranco de su órbita, lo arrojó al suelo. El ojo dorado rodó hasta los pies de Hannel que lo tomo en sus manos. La Dama Gris quedó inerte, de rodillas sobre el piso de piedra. El castillo empezó a temblar, partes del techo comenzaron a caer. Tres Múrcis aterrizaron aun lado de ellos. Lía subió a uno junto con Archeet, Jadel y Anton montaron el otro, mientras Bombo y sus hijos ocuparon el último.
-¡Sharín! Rápido, sube- lo llamaba Jadel teniéndole una mano.
Pero en ese momento una parte del techo se desplomó sobre ellos, Jadel alzó sus manos convirtiéndo los escombros en enormes burbujas. Eso no seria suficiente, ya no había tiempo. Lía empezó ascender, Bombo la imitó, solo Jadel y Anton esperaban. Sharín les hizo una señal para que se marcharán, en ese momento un estrenduoso rayo partió lo que aun quedaba del castillo. Sharín sintió que Hannel tomaba su mano y lo conducia hacia una de sus pinturas, alejándose del peligro. Él alcanzó a hechar un vistazo de reojo, Jadel y Anton escapaban hacia la oscuridad tratando de alejarse de toda la maldad que se estaba hundiendo junto con la Dama Gris; la malvada bruja que ya nunca volvería a robar la inocencia de ningún otro niño.
...
Una luz cegadora cubrió sus ojos. Habían transcurrido varias horas de su escape. Sharín se encontrado tumbado sobre una cómoda alcoba. Se pusó de pie, estaba en un cuarto hecho de madera fina, de un color marrón. Las cortinas de la ventana estaban corridas, el sol se filtraba hasta él. Todo era paz, el canto de las aves era como una orquesta entonando una suave melodía. Sharín no sentía esa tranquilidad desde hacía mucho tiempo, era casi un sueño, algo irreal. Pero, las marcas en sus brazos le recordaron la realidad, aquello realmente estaba sucediendo. Se pusó de pie, no escuchó a Hannel por ningún lado. Tuvó la sensación de que ella talvez lo habia abandonado, se acercó a la ventana. Afuera recorría un cristalino río, desde allí pudo ver como los peces daban saltos muy a menudo. La puerta de su habitación se abrió, Sharín se giró. Hannel entró, aun llevaba el atuendo de la noche anterior. Ambos se miraron por un momento, luego ella sonrió.
-¿Te encuentras bien?- preguntó.
Sharín aún no estaba seguro de su respuesta. Tantas cosas cruzaban por su cabeza, todo lo que había sucedido la noche anterior, lo tenía confundido. Ni siquiera recordaba como habían llegado hasta allí, seguro era obra de Hannel.
-Si. Estoy bien- mintió él-. ¿Qué hacemos aquí?.
Hannel fue hasta la orilla de su alcoba. Sharín la omitió, sentándose junto a ella.
-Fue lo único que se me ocurrió en ese momento. El castillo se estaba derrumbando y yo no...- Hannel se detuvó, mientras veía sus manos.
-Lo hiciste bien.
Hannel lo ve. Sharín se encontró con sus ojos color miel una vez más, recordó lo mucho que la había extrañado.
-Sharín, sé que todo lo que hice estuvo mal. Esa bruja me hizo algo y yo... Hannel hizó silencio de nuevo.
-No fue tu culpa Hannel. A todos nós alcanzó su maldad, ella era horrible, pero ya se fue- dijo él.
-Nunca fue mi intención atraerte a una de sus trampas- añadió Hannel aun sintiéndose culpable.
La verdad era que Sharín si estuvo en algún peligro a causa de ello, fue por suerte y un poco de ayuda que había logrado escapar de sus pinturas, excepto la antepenúltima.
-Todo esta bien Hannel. Si alguien tiene culpa, soy yo, por atraerte hasta este lugar, si no hubiera sido por mi, tú nunca hubieras estado en peligro.
-No lo estuve realmente. Aquí todo es diferente Sharín- dijo ella con un poco de interés.
-¿Tú crees que esto es real?- preguntó Sharín. Ese pensamiento aun lo perturbaba, no podía esfumar la idea de que todo aquello no era más que un sueño. Hannel se quedo dubitativa, talvez ella también creía lo mismo. Pero talvez todo era tan confuso como para que su cerebro se acostumbrara a lo sucedido.
-Todo es real Sharín. El dolor, los sentimientos, el peligro.
-Pero, ¿Cómo funciona?. Quieres decir que, es un mundo mágico.
-No, eso es imposible. He llegado a pensar que talvez sea un mundo paralelo- respondió Hannel.
-Eso es igual de imposible- añadió él. No existe un mundo paralelo que la ciencia haya logrado a descubrir, por lo tanto ellos que apenas estaban empezando a entrar en adolescencia, no tenían la capacidad de probarlo. Lo cierto era que aun hay misterios incomprensibles por descubrir, pensó Sharín mientras veía a Hannel.
Aunque la tormenta se había esfumado, el precio de la calma fue alto. Sharín se preguntó donde estarian sus amigos, lo más seguro era que regresaran a la ciudad perdida. Lía seguro volvería con sus criaturas, en la cima de aquel cráter extinto. Fue poco el tiempo que Sharín permaneció en ese extraño mundo, sin embargo sentía como si una vida entera hubiera sucedido desde entonces, allí logro encontrar la familia que nuca tuvo. Había hecho verdaderos amigos, que quizá nunca volvería a ver. A pesar de padecer esa angustia, se sentía alegre de tener a su lado a Hannel, la chica más importante de su vida.
Sharín y Hannel abandonaron la habitación, habían decido explorar el exterior. Un interminable bosque cubrió sus ojos al salir, bajaron al riachuelo donde fluían peces dorados. Hannel intento en vano atrapar algunos, Sharín la observaba sentado sobre una roca en forma de sillón. Todo el lugar parecía estar hecho a la perfección, tal y como Hannel lo había imaginado. Varias mariposas de medio metro de altura y de un colorido diverso pasaron volando sobre ellos. Sharín se quedó atónito ante tal belleza, incluso Hannel permaneció sorprendida ante una obra tan magistral.
-Es magnifico ¿verdad?- dijo ella después de que las mariposas gigantes se dispersaban sobre el cielo azul.
-Siempre admire tu talento.
-Si, que lo hacías- añadió ella con una sonrisa-. Recuerdas las clases de pintura.
-Como olvidarlo, yo era terrible.
-No lo eras. Tus pinturas siempre eran extrañas, nunca las comprendí del todo.
-Si. Eran estresantes. Pero me ayudaban a despejar la mente.
-Fue por eso que esa bruja me obligo a introducirte en una de ellas, recuerdas el túnel que terminaba en la casa del risco.
-Si, me pareció conocido el lugar cuando estuve ahí.
-Fue Troy quien trajo la pintura de tu habitación cuando llegaste a este lugar.
El recuerdo de Troy nunca lo borraría de su mente, aunque él lamentaba como había terminado su destino sepultado sobre toneladas de piedra junto con sus amigos. Sharín esparció sus pensamientos con el hecho de haber cumplido con su misión, el remordimiento tenía que ahogarse en su interior, aquellos chicos eligieron el camino de la maldad que los llevo a su ruina.
-Hannel, ¿Y el ojo mágico?- preguntó Sharín. El repentino recuerdo de la causa que lo condujo hasta ese mundo, vino a él como un bucle. Sharín recordaba que Hannel fue quien logro apoderarsé del ojo dorado que era la mayor arma de la Dama Gris. Ante la pregunta de Sharín, Hannel rebusco en uno de sus bolsillos y extrajo el maligno ojo mágico que tantos problemas les había causado.
-Es muy lindo- dijo ella observando el ojo mágico-. Pero contiene mucho dolor y sufrimiento en su interior.
-Aún me cuesta creer que tenga tanto poder- añadió Sharín tomando entre sus dedos el ojo mágico que permanecía solo una pequeña bolita sólida de metal.
-¿Qué harás con el?- quizó saber Hannel.
-Jadel sabrá que hacer- respondió.
Hannel pareció molestarse, frunció el entrecejo por un leve momento. Sharín siguió contemplando el ojo mágico, pensando en lo que haría Jadel para destruirlo. Estaba seguro que disfrutaría el placer de vencer la maldad que durante tantos años cubrió su mundo.-Entonces, ¿nós iremos?- volvió a inquirir Hannel después de un largo momento de silencio.
Sharín tardo un momento en responder, percibió que el tono de Hannel era lúgubre. Quizás ella pretendía seguir más tiempo allí; en una de sus pinturas, prófugos de la realidad.
-Si Hannel, buscaremos a Jadel y sus amigos.
-Talvez deberías ir solo, no creó que sea bienvenida en el circulo de amigos de esa chica- replicó Hannel con amargura.
-Tú irás conmigo Hannel. No te dejare aqui, entregaremos el ojo mágico y volveremos a nuestro mundo.
Hannel le sonrió. Sin embargo seguía habiendo un sombra de infelicidad en su rostro. El día prosiguió su marcha, al atardecer unas nubes marrones se dibujaron en el cielo; y luego empezó a llover. Sharín estaba en la sala, sentado sobre un sillón gris. Hannel seguía sentada frente a la chimenea, había permanecido callada toda la tarde. Sharín pensó en hablar con ella y animarla, pero de nuevo la ausencia de palabras importantes se volvió apoderar de él. Ahora solo estaba seguro de volver con Hannel al mundo donde ellos habían crecido durante catorce años. Entonces un nuevo planteamiento le taladro su mente, volver implicaría desaparecer del orfanato y empezar una nueva vida. Pero, como dos adolescentes podrían vivir tranquilos cuando no tenían a nadie que respondiera por ellos. El orfanato seguía siendo opción, sin embargo no sabían cual era la repercusión de su ausencia durante su estancia en ese mundo. Hannel abandono la calidez del fuego y fue a sentarse junto a él.
-Sharín, ¿Te encuentras bien?- pregunto con su dulce voz. La tristeza que mostró durante las últimas horas se había esfumado. Eso basto para despejar las precarias ideas de Sharín.
-Si, creó que si.
Hannel tomo su mano. Sharín sintió como su alma estaba en calma cuando tenía a la chica más importante en su vida.-Debes descansar, te ves muy cansado- propusó Hannel.
Y juntos se marcharon a sus habitaciones, Sharín se tumbó sobre su cama, pensando en Hannel hasta que el sueño por fin lo venció. No había transcurrido demasiado tiempo, o así le pareció a él; cuando un súbito silencio lo despertó. Una luz cegadora cubrió sus ojos, después de un momento se percató que ya había amanecido. Se pusó de pie y se desperezo. Luego de un minuto se dio cuenta que algo faltaba en su atmósfera, la apacibilidad que aquel hogar tenía resultaba extraña. El día anterior el canto de las aves era una suave melodía, ahora ni el más diminuto sonido era audible.
-¡Hannel! ¿Dónde estás?- dijo Sharín sin obtener respuesta.
Se acercó a la ventana para ver si el estaba en el riachuelo, pero no se encontraba afuera. El temor sacudió su interior, Sharín busco el ojo mágico en su bolsillo y ya no estaba.
Media hora más tarde, su temor se hizo realidad; después de buscar a Hannel por toda la casa no encontro rastro de ella, lo cual significaba que Hannel lo había abandonado. La verdad lo dejo perplejo, ¿Cómo podía Hannel abandonarlo? ¿Adonde se había ido? ¿Porque hurto el ojo mágico? Tantas preguntas se revelaban ante sus ojos; estaba claro que quería encontrarse con Jadel, la molestia que había mostrado corroboraba eso. Sharín sabia que solo podía ir a algún lugar en ese mundo, no tenía la capacidad de abrir un portal y volver a su mundo, pues solo él tenía esa capacidad. Lo único que no quedaba claro para Sharín era porque se llevo el ojo mágico, que pretendía hacer con el. La Dama Gris ya no estaba, así que descartó la posibilidad de que ella podía volver al castillo en ruinas. Sharín no se había sentido tan desconcertado desde aquella vez en que ella se marchó con sus falsos padres que resultaron ser una trampa idealizada por la Dama Gris. Todo lo que Sharín había imaginado al lado de Hannel se desmoronaba otra vez, el cruel destino se aferraba con recelo en separarlos. Sharín hecho un último vistazo a la estancia donde se encontraba, luego con una lágrimas en sus ojos alzó su mano y abrió un atajo; al otro lado se veía una calle arenosa, Sharín camino hacia el frente y luego estuvo de pie en la calle que ya le resultaba familiar: estaba de nuevo el la Ciudad Perdida. Sharín cerro el portal dejando atrás la pintura realista de Hannel y vio las hileras de casas de madera ordenadas en orden perfecto, Sharín prosiguió hacia adelante, su corazón le dictaba que aquel lugar era el adecuado para empezar un nuevo destino. Ya no volvería a su mundo hasta encontrar a Hannel y destruir por completo el ojo mágico, sus pasos sobre la arenosa calle se fundian con el júbilosas conversaciónes de los ancianos que no mostraban ningún interés al verlo pasar frente a ellos. Mientras Sharín avanzaba hacia el lugar correcto, un nuevo sol se alzaba sobre su silueta, una nueva aventura estaba por empezar y eso implicaba tener con él a sus nuevos y fieles amigos.
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El Ojo Mágico
FantasyBuscaba una familia, y encontró amigos. Era temeroso, y aprendió a defenderse. Muchos desconocidos tenían esperanzas sobre él, ignorando que la mitad de su vida había sido un cobarde. ¿Quién era? ¿Adónde pertenecía? ¿Para qué lo necesitaban? La Dam...