Capítulo 14

461 48 78
                                    

Jaja XD imagen que no tiene nada que ver con el capítulo pero me encanta cómo está Elizabeth así y meliodas con su uniforme de la taberna todo contento diciendo "esa es mi esposa" es que XD 

El desayuno lo habían pasado muy pacifico a decir verdad, había miradas fugaces entre Melia y ella debido a lo que había pasado cuando meliodas no estaba, de vez en cuando meliodas olfateaba su cabello y acariciaba su brazo con cariño y lentitud, para Elizabeth todo eso era una paz que no creyó capaz nunca pues asesar de sus diferencias ambos hermanos estaban teniendo que compartirla y empezar a llevarse bien, de todas formas ella era la novia de ambos, solo era eso y ya, era un triángulo amoroso ya no tan confuso como antes, ambos hermanos ya estaban cambiados y listo para irse a sus jornadas laborales y cuando la albina salió ya con sus sostén y sus zapatos puestos sus labios se movieron con lentitud tentando a meliodas.

—Mel, Meli necesito que me lleven a casa— apenas esas palabras salieron de su boca, los rubios la miraron con una expresión triste en sus ojos esmeraldas debido a que querían seguir pasando tiempo con ella, incluso todo el día no sería suficiente para estar satisfechos de ella, su olor, esa dulzura, su simple cara angelical, todo de ella lo necesitaban para seguir viviendo o al menos para no ver la vida como una carga sobre sus hombros amplios y fuertes — Por favor, necesito cambiarme de ropa y darme un baño para ir a trabajar...— 

— ¿Por qué no te bañas aquí? Mientras tú te bañas Melia puede ir por tu ropa— 

—Si de esa...¿¡Que!? No mejor ve tú por la ropa y yo me quedo— respondió el de ojos opacos al momento que su hermano gemelo dijo aquello, no podía permitir que ella se quedara a solas con él mucho más sabiendo que estaría desnuda en la regadera o la bañera, que su hermano meliodas podría verse ese hermoso cuerpo desnudo e incluso hacerla suya, no quería dejarla

—Hermano...no es momento para pelear por eso— 

—No voy a permitir que se quede contigo, menos desnuda y en la ducha— gracias a eso tanto la albina como el otro rubio supieron a lo que se refería, no quería dejarlos a ambos solos sabiendo que podrían hacer el amor o que siquiera la tocaría, a pesar de lo sucedido con ellos hacia ya unos momentos Melia se negaba a cooperar—Ella es mía —

—Melia este no es el momento para tus estupidos celos — le respondió le mayor rodando los ojos por la actitud de su gemelo y cruzando los brazos, en realidad no había pensado en coger con ella cuando se le ocurrió esa idea solamente había pensado que de esa forma la podrían tener más tiempo sin embargo cuando su gemelo comentó aquello la idea fue extremadamente deliciosa — Por favor, te prometo que no la tocaré —

—Ya te eh dicho que no haré eso...—

—Bien!!! En ese caso te acompaño a casa Eli— la cara de Melia reflejo miles de emociones en ese momento, miedo, tristeza, resignación y decepción luego solo quedó una que ganó aquella batalla, ira, solo pudo enfurecerse por que su hermano la iba a acompañar y no él ¿Acaso no importaba? — ¿Vienes hermano?— justo lo que estaba pensando, rodando los ojos y bufando con extrema molestia Meliá solo se amarró los cordones de sus zapatos y asintió con la cabeza, la cara de Elizabeth solo refleja tristeza pura, todo iba tan bien hasta que los celos de aquel hermano salieron nuevamente a la luz haciéndole dudar profundamente si llegarían lejos en aquella relación, ¿por qué se puso así? Meliodas está aprendiendo a controlar sus celos pero aunque a Melia le cueste aún tenía la esperanza de que lograra hacerlo 

—Gracias Meli pero creo que mejor voy sola—

—¿Por qué Eli?— la albina solo soltó un suspiro y desvió la mirada hasta que sus esferas bicolores cruzaran con la oscuridad en los ojos de Melia quien se quedó igual de confundido que su gemelo pero todas sus dudas se vieron contestada cuando aquella mujer miró a el rubio

Devuélveme a mi chicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora