ZORO
Sudor, noto como gotas de agua salada y fría me resbalan por mi frente, como empapan mi pelo y parte de mi ropa, estoy nervioso, nosé porqué.
Todos me están mirando dudando, cuestionando como soy, murmullan entre ellos, uno al lado del otro, tambien detrás de las primeras personas, en filas... mis nervios aumentan aún más, me están revisando de arriva abajo, me miran raro y bajo mi cabeza para poder observarme a mi mismo, voy exactamente igual que ellos... no lo entiendo.
Entre sudor, cabreo y nerviosismo... entre tanta gente me llama la atención una chica, una chica de tez palida y cabello oscuro, tiene la nariz metida en un libro bastante gordo, no se ha percatado de mi presencia.
Mientras observo a esa chica, una señora mayor apolla su mano en mi hombro izquierdo para llamar mi atención así que me giro hacia atrás y alzo la vista en busca de la señora, esta me mira con una sonrisa que cree que a mi me transmite confianza y lo unico que hace es ponerme peor de lo que ya estoy...
-Muchacho ¿estás bien?- me pregunta la señora muy amable en voz baja, solo puedo oírla yo, en respuesta asiento con la cabeza, claramente le miento, estoy muy nervioso.
-¡Muy bien chicos!- alza la voz mientras pronuncia esas palabras y aparta su mano de mi hombro para dar palmas llamando así la atención de todos, menos la de ella. Todos miran a la señora con atención.
-Este será vuestro nuevo compañero- dice con una gran sonrisa, mi mira y en voz baja me dice. -Adelante muchacho, presentate.- tras esas palabras mi sudor aumenta, ahora todos los ojos están centrados nuevamente en mi, esperan a que hable, quieren quedar saciados.
-Me... me lla... llamo...- apenas pronuncio en un tono inaudible.
Comienzan nuevamente los cuchicheos acompañados de risas con malicia y burlas, me señalan varias personas con el dedo indice... me pongo peor, no soporto que se rian de mí... voy a pegar un grito pronunciando las simples palabras de PODEIS IROS A TOMAR POR CULO pero alguien se me adelanta, la señora nuevamente pone orden con un simple aunque sonoro golpe sobre el escritorio, el silencio reina.
Con su mirada me vuelve a animar a que continúe lo que empecé, me animo y cierro de manera sumamente fuerte los ojos.
-Me llamo Roronoa Zoro- completo la frase por fin, tras terminar abro mis ojos lentamente, nadie se rie, todos me miran atentos.
-Muy bien chico, puedes sentarte- mientras me susurra estas palabras me indica una mesa vacia justo al lado de la chica del libro, trago fuerte y me voy a donde la señora me ha mostrado con su mano.
Una vez sentado la señora vuelve a llamar la atención llamando a alguien de apellido Nico, la chica levanta la cabeza y la observo, me quedo prendado de ella, es aún más increíble, tiene unos ojos azules como el océano que nunca antes habia visto, simplemente preciosa cual muñeca.
Veo como mueve los labios, son gruesos y carnosos, su perfil es perfecto, mejillas rosadas... hasta el corte de su cabello me impresiona, por los hombros y con flequillo, si, su cabello... es increíblemente negro, tan o incluso más negro que el carbón, hace resaltar sus ojos, veo como esta chica asiente.
Gira la cabeza y me mira sonriente, aún nose porqué, yo sigo apollado sobre mi mano como un bobo observandola. Algo suena fuerte, me saca de mi trance. Todos se levantan y salen de la sala ¿ya es la hora? Es increible como se me ha pasado el tiempo. Soy el último en salir de allí.
Camino por un pasillo con paredes marrones, pero no un marrón cualquiera si no de una fina madera de roble. Continúo mi camino y esta vez me voy mirando los pies, nose a donde ir, estoy solo y no conozco a nadie.
-¡Hola!- me sorprenden por la espalda, me giro y ahí esta ella, tan guapa, tan perfecta. -¿No sabes hablar?- me pregunta, esta vez en respuesta a su pregunta hago un leve gruñido y dejo de mirarla para continuar mi camino. -La señora Kokoro a dicho que te enseñe y te explique todo.- me dice seria.
-No necesito que me ayudes- digo en voz baja, pero esta me oye perfectamente.
-No seas cabezón, necesitas ayudas y yo puedo ofrecerterla, no conoces nada de esto y yo lo conozco como la palma de mi mano.- su sonrisa torna a seria.
-Creo haberte dicho que no necesito ayuda, ni tuya, ni de nadie- subo el tono esta vez, lo de ser borde me sale desde siempre, veo como sus labios se apiñan y sos ojos se vuelven llorosos.
-Está bien- me dice como puede y se marcha.
La observo caminar, abrazada al libro que antes leía, cabizbaja, la ilusión con la que al principio me saludó ha desaparecido, sigo observandola, no solo cuando camina, si no durante el resto del día y me doi cuenta de que está completamente sola.
Cuando es la hora de irme salgo del imenso sitio y me espero en la puerta, mi tío viene a recogerme en coche.
-¿Que tal te ha ido?- me pregunta serio, aún con el coche parado, esperamos a alguien.
-Podia haber sido peor- respondo sin más.
-¿Eso que significa? ¿te ha ido bien o mal?- mi tío quiere respuestas claras y certeras.
-Bien.- consigo decir antes de que subiera al coche mi hermana mayor, maldita metiche.
El resto del camino transcurre en silencio, almenos por mi parte y la de mi tio, mi hermana esta como loca y no para de hablar sobre su primer día y sobre chicos. Gracias a Díos en 10 minutos llegamos a nuestra nueva casa, mi hermana se baja corriendo del coche mientras canta una ridícula canción.
-¿Cómo está mi madre?- pregunto triste. Mi tio me mira serio y sonríe.
-Muy bien Zoro, tu nueva hermana ya está aquí, esta tarde podrás ir a verla.
Me sumerjo en mis pensamientos, mi pequeña Kuina ya esta aquí, esa es mi mayor alegria en todo el dia, mi amargura por primera vez se transforma en felicidad. Cuando bajo del coche me quedo en el porche de mi nueva casa mirando al cielo sonriente.
-¿Zoro?- me pillan por sorpresa.
Hola a tod@s siento mucho haber tardado tanto en subir el primer capitulo, pero por circunstancias no lo he podido hacer antes, espero que este primer capitulo os guste y le deis mucho amor. Nos escribimos pronto 😘
