XV

1.2K 99 2
                                    

Desperté feliz, por fin era el último día de la semana. Dos semanas más y estaría disfrutando de las hermosas vacaciones de verano, quedarme en casa y ver muchas series y películas, disfrutando de no hacer nada.

Claro que eso no era lo único que me tenía feliz, era obvio, ¿No?

No podía creer que una simple charla con un pequeño beso en la mejilla me hicieran tan feliz. Tal vez fue el gesto de la necesidad de pedirme perdón y la sinceridad del beso que me tenían con una felicidad que parecía inagotable.

Mire por mi ventana y ya estaban siendo sacudidas las hojas de los árboles por la fresca ventisca de primavera que anunciaba su llegada, mire a mi alrededor y todo parecía lleno de vida. Las flores empezando a crecer, sobre todo esas margaritas que crecían en los pastos, como las amaba. El cielo con una que otra nube blanca que parecían algodón de azúcar. Y un hermoso amanecer se presentaba ante mi, unos cálidos rayos empezaban a aparecer y con ellos el sol.

Tomé mi celular para ver que hora era, ya que no había despertado con la alarma, eran las 5:43 de la mañana. Creo que nunca había estado tan agradecido de despertar tan temprano, observar como es que las pequeñas cosas de la naturaleza van despertando junto con unos pocos rayos de luz era simplemente perfecto.

Decidí prepararme para la escuela, era temprano, así que me daría tiempo para tomar un de mis  adoradas tazas de café.

Salí de la ducha unos 15 minutos después, me vestí y lavé mis dientes, para terminar de corregir unos errores que tenía en una de mis tareas y luego guardarla en mi mochila.

Baje feliz por las escaleras mientras iba tarareando "Last Friday Night" de Katy Perry, cuando ya había terminado de bajar las escaleras, la puerta de mi casa empezó a abrirse y esta mostró a mi padre, con ojeras, pero con una sonrisa.

-¡Papá!- exclamé feliz.

-¡Stiles!- se sorprendió, corrí a darle un gran abrazo que correspondió al instante, no pude evitar que algunas de mis lágrimas cayeran- ¿Qué haces despierto a esta hora?- preguntó aún en el abrazo.

-Desperté temprano y decidí levantarme para no ir sin desayuno a la escuela- expliqué mientras sorbía mi nariz- ¿No dijiste que llegarías hoy en la noche?- le pregunté separándome de él para verlo mejor y secar mi rostro.

-Eso había dicho, pero la convención terminó ayer en la tarde, así que decidí volver para tenerte una sorpresa cuando despertaras.

No habían palabras para describir lo feliz que me encontraba por esta sorpresa. Tenía tanta suerte de tener al mejor padre del mundo. Me quede viéndolo con una sonrisa, mi padre rió ante mi reacción y me jalo a otro abrazo. 

Todo lo que queríamos decirnos, lo hicimos en ese abrazo. 

Sentía todo el cariño que un padre le puede tener a un hijo, me sentía acompañado después de toda una semana.

-Te amo hijo, estoy muy orgulloso por la persona en la que te estas convirtiendo- me susurró, podía sentir su sonrisa en esa pequeña e importante oración.

No tenía palabras, todas se me habían olvidado, solo pude abrazarlo más fuerte que antes. Agradecía un millón de veces que mi padre haya aceptado como soy y que me apoye en todo lo que hago.

Después de unos minutos nos separamos y me ofrecí a entrar su bolso que había llevado a tal convención. Hicimos el desayuno juntos mientras mi padre me contaba todo lo que había aprendido y visto, los avances tecnológicos, las charlas para ser un mejor policía, entre otras cosas. Con todo listo, nos sentamos en nuestra mesa americana, yo en donde se había sentado Derek ayer y mi padre enfrente mío.

𝑳𝒐𝒗𝒆𝒓  -  𝑺𝒕𝒆𝒓𝒆𝒌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora