Capítulo 25 (final)

804 53 120
                                    

Estoy regalando pañuelos y papel para los que quieran QuQ es que yo chille mientras escribía así que por si alguno quiere QuQ🧻

Ahhh wey con la sola imagen quiero volver a chillar QuQ

Capítulo muy largo de una vez aviso ewe 

Elizabeth solo escuchaba todo desde la escalera, ya se había salido de su baño, ya estaba cambiada pero cuando estaba por gritarle a aquel maldito que se largara de su casa escucho la terrible razón por la que había vuelto y no supo que más pensar

—Se que aún así no debería de estar aquí, se que me merezco morir solo después de lo que hice pero me gustaría pasar mis últimos momentos a su lado— empezó diciendo este ante el shock de meliodas el cual se quedó tan estático que incluso disminuyó la fuerza con la que tenía tomado a el bebé, por un momento el pequeño estuvo apunto de caerse pero fue rápidamente tomado por su padre apenas salió de aquel shock — Yo me enteré hace unos meses—

—¿Cuanto tiempo?...—

—No mucho...— el rubio no sabía ni que pensar, ¿debería recibirlo? No podía, lo que hizo fue algo grave ya hora solo por eso quería volver sin embargo seguía queriendo a su hermano y estaba seguro de que se iba a arrepentir demasiado si no lo hacía —Ya te había dicho que no me quedaba tanto —

—¿Una fecha aproximada?—pregunto nuevamente meliodas con la voz quebrada acariciando el pequeño cabello de Tristán el cual solo se rio fuerte por esa caricia provocando las lágrimas en los ojos de Melia, era demasiado hermoso, tenía los ojos de Elizabeth con la diferencia de que tenía uno de sus ojos color verde opaco como él, quizá cuando fresca cambiaran pero por ahora era realmente hermoso 

—5 quizá 4 meses no lo sé...— 

—Mierda ¿Acaso no te diste cuenta antes?— 

—No creí un fuer algo tan grave!!! Y ya es demasiado tarde para tratarlo— susurro lo último escondiendo su mirada mientras se mordía el labio un poco por la impotencia une sentía, la ira guardada y la increíble depresión que agitaba su cabeza, según el médico esos síntomas eran normales en una persona con un tumor cerebral, habría días en los que no sabría ni quién era hasta que poco a poco al información llegaría a su cabeza, sería una muerte lenta y dolorosa, de migrañas que te arrancaran la cabeza, convulsiones, problemas en su vista y problemas para caminar, serian unos meses d e infierno con dolores musculares tan fuertes que sentiría que lo estaban partiendo cada uno de sus huesos lentamente —Yo...tengo miedo hermano, no quiero morir solo—

—Está bien...— al instante Melia levantó su mirada con sorpresa y aún lágrimas saliendo de sus ojos verdes opacos, no se imaginaba eso, no creía que lo recibieran después de loq ur hizo, merecía morir solo en la que alguna vez llamo hogar y sufrir eternamente por sus errores — No dejas de ser mi hermano y te quiero a pesar de todas las estupideces que hiciste Melia—

—Hermano!!!— ¿hace cuanto no se abrazaban de esa forma? Dejando a el pequeño bebé recostado en el sillón ambos gemelos se levantaron de sus lugares con rapidez para fundirse en un hermoso abrazo fuerte de puro apoyo, el amor de hermanos no importa cuanto tiempo pasara ni cuantos problemas siempre sería su querido hermano menor...por unos minutos claramente —Perdón!!! Se que no lo merezco pero aún así perdón!!!—

—No es a mi a él que debes pedirle perdón y lo sabes imbecil — comentó este acariciando los cabellos rubios de su gemelo sin dejar de llorar, meses, tenia meses para poder convivir con su familia como nunca antes lo había hecho, sabía que serían noches en vela, gritos, llanto y condiciones, lentamente aún llorando demasiado como cuando eran unos niños los rubios se separaron de aquel alcalino abrazo levantando la mirada para mirarse a los ojos y tras sonreír la atención de Melia fue directo a el pequeño bebé que jugaba con sus pies o lanzaba manotazos a el sillón 

Devuélveme a mi chicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora