XXIX

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Cosas se movían de aquí para allá. Reacomodando y volviendo a mover.

Lydia estaba segura que había algún ángulo en esa sala que debía ser el correcto, si no ¿Dónde pondría el sillón?

Les decía a Scott y Liam que volvieran a moverlo, de vez en cuando a la derecha y otras hacia la izquierda.

Peter desde la cocina sorbia de su taza de café divertido por aquella situación. Pero estaba seguro de que Lydia tenía algo en mente y que si ella decía que movieran las cosas nuevamente nadie se negaría.

Se suponía que el estaba haciendo la comida para los chicos, pero sabía que su sobrino compraría un pizza o algo de comida chatarra, después de todo ¿Quién comería un plato elegante viendo una película? Él no, estaba claro. Prefería mil veces una pizza y buena compañía. Ahora que lo pensaba Derek era en ese aspecto parecido a él.

Demoraron más de una hora en terminar de arreglar todo. Cuando salió de la cocina se encontró con su sala de estar toda cambiada de lugar, incluso creía que faltaban muebles en ese espacio. Pero no podía negar que había quedado perfecta.

Tenía un pequeño toque a hogar. Y le gustaba.

Miro orgulloso a los chicos, felicitándolos por su trabajo. Pero esta se disipó al momento que Lydia le había preguntado si había preparado algo.

Fingió que tenía que hacer algo y rápidamente se dirigió a su habitación, sintiendo como la pelirroja estaba por pisarle los talones.

No había otra salida que recurrir a una excusa barata y que fuera, en parte, creíble.

-¡Scott no te sientes en los cojines!- se giró a gritar, actuando obviamente- ¡A Lydia le costo mucho arreglar la sala!- volvió a gritar, mirando a la pelirroja que tenía los ojos abiertos como platos.

-¿Me estas intentando dar una excusa barata?- preguntó indignada, acercándose un paso más a él con cada palabra.

Peter estaba muerto.

Bueno aún no, pero lo estaría por haberse pasado de listo con Lydia. 

***

Al salir de la tienda a la que había ido, abrió rápidamente el auto y guardo las cosas que había comprado en la maleta. Subió y se dirigió al local de pizza favorito del castaño a retirar lo que había encargado.

Se demoro alrededor de unos 10 minutos en que lo atendieran y que le dieran su encargo. Tenía prisa, pero estaba bien en cuanto al tiempo.

Tenía muchas ganas de ver a Stiles, a pesar de que lo había visto el día anterior al ir a buscarlo a la escuela. Tal vez era porque no pudo pasar la tarde con él. En una semana ya se había acostumbrado a esa pequeña rutina que tenían, pero estaba seguro que pronto tendrían muchas cosas por hacer juntos y la rutina no importaría al tenerlo a su lado.

Suspiro emocionado ante ese pensamiento.

Unos minutos más tarde ya estaba llegando a la casa del castaño, viendo desde lejos el auto del Sheriff y el Jeep de Stiles.

Aparco el auto y camino hacia la entrada. Sonrió inconscientemente cuando escucho unos rápidos pasos bajando las escaleras.

Se apresuro a tocar el timbre, pero la puerta ya estaba siendo abierta y en un abrir y cerrar de ojos tenía a un pequeño castaño colgado del cuello, escondiendo su rostro en este. Riendo correspondió el abrazo del menor, estrechándolo contra su cuerpo, sintiendo su olor natural a vainilla que lo embriagaba.

-Te extrañe- susurro bajito el castaño.

-Yo también te extrañe Sti- le susurro de vuelta.

Estaban envueltos en una linda burbuja llena de amor, pero el típico sonido que se emite al tomar una foto los saco de su lindo mundo. Ambos sonrojados se separaron y observaron como era que el padre del menor escondía lentamente el aparato que había usado susurrando un audible "Mierda, estaba con volumen".

𝑳𝒐𝒗𝒆𝒓  -  𝑺𝒕𝒆𝒓𝒆𝒌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora