❝𝓣𝓱𝓮 𝓞𝓷𝓮 𝓣𝓱𝓪𝓽 𝓖𝓸𝓽 𝓐𝔀𝓪𝔂 ❞

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⚠ Genderbend ⚠

—¡Tú! ¡Traeme otra copa!— demandó la rubia, se encontraba en un bar, y estaba bastante tomada. En el fondo se escuchaba un grupo de jóvenes tocando blues.

—Señorita, está incomodando a los otros clientes, por favor, retirese.

—¡Todos ustedes son unos estúpidos! Me voy de este lugar de mierda—. Gritó enfadada.

Caminó, sus pasos eran torpes y su cuerpo se tambaleaba, los zapatos altos comenzaban a lastimarle, se los quitó y los llevó en su mano.
Eran al rededor de las 10 de la noche, las calles estaban oscuras, frías y solas.
Luego de unos quince minutos llegó a casa, ni siquiera ella misma sabía cómo lo había logrado. Nunca antes había bebido demasiado alcohol, pero esta vez sentía la necesidad de hacerlo. Estaba sola, preocupada y arrepentida.

Sus pies la llevaron hasta la cama, esa cama, en la que tantas veces había estado la chica que amaba más que a sí misma. Miró la muñeca de su brazo izquierdo, donde había un pequeño corazón anaranjado, las gotas saladas habían comenzado a salir de sus ojos violetas, en esos momentos solo podía sentir odio y enojo hacia su persona, estaba furiosa, y a la vez, sentía una profunda tristeza.

Empezó a recordar.

—¡Pannacotta! ¡veeen!— gritó la pelinegra desde el tejado de la casa, tratando de convencer a su compañera de que subiera con ella, cosa que logró, después de unos minutos la rubia estaba sentada a su lado con una botella de licor que pertenecía a su amiga de ojos bicolor. Le dio un sorbo y se la pasó a la morena.

Mierda, no puedo acostumbrarme al sabor—. Habló la mayor haciendo una mueca.

Lo sé, pero no está tan mal— dijo sonriéndole —Oye Nara, ¿entonces sí vendrás conmigo a comer pizza?

¡Claro que sí! Yo comería todas las pizzas del mundo contigo—. Respondió con una dulce sonrisa que enterneció a la rubia, quien acarició sus despeinados y negros cabellos.

Bien, bien, pero antes tenemos que seguir con tus clases.

Talk about our future, like we had a clue

Lo sé... ¿sabes...? Sé que soy muy estúpida, hasta me has dicho que tengo mierda en el cerebro pero, me gusta que me enseñes. Y quiero que sigas haciéndolo, porque algún día me gustaría ir a la escuela—. Su voz era tranquila, sus grandes y hermosos ojos brillaban con esperanza.

La menor se sintió mal al recordar las veces que había sido cruel con la pelinegra. Suspiró. —Perdón por haberte dicho eso, sabes que algunas veces no puedo controlarme. Y sí, voy a seguirte enseñando para que puedas ir a la escuela, te lo prometo.

¡Gracias!— recargó su cabeza en el hombro de la otra y la rodeó con sus pequeños brazos —¿Puedo decirte algo?

¿Qué pasa?— preguntó atenta.

Te quiero—. Su agarre se hizo más fuerte y la rubia sintió su propio corazón latir con rapidez.

Never planned that one day I'd be losing you

Pannacotta estaba sentada en la cama, abrazaba sus piernas, su cuerpo temblaba, los recuerdos la estaban atormentando, Narancia no salía de sus pensamientos, no podía soportar la idea de que algo malo le ocurriera. Recordó la noche en la que habían confesado sus sentimientos.

OneShots | ♡ FugoNara ♡ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora