❝𝓨𝓸𝓾 𝓒𝓪𝓷'𝓽 𝓢𝓲𝓽 𝓦𝓲𝓽𝓱 𝓤𝓼❞

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Why am I the only one like this every night
Just like a half-crazy kid
When the moon comes up I'm faded
Because of you, I'm out of my mind

—¡Ya te dije! ¡No quiero verte! —Exclamó Narancia, cansado de seguir recibiendo llamadas de Fugo, a quien ahora llamaba su "terrible ex".

Por favor. No puedes evitarme para siempre.

—¿Ah? Claro que puedo. —Afirmó, colgando el teléfono para después lanzarse a su cama, que quedaba a un lado de la ventana. Miró la luna, se sentía nostálgico por las noches, extrañaba bajar al piso de Fugo, tocar su puerta y decirle que no podía dormir para que al final fueran los dos al cuarto del rubio. Narancia dormía abrazado a su espalda.
Pero por más tierna que pareciera esa rutina, estaban lejos de ser una pareja ideal.

Habían empezado a salir cuando la pandilla de Bucciarati volvió de su enfrentamiento con Diavolo, todos con vida. Giorno se convirtió en el nuevo jefe de la mafia, después de todo, ese era su sueño, y Bucciarati ahora era un capo importante. Fugo le siguió enseñando cosas básicas a Narancia para que pudiera asistir a la escuela, y aunque no resultó sencillo que aprendiera, fueron suficientes unas palabras de Giorno Giovanna para poder ingresar al chico a clases. Fugo, por su parte, dedicaba la mitad de su tiempo al trabajo en Passione, y la otra a terminar la universidad, y lo logró unos meses después, ventajas de ser un chico genio.

Mista, Abbacchio, Bruno, Giorno, Narancia, Fugo, y hasta Trish, vivían todos en un gran edificio, en donde se construyeron pequeños departamentos para cada uno. El jefe creyó que así era mejor, tendrían más privacidad, y a la vez estarían juntos. Aunque todos estuvieron de acuerdo en compartir un enorme comedor.

La relación que tenían el pelinegro y el rubio era, sin duda, problemática. Pannacotta le tenía muy poca paciencia a su novio, y este, a veces hacía las cosas a propósito para provocarlo. Tenían poco tiempo para estar juntos, y cuando lo estaban se la pasaban peleando, o siendo ridículamente empalagosos. No había punto medio.

Pero, ¿qué pasó para que Narancia deseara jamás volver a verle la cara?

~ Fugo estaba supliendo al profesor de matemáticas por un día en la escuela de Narancia. Dudaba en aceptar pero al final lo hizo porque, ¿qué podría salir mal? Además ese profesor confiaba en él, lo había conocido cuando el rubio se quedó en Napoles y sus compañeros peleaban contra el misterioso jefe.

—Bien, este es el ejercicio que deben resolver. ¿Alguien quiere pasar a la pizarra?

—¡Yo quiero! —Narancia se ofreció de voluntario, confiado en que esta vez podía responderlo correctamente, pero en realidad era una ecuación complicada que todavía no aprendía bien.

El rubio suspiró, sin estar muy seguro. Luego asintió y Narancia se levantó de la butaca.

—Espera... Pero porqué hay tantas X. —se quejó en voz baja, rascando su nuca— ¡Oh! Creo que ya sé.

Diez largos minutos transcurrieron para que al final dejara el marcador de vuelta en su lugar, mirando al novio con cara de «A que lo hice bien, ¿sorprendido?»

Fugo mantuvo su semblante serio unos segundos, entrecerrando los ojos como tratando de averiguar si el moreno estaba bromeando, pero conociéndolo, no era así. Y repentinamente, empezó a gritar como loco, lo hacía siempre que el pelinegro lograba equivocarse a pesar de ser algo tan fácil de resolver.

—¡¿Y de dónde sacaste todos esos números?!

—¡No me grites! ¡Ya te dije que me tengas paciencia!

OneShots | ♡ FugoNara ♡ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora