Ocho

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Ya era muy tarde, claramente habían pasado las dos horas esclarecidas por Tsunade para la búsqueda. La quinta había enviado tres diferentes grupos pertenecientes al escuadrón Anbu, asignandoles un tramo de varios kilometros como objetivo, de tal modo que lograran abarcar todo el perimetro cinrcundante de la aldea, inmediaciones incluidas.

-¡Kakashi!

Kakashi se detuvo a la mitad de un nuevo salto. La adrenalina bullía constantemente por su sistema, pero él no quería detenerse, no había querido hacerlo para evitar caer de nueva cuenta en la desesperación y la angustia. Sentimientos aparte,una norma básica de todo buen Shinobi.

-Es suficiente- jadeó Yamato, quitandose la máscara blanca para encarar directamente a quien fuera asignado líder temporal del equipo. -Ya nos hemos alejado demasiado de la aldea, no podemos saltarnos órdenes, escuchaste claramente a Tsunade. Debemos regresar, entregar el reporte y esperar el relevo.

-No- negó Kakashi a la brevedad. -Se trata de Naruto, y si Akatsuki esta detrás de todo esto, lo último que podemos perder es tiempo.

-Pero Kakashi- intentó hacerlo entrar en razon. Todo en vano. En apenas unos segundos, Kakashi se había servido de una buena cantidad de chakra para invocar a su grupo de perros ninja. Ocho ninken en total aparecieron tras desvanecerse la neblina.

-Bisuke- llamó Kakashi, extrayendo el protector de Naruto que había quedado tirado afuera de Ichiraku. -Rastrea el aroma de Naruto- le extendió el objeto con la finalidad de que memorizara la escencia.

-Kakashi, aún hay algo que debo decirte- refutó Pakkun con semblante entristecido. No obstante, el peliplata alzó la mano para interrumpirlo.

-Ahora no, Pakkun. Lo primordial es encontrar a Naruto.

Yamato suspiró pesadamente. Esto no le gustaría a la Hokage, definitivamente.
***

-¿En dónde estoy?- poco a poco abrió los ojos, enfocando aquella base sólida y angosta que lo rodeaba. -¿Qué?- trató de sentarse, y entonces si pudo visualizar mejor el lugar. Estaba en una cueva. Pero ¿Cómo?

-Ya despertó, Itachi- la risa ronca llegó acompañada de dos infames personajes a los que Naruto reconoció enseguida. -¿Seguro que no puedo romperle las piernas? Nos daría menos problemas asi.

-Kisame- lo disuadió el Uchiha en tanto depositaba los trozos de leña junto al futón. Tenía que ir con cuidado, un paso a la vez. Aún no estaban muy alejados de la aldea, en cuanto Kisame bajara la guardia, usaría su genjutsu en él como método distractor, posterior a ello liberaría a Naruto. Solo debía ser paciente.

-Ustedes- gimió Naruto en shock. -¡¿Por qué me trajeron aqui?!, ¿Qué es lo que...mng?!- Itachi le cubrió la boca con una mano, lo instó a mirarlo a los ojos y volvió a inducirle un nuevo sueño para tranquilizarlo. Lentamente Naruto dejó de forcejear, cerró los ojos y se sumió en un profundo y agradable sopor que nubló cada uno de sus sentidos.

-Es un ruidoso de lo peor- escupió Kisame, apoyando la samehada contra uno de los muros de piedra. -Será un placer deshacernos de él, ¿cierto, Itachi?

Forzosamente Itachi asintió. Activó una vez más el sharingan y permaneció silente junto al rubio. Acababa de percibir varios flujos de chakra provenientes a diez kilometros al sur. No pasaría mucho tiempo para que algún ninja de élite los encontrara.

-Parece que Pain se quiere poner en contacto- comentó el Hoshigaki al notar el brillo que despedía su anillo. Itachi se incorporó, aparentando tranquilidad cuando el holograma se hizo más nítido.

***

-Maldición- se desplazó a una velocidad constante, manteniendo la guardia en alto y la vista fija al frente. Yamato cubría la retaguardia mientras que Izumo y Kotetsu cubrían los laterales.

Juegos de seducción.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora