ZORO
Después de la bofetada impartida por mi tío, me fui derecho a mi habitación con un paso ligero y firme y sin replicar, sin escuchar lo que mi tío me decía, me gritaba, me exigía, el iba tras mío.
Me encerré en mi habitación con llave y me senté en mi cama aferrandome a mis piernas llorando mientras este aporreaba la puerta para que la abriera, pero, si la abría, sabía lo que me esperaba, otra paliza... como un niño pequeño con miedo a la oscuridad, solo deseaba que se marchara de allí, y que la noche pasara tranquila.
Gracias a dios solo estuvo como mucho 3 minutos dando golpes y gritos, aún así, esta noche no saldré de mi habitación, no estoy diapuesto a aguantar otra de sus furias, no podría.
Con lagrimas aún en el rostro me quedé dormido, pero algo me despertó. Escuchaba pequeños golpecitos en mi ventana, lo echaba de menos, ya se lo que es, o más bien quien es.
Entre la oscuridad de la noche me levante de la cama y la rodee hasta llegar a la ventana, me asome por ella sin encender ninguna luz, pero sí, es lo que yo pensaba, es Robin; abro la ventana y enciendo la luz de la lamparita que reposa en mi escritorio de madera justo a mi lado izquierdo.
Veo a Robin sonreír, y menuda sonrisa, deslizo mi mirada sobre toda ella, sobre todo lo que el hueco de la ventana me permite observar, es perfecta, es sexy, casi puedo ver su cuerpo desnudo a través de su fino camisón color blanco, me encanta como su pelo roza sus hombros, me encanta toda ella, de repente noto como algo en mí comienza a endurecerse. Intento que ella no se de cuenta de lo que me está sucediendo y creo que lo consigo, solo me sonríe y agarra su pequeña pizarra y comienza a escribir sobre ella. Como lo echaba de menos.
Sobre la pizarra puedo ver escrito algo, ¿me estaré confundiendo? ¿será lo que estoy leyendo? "Tengo un regalito para ti" ¿estaré mal interpretando lo que escribe? Me estoy poniendo muy nervioso, con mi miembro a flor de piel no puedo pensar.
La veo borrar y vuelve a escribir "¿Mañana a las 22:00 en el parque?" Le sonrío y asiento con la cabeza, la veo despedirse de mi con la mano y con su bella sonrisa, se apaga la luz de su habitación y yo me tumbo de nuevo en mi cama aún con la luz de mi pequeña lamparita encendida.
Díos mío ¿que quiere de mi? No puedo quedar con ella, ¿quizás sea para liarnos? ¡No! Ella ya dejo claro que me ve como a su hermano, pero ¿porque yo no puedo mirarla de la misma manera que ella me ve a mi?... cierro los ojos para aclarar mis ideas y me rasco la cabeza.
No puedo pensar con claridad, solo puedo pensar en ella, en sus pechos, sus caderas, sus hermosas curvas y su piel... dios... nunca había visto una piel tan bonita. Sin darme cuenta acaricio mi piel hasta introducir la mano derecha dentro de mis boxers, no puedo evitarlo, sin darme cuenta, de manera instintiva me masturbo, y lo hago pensando en ella, en su feminidad.
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Me suena el despertador y sin miramientos me levanto de la cama, hoy estoy feliz.
Desnudo como siempre abro la ventana para airear mi habitación y me quedo apollado en la repisa con los ojos cerrados mientras el sol me baña.
ROBIN
Noto algo que me escandila, abro los ojos poco a poco y compruebo que es el sol entrando por la ventana, aún en la cama me desperezo estirando mis brazos y sonrío, hoy es un nuevo día.
Con muchas ganas y mucha energía me levanto de la cama, de pie junto a ella acomodo mi pequeño camisón y hago un pequeño moño con mi pelo despeinado, me coloco mis zapatillas azules y me dirijo a abrir la ventana, pero antes de acerlo me dentengo. Veo algo, más bien a alguien, veo a Zoro desnudo, me quedo observandole un buen rato, no me había fijado en lo fuerte que está, se ha trabajado muchisimo el cuerpo. Apollo la cabeza sobre el marco de la ventana aún cerrada y me quedo contemplandolo.
-¿Robin?- una voz me saca de mi trance.
Me pongo nerviosa y rapidamente echo las cortinas para que mi madre que estaba de pie junto a la puerta no se de cuenta de lo que su hija estaba haciendo.
