XXXV

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Caminamos unos cuantos pasos y lentamente retiro sus cálidas manos de mi rostro, dejando al descubierto el lugar.

El lugar estaba... Era... No tenía palabras para describir aquel lugar.

Según mi memoria, el jardín de la mansión era un lugar muy tétrico, que había perdido toda la esencia familiar que antes tenía. La tierra que antes era fértil, estaba toda quemada, casi formando un tipo de carbon y los arboles con sus troncos secos por las cenizas que los cubrían desde aquella fatídica noche.

Pero, inesperadamente, el jardín que mis ojos estaban apreciando, era un lugar completamente diferente. Césped había por todas partes, unos matorrales de rosas rodeaban el lugar, formando una cerca alrededor de este y unos cuantos arboles de Magnolia, con flores blancas creciendo en algunas zonas.

Asombrado de lo cálido y lindo que se veía el jardín a simple vista, me enfoque en el centro, dónde había una linda pista de baile que hizo que mi corazón se acelerara. Se encontraba debajo de unas tiras de luces de diferentes tamaños que iluminaban todo el lugar, creando una capa que escondía una mesa con dos asientos y unas velas en medio.

-Espero que te guste- escuché como Derek caminaba hasta donde estaba, pasando su brazo por mi espalda, acercándome un poco más a él.

-Sourwolf, es perfecto- dije asombrado dándome la vuelta para poder verlo- Es como estar en un cuento de hadas, muchas gracias Der- susurre, acercándome para abrazarlo.

Unos minutos después ya estábamos sentados en la mesa elegantemente adornada con velas y una botella de vino.

-Okey- comenzó Derek, dejando dos platos cubiertos por estas típicas tapas de metal en frente de cada uno- Quería que tuviéramos una cena de tres platos como normalmente se hace en esos restaurantes lujosos, pero creo que no somos ese tipo de chicos- me confeso tímidamente- Así que hice tu platillo favorito- y destapó ambos platos, mostrándome los espaguetis con salsa boloñesa, perfectamente acomodados y con unos lindos toques estéticos con otros tipos de especias.

Emocionado y agradecido por tal gesto de haber cocinado algo que me pareciera conocido y que me haya contado la verdad detrás de su lindas intenciones, salté de mi asiento y me acerque a él, plantándole un suave beso en sus labios.

¿Hace cuánto no nos besábamos? No lo recordaba, pero fuera el día que fuera o el momento que hubiese sido, sentía que no probaba sus labios hace años.

Instintivamente me atrajo más hacia él de mi cintura, logrando que enrollara mis brazos en su cuello, acariciando su negro cabello.

Separándonos luego de unos segundos, ambos tomamos asiento con bobas sonrisas en nuestros rostros. Comenzamos a comer entre risas y pequeñas confesiones que no eran más que un simple pero importante "Te quiero" mirándonos fijamente.

-¿Sabes qué es lo más gracioso?- le dije luego de haber estado esperando todo este tiempo para hacer esta pregunta, captando su atención en unos segundos- Que aún no sé cómo es que Lydia esta involucrada en nuestra historia- le dije sonriendo tímido.

Después de todo solo tenía las partes de mi historia y quería conocer las de Derek para tener todo completo.

-Tienes razón- dijo sonriendo ampliamente, acariciando el dorso de mi mano con su pulgar- Veras, hubo un día en el que me sentía realmente confundido con todo esto. Digamos que un día en especifico, me tope con dos adolescentes en sus mundos en el supermercado, riendo de las locuras que hacían- hizo una pausa al, creo yo, observar mi cara sonrojada por recordar el día en el que nos topamos en la tienda- Y, tengo que admitir, que los había visto desde que entraron- comentó con una risa nerviosa.

𝑳𝒐𝒗𝒆𝒓  -  𝑺𝒕𝒆𝒓𝒆𝒌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora