OneShots | ♡ FugoNara ♡

❝𝓐𝓵𝓵 𝓽𝓱𝓮 𝓣𝓱𝓲𝓷𝓰𝓼 𝓢𝓱𝓮 𝓢𝓪𝓲𝓭 ❞

⚠ Continuación del OS anterior ⚠

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Pannacotta trataba de ocultar todas las emociones que estaba teniendo en ese momento, ver a Narancia después de tres años era algo que no se esperaba, sin embargo se sentía feliz. Nunca dejó de quererla. No supo cómo reaccionar cuando aquella chica se lanzó a sus brazos, un montón de recuerdos pasaron por su mente, y, después de unos segundos correspondió.

—Tenemos mucho de que hablar.

Narancia asintió con la cabeza, abrazándola con más fuerza, como con miedo de que se fuera, no quería soltarla porque sabía lo difícil que sería hacer que las cosas funcionaran, simplemente deseaba que ese momento durara un poco más.

Las miradas de la gente se hicieron presentes, estaban en la calle, después de todo. Pannacotta rodó los ojos al notarlo. Deberían ocuparse de sus propios asuntos.

—No me iré. A ningún lado, así que puedes soltarme—. Dijo con una apenas visible sonrisa.

—¿Lo prometes?— sus pequeñas manos se aferraban a la vestimenta de la otra chica.

—Lo prometo.

—Bien—. Suspiró, para separarse finalmente, pero sin saber qué decir. ¿Qué le puedes decir a tu ex, cuando terminaron porque sentías algo por alguien más?

—Claro, debes ir a trabajar ¿cierto?— la mayor asintió —Ven, el auto está cerca—. Al llegar a donde estaba estacionando, el chófer que esperaba afuera les abrió la puerta. Narancia subió, desconociendo los planes de la rubia, quien se quedó en la calle haciendo una llamada y unos minutos después entró al vehículo.

—Vamos al hotel, por favor— dijo, dirigiéndose al hombre de mayor edad quien asintió y empezó a conducir.

—Lindo auto— elogió la morena.

—Oh gracias...— sonrió nerviosamente —En fin, lo de tu trabajo está resuelto y tienes el día libre— habló recuperando su tono habitual de voz.

—Pero... Tú no eres mi jefa— respondió con notable confusión.

—No, pero ya lo resolví.

—De acuerdo. Mejor no pregunto—. Apartó la vista de la rubia para dirigirla a la ventana. Pannacotta notó que la chica se veía algo tensa e insegura de decir algo más ¿en verdad había sido tan cruel con Narancia como para que ella tuviera miedo de cuestionarla?

Recordó algo.

—¿Y qué mierda es esto?— preguntó la rubia.

—Los papeles que me pediste que organizara.

—Está todo mal. Aprende a hacer bien tu trabajo o siempre tendrás un puesto mediocre.

Se armó de valor para responder —Al menos mi forma de ser no es mediocre— Tomó las hojas del escritorio y salió rápidamente, lo había dicho pero al instante se arrepintió, así que hizo lo más lógico para ella; huir.

¿Eso molestó a Pannacotta? Claro. Pero sorpresivamente no reaccionó de manera explosiva, porque en el fondo sabía que la chica tenía razón.