—Bien, ahora voy a tratar de golpearte y tienes que esquivarlo—. Dijo el peliblanco al menor.
—Sí, sí, ya lo— iba a añadir algo, pero calló en el momento que sintió un puño golpear fuertemente su mandíbula. —¡Ouch!
—Tienes que mantenerte alerta— habló desinteresado.
—¡Estaba hablando!
—Estás entrenando, cuando estés en una pelea con alguien no puedes estar distraído o te harán mierda— advirtió. —Además, la próxima misión será la primera para ti o para Fugo, y eso dependerá de cuánto se esfuercen.
—¡Sabes que puedo hacerlo! Soy mejor que ese idiota Fugo— dijo cruzándose de brazos.
—Es suficiente por hoy, recuerda estar listo en la noche— dijo, ignorando los reclamos del pelinegro y se alejó para entrar en la gran casa.
El menor suspiró. Desde que entró en la mafia había sido una constante competencia con aquél rubio. Lo odiaba, en verdad lo hacía, por su tonto comportamiento, tan malhumorado, creyéndose tan inteligente y mejor que él. Pero lo peor era que no lo odiaba del todo, Fugo a veces le hacía sentir cosas cuando se le acercaba, a veces se le quedaba mirando, esos ojos violetas y rubios cabellos, por eso lo odiaba más, no le gustaba cómo lo hacía sentir.
—¿Terminaste tu entrenamiento tan temprano?— dijo Fugo, acercándose.
—Sí— respondió, rodando los ojos. Deseaba poder entrenar más con Bucciaratti, era menos cruel.
—Voy a organizar unos documentos, ¿quieres ayudarme?
—No quiero hacerlo, pero debo hacerlo— respondió sin ganas. —¿Irás esta noche?
—Sí. Será un evento importante— habló mientras caminaban.
—No entiendo porqué debemos ir. ¿No pueden ir Bucciarati y Abbacchio solos? O llevarse a alguno de los chicos...
—También somos parte de esto. Además, son nuestros padres.— Lo eran, o mejor dicho, así los consideraban.
Narancia sólo asintió, sin ganas de hablar, y parecía que Fugo estaba extrañamente de buen humor.
♡
El moreno salió de su habitación, con un traje elegante y negro, se sentía ridículo, no acostumbraba vestirse de esa forma, aunque había que admitir que se le veía muy bien.
Los cuatro subieron al auto, todos bien vestidos para la elegante fiesta, que era más que nada para negocios y conseguir aliados.
—No tienen que hacer nada importante, simplemente presten atención a lo que decimos y den una buena cara— sugirió el ojiazul, quien iba conduciendo.
Ambos asintieron y continuaron el camino en silencio.
Al llegar al enorme y pulcro lugar, con decoraciones que lucían carísimas, Fugo y Narancia se mantuvieron pegados a los adultos, por un rato, hasta que Abbacchio les dijo que podrían irse y disfrutar de la fiesta.
Narancia tomó otra copa y salió al jardin ligeramente iluminado, grande e ideal para dar una pequeña caminata, observaba las flores violetas y los pequeños destellos de luz al rededor. Después de unos minutos se sentó en una banca, inclinando su cabeza hacia atrás y relajándose. Suspiró. Trató de pensar en formas para mejorar sus habilidades y demostrar que ya no era un niño incapaz de protegerse a sí mismo, y de completar una misión. Pero en vez de eso, un recuerdo vino a su mente, él metiéndose en donde no debía y saliendo lastimado, casi muerto... De no haber sido por Fugo, ese chico siempre sintiéndose superior y queriendo ser el centro de todo, al menos eso pensaba el pelinegro.
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OneShots | ♡ FugoNara ♡
FanfictionIntentos de songfic, Fugo x Narancia. #1 - goldenwind 02/Sep/2021