A cualquier sitio

Gente nueva

Al despertar de lo que fuera que nos habían hecho, estábamos en el mismo edificio, para nuestra sorpresa. Pero no en la misma planta. Esta era mucho más bonita, iluminada y estaba más amueblada. Supongo que la otra sólo era la entrada.

Al cabo de unos minutos, cuando ya nos habíamos espabilado nos dimos cuenta de que no estábamos solos. Y no sólo esto sino que al menos 100 personas estaban rodeandonos, pero no las habíamos visto antes debido a aquellas extrañas armaduras que hacían que se mimetizaran con las paredes azuladas.

Nos miraban extrañados, como quien se encuentra un ovni. Aunque pensándolo bien, a aquellas alturas no habría sido raro. Al menos para nosotros.

Como no sabía cómo reaccionar, a parte de asustarme, miré a Lucas y a Lena, a ver si tenían alguna sugerencia. Estaban cogidos de la mano. Probablemente no eran conscientes por el miedo. Me alegré por ellos. Así ya tenía algo con lo que distraerme en aquella locura de situación. A los pocos segundos se dieron cuenta de que los miraba, creo que les dio corte porque rápidamente se soltaron. Este tipo de cosas me hacen gracia, hacía tiempo que se gustaban pero no se lo decían y yo veía cada detalle que los delataba, era un show.

Dejé de pensar en eso y me centré en lo que estaba pasando.

- Ejem, ejem- carraspee para captar la atención, no tuvo mucho sentido porque no habían apartado los ojos de nosotros en los últimos diez minutos- Yo- soy- Hanna.- dije despacio por si no me entendían-.

Después me sentí tonta porque arranqué muchas risas, me sonrojé y me encogí. Entonces Lena tomó relevo:

- Eh, un poco de respeto, ¿nos aprisionáis y después os reís de mi amiga?

Una mujer alta y delgada con la piel muy blanca se adelantó y dijo:

- Relájate querida, no me gustaría tener que emplear la violencia.

Este comentario encendió aún más a Lena.

- ¿Y tú quien te crees cara palillo?- se burló Lena-.

Tres guardas se dirigieron hacia ella para cogerla por los brazos y llevársela, o al menos ese era su propósito porque entonces Lucas alzó la voz.

- ¡Eh, eh! ¡ Tranquilos!- se le notó el enfado-. Y tú calla que la estás liando- se dirigió a Lena con voz tierna-.

Lena se relajó porque Lucas lo decía, de lo contrario creo que le habría soltado un bofetón a la mujer. Conociéndola...

- Yo, queridos, soy la reina Nevada- dijo la mujer con tono pijo-.

He de decir que eso de "queridos" me daba coraje. Hablaba como si tuviera algún poder sobre nosotros. Por el nombre dedujimos que estábamos  en sus tierras así que en cierto modo, si que lo tenía.

- Siento la bienvenida tan desagradable que os hemos proporcionado pero no sabíamos si érais peligrosos. Está claro que no.- dijo con un tono despreciable- Ahora decid, de dónde venís, quiénes sois y si venís en son de paz.

Les explicamos lo de la esfera, y que sabíamos como se utilizaba. Ellos quedaron sorprendidos, me dio la sensación de que no sabían que había otros mundos. Tampoco se lo podiamos reprochar, nosotros tampoco lo sabíamos hasta hacía unas horas.

A partir de entonces nos trataron muy bien, nos dieron tres habitaciones contiguas muy diferentes a las que teníamos en nuestras casas. Estas eran muy espaciosas y tenían muebles que ni siquiera sabíamos para qué servían.

Asignaron a un chico de allí para que nos enseñara todos los sitios donde podíamos estar y para que nos enseñara algunas cosas que se hacían allí. Así como los deportes que se practicaban, lo que hacía la gente para entretenerse... ese tipo de cosas.

Nos lo presentaron en una salita que habían escogido para hablar con nosotros.

- Hola soy Jake. ¿ Me acompañáis?- se presentó y enseñó los dientes con una pícara sonrisa-.

Desde ese momento me cayó mal.