Capítulo 25.

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Penny terminó de quitarse el traje y lo colocó en su cubículo. Estaría limpio y listo la próxima vez que lo necesitara. Con suerte, no por un tiempo. No trató de detener la sonrisa que se extendió por su rostro cuando Felicia se deslizó detrás de ella, envolviendo sus brazos alrededor de Penny. Felicia depositó varios besos pequeños en la clavícula de Penny mientras desabrochaba hábilmente el sujetador de Penny. Penny se volvió en el abrazo de su novia, estirando la mano para ayudar a Felicia a su vez. Se quedaron de pie compartiendo pequeños y tiernos besos, hasta que Felicia se retorció y mordió el labio de Penny.

--"¿Ducha?"-- Penny preguntó sin aliento.

--"Mmm hmm."-- Felicia suspiró en su cuello, lamiendo a lo largo del pulso.

Mientras entraban al baño, Felicia vaciló. --"¿Qué querías decir?"--

Penny no necesitaba dar más detalles. Ella suspiró, su excitación se desvaneció. --"Nunca podré olvidarlo."--

Felicia la miró con preocupación, pero Penny llevó su dedo a los labios de Felicia.

--"No de esa forma."-- Ella sonrió. --"Sin él, no existirías. Odio lo que hizo, pero nunca podré odiar el resultado. Desde la primera vez que te vi, sentí que estabas hecha para mí. En cierto modo, él te hizo. Entonces no lo olvidaré. Estaba enfermo y era malvado, y siempre me opondré a todo eso."-- Levantó las manos para tomar el rostro de Felicia. Felicia la estaba mirando de esa manera. La mirada que hizo que Penny se sintiera abrumada y tan aceptada. --"Él era todas esas cosas y, sin embargo, nos unió. Entonces no lo olvidaré."--

Felicia parpadeó, sus brillantes ojos verdes brillaron con un puñado de lágrimas no derramadas. --"Si ... si pudieras cambiar las cosas."-- Era su turno de llevar un dedo a los labios de Penny para detener el repentino arrebato que iba a hacer. --"Si pudieras regresar y detenerlo ese día. ¿Lo harías?"--

Penny se dio cuenta de lo que estaba preguntando Felicia, porque si lo hubiera detenido, Walter Hardy no habría muerto. Y Felicia todavía habría tenido su vida anterior. La emoción brotó en Penny, una sensación ligeramente nauseabunda, mezclada con un aleteo en su estómago. No fue una combinación agradable. Ella negó con la cabeza, las lágrimas se formaron ahora.

--"No. Felicia, lo siento. No. No lo haría. No podría."-- Ella miró hacia otro lado, temiendo encontrarse con los ojos de Felicia. --"No puedo vivir sin ti. Ahora que te tengo a ti, ahora que he sentido esto. Quizás me haya vuelto egoísta, o ... o ... algo. No lo sé."-- Volvió a mirar esos brillantes ojos verdes. --"Te necesito. Siempre te necesitaré."--

Felicia la agarró y la besó, lo suficientemente fuerte como para lastimarla. Cuando terminó el beso, se apartó y miró a Penny a los ojos, con expresión feroz. --"Yo tampoco lo haría. No me importa en lo que eso me convierta. Todo lo que me importa eres tú. Estar contigo."-- La besó de nuevo, más suave, más emotiva. --"Te entiendo."-- Sus manos se deslizaron por el cuerpo de Penny. --"Escuchándote, probando, oliéndote."--  Ella estaba salpicando besos por todo el rostro de Penny.

La sensación de náuseas se desvaneció, dejando solo el aleteo, que se hundió más y se convirtió en un latido húmedo.

No llegaron a la ducha.

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Penny se sentó en la mesa a la mañana siguiente, su silla y la de Felicia tan cerca como pudieron, como de costumbre. Tuvo algunas dificultades para comer, al menos comer su propia comida. Felicia estaba deslizando a Penny un bocado de panqueque bañado en crema batida y fresas. Felizmente masticó el dulce, sin apartar los ojos de su encantadora novia. Los ojos de Felicia bajaron, viendo como una gota de jugo de fresa comenzaba a correr por la barbilla de Penny. Ella sonrió mientras se lanzaba para lamer rápidamente la gota. Penny le devolvió la sonrisa, persiguiendo sus labios mientras se separaban.

La gata y la arañaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora