Nuevo sitio

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Al abrir los ojos, estábamos desconcertados, aquel sitio era lo contrario al otro. Me preguntaba cómo era que Jake se había imaginado eso si nunca había visto otro sitio que el de donde procedía. Le pregunté.

- Una vez, de pequeño, me colé en la cocina y vi un caldero en el fuego, sólo he imaginado el fuego por todos lados- contestó calmadamente-.

Para que te hagas una idea, aquel sitio estaba repleto de seres que se parecían a los humanos, pero no lo eran, todo era de colores vivos, sobre todo rojo, naranja y amarillo chillón, lo que daba una falsa sensación de calidez. Pero no hacía calor, igual que en el otro mundo no hacía frío a pesar de que todo era de hielo.

Al contrario que lo que habíamos visto antes, las calles estaban abarrotadas y la "gente" hablaba a voces, por suerte, en nuestro idioma, debía ser porque Jake no conocía ningún otro.

Hablando de Jake... hacía rato que me estaba mirando y no me había enterado... Decidí hacer como que no me había dado cuenta pero no pude evitar sonrojarme. Paso más tiempo así hasta que le devolví la mirada y dije:

- ¿ Qué pasa? - reí un poco ya que se había quedado con una cara...-.

- Ehh... Emm... Nada, no pasa nada- dijo despertando de su trance y apartando la mirada, cosa que le salió mal, ya que era más alto que yo y si miraba hacia abajo, allí estaba yo.

No pude evitar reírme y esto pareció aliviarlo, luego nos dimos cuenta de que Lucas y Lena no estaban.

Pánico, no debíamos dividirnos. Miramos a todos lados. A lo lejos, vimos que agitaban las manos para llamar nuestra atención. Justo a tiempo, me iba a dar un ataque.

Corrimos a través de la muchedumbre para reunirnos con ellos y por el camino, diferentes caras se nos quedaban mirando con curiosidad, pero no nos hacían mucho caso y seguían caminando velozmente hacia anchos edificios oscuros con ventanas redondas o hacia mercados que había a un lado de la acera negra.
Los seres, que todavía no he descrito, eran robustos y más o menos tenían el mismo aspecto físico que los humanos, sólo que TODOS parecían fuertes. Tenían un tono colorado y les salían pequeños cuernos por donde la columna vertebral, a algunos a través de camisetas y otros ni siquiera eso.

Llegamos por fín donde Lucas y Lena. Después de echarles la bronca les di un abrazo y les comenté que me había dado un vuelco el corazón.
Rieron por mi actuacion maternal y he de admitir que sí que tenía un poco de gracia. Me aparté de ellos para que Jake pudiera unirse a la conversación y dijo:

- Bueno, ¿habéis visto algo interesante en vuestra "excursión"?- me miró sonriendo y le devolví la sonrisa, luego me sentí tonta-.

-¡ Siiii!- respondieron a coro sin apenas darse cuenta de la situación- Allí, al final de esa calle, ¡ hay una fiesta tremenda! Tenéis que verlo-.

Nos dirigimos a donde habían dicho y lo comprobamos. Había focos de colores dando vueltas y una música ronca y fuerte que todos parecían disfrutar, parecida al "heavy- metal". Había una mesa kilométrica llena de manjares que nunca habíamos visto pero que tenían una buenísima pinta. Nos íbamos a hacercar a ella cuando uno de los seres se nos puso en medio con intención de hablar con nosotros. Parecía mujer pero era igual de basta que todos.

- No sois de por aquí ¿verdad?- nos preguntó mirándonos de arriba a abajo pero sin desprecio-.

Lucas se apresuró a hablar.

- N- no, pero si m- molestamos podemos irnos, ¿verdad chicos?- dijo rápidamente y temeroso-.

Lena dejó escapar una risita y siguió ella.

- Disculpe, mi... amigo... Si, mi amigo, no habla en serio, parece usted maja, ¿ sabe de algún sitio donde podamos pasar la noche?- corrigió en un tono cordial-.

Parece que a la... lo que fuera, le cayó bien porque rió, bien por la "valentía" de Lucas o bien por lo desenvuelta que parecía Lena.

- Si... supongo que eso responde a mi pregunta- se dirigió a Lena- podría facilitaros una dirección, ah y, no os preocupéis, aquí los forasteros son bienvenidos-.

Lucas se relajó y yo aproveché para preguntarle su nombre.

- Me llamo Bek-áa - parece que se dió cuenta de nuestras muecas de desconcierto porque se calló y nos miró detenidamente, luego prosiguió- y... vosotros?-.

- Yo soy Hanna, y estos son Jake, Lucas y Lena- dije señalandolos al tiempo que decía sus respectivos nombres-.

- Encantada, seguidme-.

Antes de seguirla, ví como Lena cogía un par de tapas de aquellos manjares.

Bek-áa nos condujo a un edificio bajito pero ancho con las mismas ventanas redondas que habíamos visto antes. Entramos por un gran portón como Pedro por su casa y llegamos a lo que interpreté como una recepción. Bek-áa empezó una charla animada con el encargado de dicha recepción, este señaló un pasillo y nos dió una única llave parecida a las de los castillos de las películas. Extrañados, seguimos la indicación y nos despedimos de Bek-áa.

- Me podéis encontrar a primera hora de la mañana en el mercado Aarey- dijo ella, y entendimos que era el que habíamos visto-.

Llegamos a la habitación, si, LA HABITACIÓN, una habitación para los cuatro.

La abrimos y encontramos una habitación medianamente grande con una pequeña cocina y un cuarto de baño. No estaba mal, salvo por el simple hecho de que sólo había dos camas. Nos miramos entre todos y volvimos la vista a la habitación.

- Esto...- intenté decir algo para romper la tensión-.

- No pasa nada, podemos dormir nosotras juntas y que Jake y Lucas duerman en la otra cama- solucionó Lena-.

- Si, me parece bien- concreté yo-.

Lucas y Jake se miraron y se encogieron de hombros. Lucas tiró todas las reservas de comida que se había llevado de la ciudad de Jake.

A los 20 minutos ya se había puesto el sol, llevábamos toda la tarde allí, decidimos acostarnos cuando Lena se desplomó en el suelo. Lucas corrió a recogerla.

- Sólo... Sólo ha sido un mareo- dijo ella débilmente- sólo me duele la cabeza, ya se me pasará- intentó incorporarse con ayuda de Lucas y este la tumbó en la cama.

Yo bostecé y cuando iba a acostarme Lucas me interrumpió.

- Hanna, estás muy cansada, si quieres yo me quedo aquí con ella y si se pone peor o algo iré a por alguna medicina, supongo que en la recepción tendrán algo-.

- Pero debes de estar cansado, no te preocupes-.

- No, en realidad no tengo sueño, descansa-.

Le puse una mano en el hombro y se metió en la cama con Lena, que estaba encogida y la abrazó.
Me giré hacia Jake, que me miraba fijamente y me quedé quieta sin saber lo que debía hacer. Él cambió la cara viendo mi incomodidad y dijo:

- Tú duerme en la cama, con que me dejes una almohada puedo dormir en el suelo-.

- ¿ Pero qué dices? ¿ Cómo vas a dormir en el suelo?- dije incrédula metiéndome en la cama-.

- Si, tranquila, no pasa nada-.

- No, anda ven aquí- dije riendo dando palmaditas en el lado libre de la cama-.

Me miró unos instantes y después me hizo caso. Se tumbó en el filo dándome la espalda.

- Buenas noches, espero no molestarte- susurró medio riéndose-.

- Pero qué dices- reí mientras le giraba por el hombro para que me mirara-.

Él se dió la vuelta y se hechó girado completamente mirando hacia mí. Le sonreí y me acurruqué junto a él. Mirándonos.

Me pasó su brazo libre por encima y me dijo en voz baja:
- Buenas noches Hanna- su voz era grave, firme y a la vez tierna-.

- Buenas noches Jake- contesté medio dormida-.

 

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