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—Yo... no lo sé

—¿Qué pasa, niña? ¿No quieres su sangre en tus manos?

—Matarlos me sacaría del ministerio - dijo Tiffany analizando lo que le decía aquella mujer malvada

—Déjamelo a mí, hermosa - Después de acecharla con vehemencia y sin darse cuenta, Taeyeon ya estaba tras Tiffany, susurrando cosas, dejándose llevar

La piel de Tiffany se erizaba con el contacto de Taeyeon. La rubia comenzó a pasear sus manos con libertad por el cuerpo de la aurora.
Llegó a un punto donde la mortifaga realmente no sabía si estaba actuando de verdad o lo deseaba. Podía sentir su cuerpo arder, la excitaba la idea de pervertirla, de hacerla caer ante ella.

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Seulgi caminaba con rapidez por aquel bosque entrando a las inmediaciones de una mansión en el medio de la nada.
A los pocos pasos fue alcanzada por una humareda negra de dónde nace Shuhua. Con el semblante igual de serio que su compañera.

Ambas entraron al edificio y al igual que antes tomaron asiento en la enorme sala del lugar, sólo esperando a que apareciera.

Con lentitud, se comenzaron a escuchar pasos. Pies descalzos se acercaban a ellas.

—¿Y bien? - preguntó una voz desde la oscuridad del pasillo

—Todo salió bien, Taeyeon está haciendo su parte - contestó Shuhua encendiendo otro cigarrillo

—Perfecto. Y Seulgi

—Dime

—Asegúrate de buscar a Yuri, que pase la noche aquí y que duerma bien - decía aquella voz mientras se alejaba de nuevo

—Por supuesto.

Ambas se tomaron un pequeño descanso.

Irrelevantemente de que todo haya salido bien, la verdad era que ninguna de las dos mortifagas podía quitarse el duelo de la mente.
Seulgi estaba sedada y un tanto obsesionada con aquella mujer con la que luchó. Ciertamente pudo detectarla desde que entró a a la habitación, pero no como una presa, más bien se quedó embelesada con su aroma, y una vez que la vio, con su porte. Una mujer madura y elegante, sin miedo a atacar. Delicioso.

Por otro lado Shuhua estaba más preocupada por la reacción que tuvo su cuerpo al ver  aquella chica gritar. Ella realmente amaba la tortura, nunca sintió remordimiento por nada, ni cuando estuvo en Azkaban, al contrario, salió de ahí lista para matar, así qué, ¿por qué no disfrutó ver a aquella chica sufrir? Casi le dolía recordar su expresión al lanzarle aquel cruciatus. Tal vez los años la habían hecho débil.

Ambas mujeres estuvieron varios minutos en silencio pensando, hasta que una rompió el silencio.

—Hoy no hay luna llena, o si?

—No - contestó con simpleza Seulgi

—¿Entonces qué demonios le pasó a Yuri?

—Lo sabremos pronto. Comienza a oler a perro

En cuanto se dijo aquello, un estruendo sacudió el silencio de aquella mansión.

Una Yuri con la ropa destrozada y el cabello completamente libre sobre sus hombros entró al lugar con pasos torpes

Shuhua se levantó de la silla y fue a prepararle un trago a la recién llegada

Yuri se dejó caer en la silla y dio un largo suspiro

—¿Noche difícil, Yuri? - se burló un poco Seulgi

—No sé qué demonios pasó. Hoy no me tocaba. Tal vez la última luna llegó muy fuerte - dijo Yuri dando un gran trago

—Los licántropos no funcionan así, creo que ya lo sabes - dijo Shuhua

—Bueno, algo provocó mi transformación, no sé qué fue, pero fue duro. De las peores noches que he tenido. No sé cuántos animales vivos me comí

—No podemos dejar las cosas así. Debemos investigar qué te pasa o no nos serás de ayuda - sentenció Seulgi

—Déjamelo a mí, es mi asunto - dijo Yuri levantándose de la silla para encaminarse a las habitaciones

—Creo que todas deberíamos descansar- dijo Seulgi siguiendo a Yuri

Shuhua prefirió algo más.
Salió de la mansión y se adentró en el bosque. Y en aquella soledad liberó su cuerpo mortal para dejarse llevar por su transformación de animago.
Un gran cuervo voló sobre las copas de los árboles, abriéndose camino; buscando la esencia de aquella mujer que no la deja pensar en algo más que no sea su rostro dolorido.

Llegó a la destrozada mansión malfoy y con hechizos de rastreo encontró con facilidad a las auroras.
Sin embargo, confiaba plenamente en sus habilidades y decidió espiar un poco antes de entrar al cuartel de la orden.

Estaba recostada en una rama de los árboles del vecindario cuando noto dos edificios enormes abriéndose y dándole paso a otro. Y ahí estaba. Una hermosa chica, al parecer solo salió a tomar un poco de aire.
Iba acompañada de una de esas chicas a las que casi ahoga. Esa chica castaña al parecer sólo la guió afuera.
Se removió un poco incómoda al notar por qué, el cuerpo de la chica seguía dolorido por su maleficio

—Okay, háblame si necesitas algo, Soojin - gritó la chica castaña antes de irse

Soojin, ese es el nombre de aquella chica.
No lo pudo evitar, la curiosidad fue demasiada, batió sus alas y bajó para ver a aquella chica de cerca.
Llevaba su largo pelo azabache amarrado en una media cola. Tenía un semblante serio, estaba pensando de forma muy notoria. Por primera vez en su vida Shuhua deseó las habilidades de Taeyeon para conocer la mente de aquella mujer. Sentía especial interés en saber si ahora aquella chica sentía odio hacia Shuhua.

De todos los mortifagos definitivamente Shuhua era las más sanguinaria de todos. No había matado a tantos como Seulgi, pero vaya que disfrutaba el proceso de tortura, y ahora viendo el semblante triste de aquella mujer, no se sentía capaz ni siquiera de volar.

El Bien Y El MalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora