XXXVI

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En algún momento de mi vida me había imaginado esta parte.

Me había imaginado a mí, vulnerable ante una hermosa mirada, con el corazón a mil por hora y queriendo que todo fuese real y no una ilusión.

Ahora lo tenía enfrente de mí.

Y no podía pedir algo más perfecto que esto.

Su manera de describir lo que tenía en su mente durante este tiempo me hizo darme cuenta que estaba en el lugar correcto, en el tiempo correcto, con la persona correcta.

No podía dejar de observar su bella sonrisa, sus ilusionados ojos y sentir sus cálidas manos alrededor de mi cintura.

Él sabía que no me negaría, que aunque aún no respondiera, no significaba un no por respuesta. Sentía que de alguna manera ambos estábamos congelando ese recuerdo en nuestras mentes, logrando incrustarlo en nosotros, para sentirlo y vivirlo cuando quisiéramos.

Por mi parte aún sentía unas pequeñas lágrimas resbalar por mis mejillas y fue la mano de Derek limpiándolas la que me trajo de vuelta al lugar en donde estábamos.

¿Había algo más mágico que esto? Si había, no podía imaginármelo.

-Si, sí quiero Der- le susurré con una enorme sonrisa, al borde de estallar de felicidad.

Y sin pensarlo dos veces me abalancé a sus labios, besándolo con suavidad y demostrándole todos los sentimientos que estaba albergando es ese momento.

Derek no se quedo atrás, segundos después me correspondió, sonriendo en medio de este, logrando que yo también lo hiciera.

-Te quiero Sti, no sabes cuanto te quiero- me confesó, recargando su frente con la mía.

-Yo también te quiero Sourwolf- le susurré, mirándolo directamente a los ojos, mordiendo mi labio inferior, en un acto de intentar ocultar una maravillosa sonrisa.

Ibamos a iniciar un nuevo beso pero un grito chillón nos saco de nuestra ensoñación. Nos giramos hasta quedar mirando a la entrada del patio, donde estaba toda la manada con sonrisas, algunos con la boca abierta y una Lydia totalmente enternecida.

Con vergüenza me escondí en el cuello de Derek, escuchando las risas de los demás ante mi repentina acción.

-¿Qué hacen aquí?- preguntó Derek amable, pero pude descifrar un poco de nervios en sus palabras.

-No pudo guardar el secreto- levanté mi mirada y Scott señalaba a Peter quién solo sé hacia el desentendido.

-¿¡Yo!? ¿Qué cosas dices Scotty?- lo miró con una sonrisa terrorífica, típica de Peter.

-¿Qué dices? ¿Los dejamos pasar?- me preguntó suavemente cerca de mi oído.

-Me sentiría un mal amigo si no lo hacemos- le respondí riendo.

Unos 10 minutos después estábamos todos en la pista de baile, como una reunión de amigos, claro que los atuendos nos daban fama de personas importantes. La mayoría se había producido bastante para el baile.

Oh, el baile.

-¿Qué paso con el baile?- le pregunté a Liam y Lydia, quienes estaban a mi lado.

-Nada importante, los de último año llegaron con alcohol y lo cancelaron- me respondió Lydia un poco colérica.

-¿Estas bromeando?- pregunté incrédulo. La gente es muy poco consiente cuando se trata de cosas que ellos no hicieron con sus propias manos.

-Lo único bueno, es que paso cuando nosotros veníamos en camino, el director estaba colérico porque no los habíamos revisado, pero Lydia...- comentó Liam con una sonrisa, tapándola mientras bebía un poco de su vaso.

-Le dije que no era mi responsabilidad cuidar de unos "niños" de 18 años y que tampoco soy guardia de seguridad- dijo despreocupada levantando sus hombros- Después de todo no perdía nada, nos queda una semana ¿A quien le importa si te suspenden? El próximo año llegaras igual.

-¿Quien eres y que hiciste con mi amiga?- pregunté con una carcajada de por medio, contagiándosela a Li.

-Cariño, soy yo, pero en mi mejor versión- con elegancia tiro su cabello hacia atrás, haciendo reír a quienes se encontraban atentos a la conversación.

*****

La noche pasaba suave y armoniosa, no importaba lo bulliciosa que podía ser la música que los adolescentes ponían en las bocinas que Peter había conseguido; la sensación del aire rozando los dedos o la luz de la luna brillando sobre la piel, lograba que todo se convirtiera rápidamente en un hogar lleno de calidez y pasión.

Los menores disfrutaban de su inesperada llegada al baile improvisado que el menor de los Hale se había preocupado de organizar, disfrutando de su tiempo de calidad el uno con el otro. Algunos abrazados a sus amigos por el cuello, otros riendo por las bobadas que algunos decían y una que otra mirada indiscreta entre dos miembros de la manada que comenzaban a tener sentimientos uno por el otro.

Era un nuevo comienzo para cada uno de ellos.

Era el momento perfecto para dejar atrás todo tipo de remordimientos, arrepentimientos y quien sabe que otras cosas más, para dar paso a lo que sería los nuevos amores, las nuevas amistades y una nueva persona que se iría retroalimentando y construyendo a medida que el tiempo volvía a pasar, hasta que esta instancia se volviera a dar.

Cierta pareja era la prueba viviente de esto.

Se encontraban más alejados, bailando un vals en medio de una canción de Indie Folk, conocida como "August". Manteniendo los suaves movimientos que iban descoordinados con la suave melodía que se escuchaba.

De vez en cuando el menor sonreía a lo que el mayor comentaba y el mayor solo lo miraba atentamente cuando el castaño le pronunciaba aunque fuese una mínima palabra.

Algunos podrían decir que nunca llegaron a estar juntos completamente, otros podrían decir que el tiempo todo se lo lleva, otros que el tiempo logra que todo perdure, que el tiempo solo logra que todo crezca.

La verdad no sabría decirles que paso con aquella pareja que quedo congelada en el tiempo; esa que se querían con tanta intensidad, con tanto amor, comprensión y vulnerabilidad, porque todo en esta vida es volátil, todo muere, todo vuelve, todo se transforma.

-¿Crees que en otros universos nos encontremos, Der?- le preguntó con una suave sonrisa, escondiendo su sonrojo en el cuello del mayor.

-¿Por qué lo preguntas, cariño?

-Me gustaría conocerte en cada una de mis versiones porque así podría enamorarme de ti todos los días y de paso, poder enamorarme de ti en todos los universos posibles- saliendo de su escondite, lo miro directo a los ojos, demostrándole un brillo esperanzador, uno que muy pocas veces se podía encontrar en una persona de su edad; en ellos podías ver la ilusión de una persona enamorada, en donde una alma se entregaba por completo a la otra, sin importar si salía lastimada o no.

Derek quedo helado al ver tantas emociones acumuladas en su niño ¿Era posible que él tuviera el mismo desborde de emociones que él? Sonrió con ternura.

-Si no es así, encontraré una manera de que pase- le respondió, apoyando su frente en la del otro- Lo prometo.

Y sin mas, se fundieron en un beso, un beso que los llevo a su mundo, el cual por ahora solo tenían el terreno y el uno al otro para poder construir lo que seria de ellos.

Lo que sería el mundo de Stiles y Derek.

¡Ah! y, por supuesto, tenían su melodía principal:

Lover







Fin.

𝑳𝒐𝒗𝒆𝒓  -  𝑺𝒕𝒆𝒓𝒆𝒌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora