❛𝐌𝐀𝐓𝐔𝐓𝐄❜ / Floricienta/

Die Nachrichten /la noticia/

  /Esta parte no es de la novela, es una parte agregada/

Hablando Alemán.

—Ya era hora que llegues Adeline.—Hablo mi padre en tan solo cruce la puerta. El estaba allí sentado con su tipico traje negro. Mirándome con esos ojos tan vacíos con autoridad.

Scheisse. /mierda/

—Lo siento.—Camine hacia las escaleras.—Pero también tengo derecho a divertirme.

—Esta vez te la dejo pasar solo porque es tu última noche…—Se calló de repente sin terminar la frase.—Mañana hablaremos.

¿Mi última noche? ¿A que se refería?

No le di mucha importancia, ya que había venido cansada de la fiesta, estuvo tolle. /increible/

Al otro día

—Señorita Adeline ya es hora de que se levanté.—Abrio las cortinas dejando que el sol me encegara.

—Uh no es muy temprano.—Me cubrí de bajo de las sábanas.—Y no es Adeline, es Emma.

—¿Que esta sucediendo acá?—Escuche la voz de mi madre.

—La señorita Ade… digo Emma, no quiere levantarse—Acuso la nueva chica que trabaja con nosotros. Extrañaba a Juana.

—Dejenos a solas por favor Juliett.—Le pidió mi madre y ella se retiró.—Y tu levantate, ya me entere que llegaste tarde ayer.

—Tampoco fue para tanto.—Segui hablando debajo de las sábanas.

—Solo levanté que tu padre tiene que hablar contigo.—Se levantó y se fue.

Protestando me levanté y me fui a duchar. Por cosas como está disfrutaba cuando mis padres viajaban por sus negocios. Y yo tenía casa sola.

Luego de la ducha baje a desayunar y hablar con mi querido padre. Al bajar estaba allí tomando un café con el periódico en manos y mi madre con su desayuno frutal.

—Buen día.—Salude para luego sentarme en la mesa.—¿De que me querían hablar?

Suponía que era por qué ayer llegué tarde.

—Buen día.—Saludo mi padre con un rostro un poco ¿feliz?—Desayuna y luego hablaremos.

—Fede ya me confirmó. Esta todo listo.—Le dirigió la palabra a mi madre.

Nunca me metía en sus asuntos, así que seguí desayunando, preparandome para un reclamo.

—Listo, ya terminé.—Hable luego de terminar el desayuno.

—Ok.—El miro a mi mamá y luego a mi.—Iras a Argentina por un tiempo.

—¿Que? ¿Argentina?—Lo mire confundída.

—En unos meses nos iremos alla por algunos negocios que durará un año. Y es mejor que ya vayas allá para empezar el ciclo escolar.

—Pero no, siempre me quedo acá cuando viajan.

—No es lo mismo una semana, que un año.—Esta vez hablo mi mamá.

—No no iré.

—Es ir a Argentina o a un internado.—Hablo mi padre, y sabía que lo hacía encerio.

Tome silencio un momento. Siempre quise ir a otro lugar, otro aíre, y Argentina era mi país natal, además estaría lejos de mi padres, podría practicar la independización.

—Esta bien, si no hay opción. Iré a Argentina.

—Bien.—Sonrio.

—¿Cuando iré?

—En dos días sale tu vuelo. Alista tus maletas.

¿Dos días?

—Pero dos días es muy poco.

—Ya está decidido, así que pide ayuda para  hacer las maletas.—Hablo firme.

Ya quería cumplir los 18 años para acabar de que este hombre me maneje así.

Anthonie /Papá de Emma/

—Si Federico, muchas gracias. Un gusto cerrar estos contratos contigo. Y también agradecerte por recibir a Adeline, mejor persona no podía cuidarla. Si nos vemos.—Corte la llamada.

Conocía a Federico, sabía que mi hija estaba en buenas manos, y que allá tendría orden y no haría lo que quisiera. Mandarla a Argentina fue una gran idea.