Capítulo 8

958 63 15
                                    

Habían pasado semanas desde que Jeon Jungkook; el mismo Don de una de las tres mafias más poderosas del mundo, me había dicho que me deseaba, a tal punto que me había raptado. Sin embargo, nada había cambiado, seguía recibiendo el mismo trato frío de Jeon, seguía teniendo la misma sensación de miedo cuando Namjoon se acercaba a mí; dormía en la misma fría pieza cuadrada y apenas comía las sobras que quedaban de las comidas de Jeon: pobre de mí si Jungkook no comía en casa. Soobin ya no era el chef, Jungkook lo había despedido, no lo mató gracias a Jimin. Quizás mentí al decir que nada había cambiado, algo sí lo había hecho, ahora Jungkook me buscaba hasta mi pequeña pieza para follar cuando él quería; de igual forma, no importaba si me encontraba haciendo alguna tarea dada por Jimin, Jeon siempre me buscaba y me obligaba a tener sexo con él, en ese mismo lugar, y si me quejaba o trataba de pararlo o alejarlo, recibía golpes, tal como ahora.

Mi labio estaba reventado, y no paraba de sangrar; mi camisa era la única "toalla" en ese momento, estaba toda ensangrentada. Me levanté del frío suelo, no pude sentirme mareado al hacerlo, necesitaba comer, pero Jeon no había dejado sobra alguna del desayuno.

—Eres una mierda inservible —exclamó el pelinegro —. Trato de demostrarte el deseo que tengo hacia ti —se acercó de nuevo a mí y con su mano derecha me tomó de la raíz del cabello —, ¿y qué haces? —me acercó a su rostro —, me desprecias.

De nuevo me arrojó al suelo, las palmas de mis manos sangraron de nuevo. Él ya no se encontraba en el jardín, un sentimiento de calma invadió mi cuerpo. Tendría que ir a darme otro baño, si no quería que se me infectara mis rodillas, palmas y labio; las tareas podrían esperar, enfrentarme a Jimin era menos preocupante y doloroso. Me dirigí a mi pieza, pero había chocado con un cuerpo al momento de entrar a la casa. Era Namjoon.

—No creas que he olvidado que robaste mi reloj, pequeña rata —sus manos tocaron mi pecho, ejerciendo fuerza suficiente para caerme de culo —. No sabes cuántos problemas nos haz traído, escoria —se agachó y me tomó del cuello de la camisa —. El día que Jungkook se aburra de ti, te cortaré en pedazos y se los daré a mis perros.

—Pero eso no sucederá —el pelinegro había entrado a escena, tal como lo haría un héroe, lastimosamente en esta realidad, ni en otra, Jeon Jungkook sería mi héroe —. Suelta a Taehyung o aquí mismo te corto la mano —el reprendido soltó bruscamente mi camisa, volteó a ver al tatuado haciendo una reverencia y yéndose por donde vino.

No quería voltear a ver al pelinegro, si lo hacía, ¿acaso tenía que agradecer? Unos brazos fuertes me cargaron como lo hacían en las bodas, pude ver de cerca el rostro de Jeon sin tener que estar en alguna situación donde tenga que follar o aguantar un golpe de él. Me llevaba a su habitación, eso somos significaba algo: tendríamos sexo. Abrió la puerta sin soltarme y me depositó en su cama delicadamente, era algo nuevo. Cerró la puerta y dirigió sus ojos a los míos, aquellos ojos marrones que deseaba descifrar con todas mis fuerzas, pero igual quería verlos sufrir tanto como yo sufría. 

—Quítate la ropa —no era inteligente de mi parte si desobedecía a su indicación, así que lo hice —. Ahora espera aquí.

Fruncí el ceño, había ido al baño y no había vuelto hasta después de al menos media hora. Me cargó de nuevo como lo había hecho antes, ambos entramos al baño, con cuidado me introdujo a una bañera de porcelana con agua tibia y burbujas con un olor exquisito, ¿acaso él...

—¿Te gusta esta esponja —comenzó a tallar con cuidado mis hombros con una esponja azul junto con las burbujas —o quieres una diferente? —el tono de voz que usaba justo ahora, era completamente nuevo. Era tan suave y delicado, para nada brusco y demandante como suele ser.

—Esta está bien —Él asintió, siguió tallando delicadamente mis hombros y espalda.

Mis ojos vagaron por todo el baño: era demasiado elegante, nunca tuve tiempo de poder verlo detalladamente, de nuevo nuestros ojos se encontraron; ninguno parpadeaba, era como una guerra inocente de miradas. Su mano izquierda viajó hasta mi mejilla y con su pulgar comenzó a darme caricias pequeñas, se acercó lentamente y sin ningún aviso previo, me depositó un beso en los labios. Me confundía sus actos y actitudes hacia mí: me trataba mal la mayoría de veces y ahora, me enjabona con la mayor delicadeza y me da besos. ¿Qué es lo que en realidad quieres, Jeon Jungkook?

CANCELADA || Mafia Boss || Taekook. [+18] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora