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—¿Y vos quién sos?—Me dijo la novia de Fede que por cierto conocía ya que fue a mi casa varias veces.—¡Ah! Adeline Friedrich, la hija del millonario Anthonie Friedrich.

—Eh ... si, pero dime Emma.

—¿Te acordás de mi?

—Claro, la novia de Fede.

—Si, Delfina Santillán Torres de Oviedo.

Con que me diga Delfina ya estaba pero bueno. Igual no era que le presentaba mucha atención cuando la veía pero ahora vivíamos juntas.

—¿Pero que haces acá? ¿Vinieron tus padres?—Miro a todos lados.

—No, solo vine yo, pensé que sabía que me quedaría a vivir un tiempo con ustedes.—Ella sonrió forzadamente, se le re notaba.

—Ah mira vos, no sabía pero que bueno. Tengo que hablar con Fede, ya vengo.

Seguí mi camino y me encontré a Nico.

—Emm Nico.

—¿Dijiste Lobito Solitario?—Me miro aterrado.

—¿Que?

—No nada, eh locuras mío.-Rio nervioso.—¿Querías algo?

—Si, saber dónde estaba la cocina.

—Ah si vení te acompaño.

Bajamos y me guío hacia la cocina, ahí estaba el mismo chico de hoy, Tomás y dos niñas más.

—Hola linda.

—Hey Tomi.

—¿Vos sos la nueva?—Me pregunto una de las niñas.

—Em si, soy Emma. ¿Vos?

—Yo soy Dominic, y ella es Robertita.

—Oh hola.—Les sonreí.

—Señorita ya me confundí ¿No iba a llegar una Adeline?—Me pregunto un señor, por su uniforme era el cocinero.—Por cierto soy Antuan.

—Antuan soy las dos. Pero prefiero que me llamen Emma.

—¡Hey Adeline!—Llego Fede a la cocina y me abrazó.

—Hola Fede, tanto tiempo.—Ya no le iba a corregir.

—Fede se llama Emma.—Pero le corrigió Tomás y agradecí aquello.

—Si Adeline solo usa mi padre pero prefiero Emma.—Fede me miró confundido pero asintió.

—Fede mi amor, te estuve buscando como que vino a vivir...—Delfina notó mi precensia y se calló, sonrió disimuladamente.

—Antuan prepara una cena especial para festejar que está Emma aquí.—Le dijo Fede ignorando lo dicho por Delfina.

—Por supuesto Señor Federico.

—Estamos feliz de que estés acá.—Comento Fede y se retiro por la insistencia de Delfina para hablar con el.

—Ya conoces a la bruja dos.—Me dijo Dominic. Mientras yo comía unas galletas.

—Ahora falta la mamá bruja.—Agrego Robertita.

—La verdad no entiendo, Delfina nunca me trató mal, y bueno a su mamá no la conozco.

—Todavia no sos una víctima de esas arpías.—Comento Nico.

Yo solo reí y seguí comiendo. Pero no tanto ya que Antuan no quería que me llenara y no comiera su comida especial.

Cuando llegamos a la mesa no sabía dónde sentarme, en mi casa era facil, si solo éramos tres pero ahora había tantos lugares que no sabía ni dónde.

—¿Donde me siento?—Le susurré a Nico.

—Si querés sentate a mi lado.—Sugerio y yo lo hice.


Vi llegando a Matías y a Fede juntos. Matias reía de algo, y pude observar su linda sonrisa.

—¿Y ella es?—Pregunto una señora—Adivino, otra recogida de...

—Mamá ella es nada más que la hija de Anthonie Friedrich.—Le dijo Delfina.

—¿Encerio?—Abrio los ojos.—Pero mira que linda la nena, tan bonita, fina.—Me alago. Esta señora es una interésada, decía que era yo era una recogida pero se enteró quién era mi padre y me da cumplidos.

—Eh bueno familia—Tomo la palabra Fede.

—Ya llegué.—Vino corriendo un rubio con anteojos. Me miró.—Que hermosa.

Parezco que atraigo a todos los menores Fritzenwalden

—Hola, soy Emma—Lo saldude.

—Yo Martín.—Hizo su voz más gruesa.—Si quieres podés decirme Tincho.

—Bueno creo que ya estamos todos. Ahora sí quiero darle la bienvenida oficial a la familia a Adeline, perdón Emma. Esperamos que te sientas a gusto.—Fueron las palabras de Fede.

—Oh Vielen Dank—Los mas chicos, incluyendo a la señora me miraron raro.—Perdon, todavía tengo el alemán. Quise decir muchas gracias.

—Claro, no hay problema, a esta alemana hasta ahora no se le entiende.—Dijo la mamá de Delfina y recibio una mala mirada de Greta.—Querida, soy Malala la mama de Delfinita.—Se presento, así que a esta la llamaban bruja.

Luego de eso, empezamos a comer, hace mucho no comía con tanta gente, fue divertido por los comentarios de los chicos buenos aunque también Federico era como mi padre, y los hacia callar.

—-Eh Fede me puedo retirar, es que tengo mucho que estudiar para el cole y y sabes.—Hablo Nico.


—Pero si acaban de empezar las clases.—Lo miró raro.—Pero bueno anda.

Nico se levantó y se fue, no se porque no le creí ni una palabra.

—Y me dijeron que son cuatros hermanos, y yo ya conocí a tres ¿quién falta?

—De hecho somos cinco. Pero Franco no está viviendo con nosotros.—Me explico Tincho.—Ah y Maia no está, pero ella es nuestra única hermana.

—Si Maia está en la casa de una amiga, pero ya la conocerás.—Me dijo Federico.

Luego de que terminamos de comer cada uno se fue hacia su habitación.

Yo antes de subir me quedé mirando aquel piano, era como el de mi casa. Era muy pronto para acostumbrarme a estar acá, acaba de llegar y era normal extrañar algunas cosas.

—¿Todo bien?—Llego Matias a lado mío.

Sonreí un poco.—Acostumbrandome un poco aca, mi primeros días.

—Si seguro es difícil dejarlo todo. Y empezar de nuevo con gente que no conoces. Pero—Lo mire—Cualquier cosa avísame, si te sentís mal o querés hablar con alguien.

—Gracias Matute.—Hice una pausa.—¿Te puedo decir así?

El río.-Si claro.

—Bueno mejor voy a dormir, estoy un poco cansada.

—Dale Emma, buenas noches.

—Buenas noches Matute.—Le di una última mirada y está vez si subí a mi habitación.

Matias era tan lindo, creo que sería muy interesante estar acá en Argentina.

❛𝐌𝐀𝐓𝐔𝐓𝐄❜ / Floricienta/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora