❝𝓣𝓻𝓪𝓲𝓷𝓲𝓷𝓰 𝓦𝓱𝓮𝓮𝓵𝓼 ❞

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Riding down, riding down, my hand on
your seat the whole way round

Narancia se mantenía callado, abrazando por la cintura a su pareja y recargando la cabeza en su espalda mientras paseaban en la bicicleta. Llevaban ya más de un año de relación; después de vencer a Diavolo, cuando él y sus amigos volvieron a casa Fugo había confesado sus sentimientos por el mayor, expresándole que estaba arrepentido de haberlos abandonado, sobretodo a él, le había dicho lo mucho que lo extrañó y lo preocupado que estaba. Por supuesto, Narancia sentía lo mismo por el rubio, desde ese día habían empezado una relación. Pero había algo que tenía frustrado al pelinegro, más allá de sus peleas, era que nunca habían pasado a algo más que besos y pequeñas caricias, claro, trataba de comprender a su pareja, después de todo, anteriormente ese asqueroso profesor había intentado aprovecharse de él. Probablemente pensar en esas cosas le daba miedo o vergüenza, a pesar de estar tan profundamente enamorado del mayor. Además de que siempre estaban demasiado ocupados con sus misiones. Agregando a todo esto el mal carácter de Fugo.

I carry band-aids on me now, for when your soft hands hit the jagged ground

Se les había hecho costumbre pasear en bicicleta, incluso algunas veces cayeron de ella, ya que el rubio no sabía andar muy bien. Fugo estaba concentrado en el camino y Narancia seguía pensando, nunca habían tocado ese tema, a ambos les avergonzaba demasiado pensar en hablar sobre ello, aunque el pelinegro anhelaba sentir las delicadas manos del más alto tocando su cuerpo.

La bicicleta llevaba a los lados esas pequeñas ruedas de entrenamiento, Narancia creía que se veían ridículas, se dio cuenta de que ese problema era similar a su situación actual como pareja, ya tenían tiempo siendo novios, habían aprendido cosas uno del otro, aprendieron a expresar sus sentimientos y a superar los problemas, ya no eran necesarias las rueditas, sin embargo, aún seguían ahí. Igual que con la bicicleta, el rubio se negaba a quitarlas.

Las quitaré por ti. Pensó.

Cuando por fin llegaron a la gran mansión, Narancia fue directo a su habitación, tenía algo que planear.

Al día siguiente se levantó temprano, estaba muy feliz.
Desayunó con Bruno y Giorno, los otros estaban dormidos, excepto por Fugo, que había salido muy temprano por órdenes de Bucciarati, y volvería hasta la tarde. Después del desayuno le contó el plan a su amigo de traje blaco, a quien le tenía tanta confianza.

—¿Qué opinas? ¿Suena estúpido?— preguntó nervioso buscando la aprobación del mayor. Al ojiazul le pareció muy tierno.

—Es un buen plan. Aunque podrías simplemente decirle lo que deseas...

—¡No! Quiero que... sea especial—. Sus mejillas enrojecieron de inmediato y cubrió su rostro con ambas manos —Los dos somos igual de estúpidos con todo esto... además, hace mucho no tenemos una cita—. Suspiró.

—Está bien, tranquilo, todo saldrá bien— Bruno puso una mano sobre su hombro y le sonrió —En la noche me llevaré a los chicos ¿de acuerdo?—. Le guiñó el ojo, causando que el de ojos violetas se pusiera más nervioso de lo que ya estaba.

—B-bueno... gracias, Bucciarati.

—No es nada. Ahora debo ir a trabajar, disfruta tu día libre—. Dicho esto salió de la habitación y cerró la puerta.

Entre el desayuno y la plática con Bruno se habían hecho las 9 de la mañana y Narancia tenía algunas horas para elegir qué ropa ponerse, preparar algunas cosas y dejar todo en orden para su gran cita con el rubio.

OneShots | ♡ FugoNara ♡ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora