XVII

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-No iré- dije decidido.

Mis tres amigos detuvieron su marcha, girando a mirarme como si me hubiese salido una cabeza más de mi cuello.

-¿Por qué no iras?- me preguntó Lydia preocupada, intentando disimularlo con una rara sonrisa.

-Quiero estar con mi padre, chicos- suspiré- No es que no me guste estar con ustedes, pero estuve una semana sin él y me gustaría pasar un rato con él hoy- levanté mis hombros, restándole importancia.

Sabía que sonaba raro que un adolescente dijera que prefería estar con su padre a que salir con sus amigos, pero, en mi caso, era diferente. Mi padre era un pilar muy fundamental en mi vida y pasar tiempo con él era divertido.

Observe que mis amigos se miraban alarmados entre si, intentando buscar una solución, algo que yo no entendía muy bien. Scott miraba a Lydia, Lydia a Isaac, Isaac miraba de nuevo a Lydia y Liam los miraba con una expresión inigualable en su rostro, como si les quisiera decir que son muy obvios.

Luego de unos minutos más de intensas miradas y amenazas silenciosas de parte de Lydia hacia Scott, Vi como Liam se tomaba sus sienes y volvía a levantar la mirada.

-Esta bien, basta- dijo calmado, poniéndose entre los presentes y su guerra de miradas- Si no quieres ir, respetamos su decisión- Scott junto con Lydia y Isaac lo miraron perplejos- Si quieres ir sabes en donde estaremos ¿Si?- me regalo una sonrisa.

Le di las gracias a Liam por entender, este niño sique era una amor cuando quería. Me despedí de mis boquiabiertos amigos y me dirigí a mi Jeep.

Después de todo, era mejor quedarme en casa. Sé que había dicho que dejaría que pasara lo que tuviera que pasar entre ese Sourwolf y yo, pero aún dolía la idea de que alguien más estaba en su mente.

Llegue a mi casa, cansado del loco día que había tenido, después de todo creo que química no era lo mío, menos las reacciones químicas. Después estaban Scott y Lydia que seguían cuchicheando de una tal fantasía en la que Derek y yo estábamos juntos y teníamos tres hijitos, cosa que no podría pasar, ni la de los hijos ni de nosotros siendo pareja.

Suspire triste. Tal vez Derek era esa clase de amor platónico el cual todo el mundo sabe que lo quieres excepto él. Y lo prefería así. Porque Derek jamás sabría de lo que siento por él y jamás seriamos algo.

Triste y frío, pero cierto.

Al entrar, encontré a mi padre cocinando, con un divertido delantal que traía puesto y música sonando desde el tocadiscos que se encontraba en la sala.

-Hola papá- salude divertido por los pasos de baile que no le salían. Era literalmente un palito bailando.

-Hey ¿Cómo te fue Sti?- me preguntó dándose vuelta para dejar algunos utensilios en la mesa que nos separaba.

-Bien o al menos eso creo, estuvo un poco loco mi día ¿Cómo estuvo el tuyo?- le pregunte curioso, dejando mi mochila en el respaldo de la silla en donde me sentaría.

Comenzó relatándome su día, nada nuevo ni divertido, era lo que me esperaba, después de haber estado una semana en una convención era obvio que lo único que haría al volver a casa seria descansar.

-¿Saldrás esta noche?- peguntó mirándome mientras tomaba de su lata de cerveza fría.

-Me invitaron a pasar la noche con la manada, pero no quise ir- le comente mirando mi plato.

-¿Por qué no quisiste ir?- esto parecía un interrogatorio de esos que no son nada agradables, él sabia que no quería ir por él, pero también tenía la ligera idea de que sentía que era por otra cosa. No quise responder a la pregunta, nuevamente me sentía expuesto, como si con una mínima acción me pudieran leer mi mente. Decidí levantar el plato y vaso que había usado. Quería salir de esa situación.

𝑳𝒐𝒗𝒆𝒓  -  𝑺𝒕𝒆𝒓𝒆𝒌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora