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Tiffany estaba corriendo por su vida.
Los pasillos se hacían interminables y una criatura enorme le pisaba los talones. La escuchaba respirar y jadear tras ella.
Pasillos oscuros a ninguna dirección, hasta no encontrar nada más que una pared sólida.
Dios mío aquí viene.

Tras un fuerte susto, la menor despertó empapada en sudor en medio de la oscuridad de su habitación.
Hizo sus ojos hacia atrás, otra maldita noche de pesadillas. Se dejó caer de nuevo sobre la almohada que abrazaba y se acomodó.

Mientras intentaba volver a su sueño, no pudo evitar notar que su almohada estaba ¿respirando?

—Que mierda - se levantó de golpe

Estaba acostada sobre el pecho de Taeyeon. La mayor la miraba extrañada, como si se preguntara qué hizo mal ahora.

—Tranquila Tiffany. Es un sueño. - decía mientras quitaba sus mechones rebeldes de su rostro - Vente conmigo, pequeña.

Tiffany se dejó caer de nuevo sobre la mortifaga... Bueno, después de todo era un sueño.

Aquella hermosa mujer rubia acariciaba su espalda con tanto amor.
Había un delicioso aroma en el ambiente, tal vez sándalo, tal vez romero.

—No lo resistiré mucho tiempo más - decía la rubia. Haciendo que Tiffany la mire expectante.
Taeyeon la besó con intensidad. Se escabulló hasta quedar sobre ella y la aprisionó con su cuerpo.

Tiffany se preguntó por qué estaba soñando aquello...
A quien engañaba, quería follarse a esa mujer desde que la vio sentada tan campante bebiéndose un whiskey después de asesinar muggles toda la semana

Taeyeon se levantó por completo. Levantó su rostro. Cerró los ojos y comenzó a levantar las palmas de sus manos con lentitud.
Tiffany se preguntó qué demonios hacía, hasta que sintió su ropa comenzar a desprenderse de su cuerpo. Cómo si fuera humo evaporándose en el aire

—Vas muy rápido, vaquero - dijo juguetona Tiffany

—Te aseguró que el resto lo haré lento

Taeyeon tomó las piernas de Tiff y jaló su cintura hacia ella con dureza
—Oh.... qué es eso- dijo Tiffany

—No me digas que nunca experimentaste con la magia sexual... - decía burlona Taeyeon, mientras tomaba una mano de Tiffany guiándola a su entrepierna- Esto es con lo que te follaré toda la noche

— Pero antes ...
Taeyeon hizo a un lado el tanga blanca de Tiffany. Dejando al descubierto un perfecto coño rosado. Inmaculado y suave al tacto.

Taeyeon estaba embelesada con aquello...
Tiffany con ojos cerrados y mejillas rosadas intentaba controlar su respiración hasta que sintió a una insolente mortifaga lamer su coño entero.

Continuó hasta dejar muy bien humedecida su entrada, se preparó y entró lentamente.

—Ah, espera, me duele - jadeaba Tiffany

—Tranquila. No me moveré hasta que estés lista

A Tiffany le extrañaba obtener tanta delicadeza proviniendo de ella. Tal vez es la versión de Taeyeon que su mente creó. La versión que ella desea.
Sin mencionar que no comprendía el dolor. Ella ya había tenido sexo con chicos antes.
Casi como si leyera su mente. Taeyeon contesta su pregunta

—Utilizar magia para esto es... diferente. Cómo hacerlo por primera vez

Taeyeon tomó las manos de Tiffany, entrelazó sus dedos y las guió por encima de su cabeza. Mirando a la menor a los ojos con semblante un tanto malévolo y sonriente, la mortifaga comenzó a penetrarla con lentitud.

Tiffany disfrutaba aquello, pero ese no era su estilo...
—Tae, lo quiero más duro - decía entre suspiros

Aquello hizo reír a la mortifaga, quien se acomodó un poco, tomó las piernas que antes estaban a sus lados, las elevó y colocó en sus hombros mientras seguía sujetando las manos de Tiffany.

El ritmo era intenso, pero parecía satisfacer a las dos

Cuando una jadeante y excitada Tiffany gimió bajó sosteniendo lo más que podía, la mayor supo que ya era hora.

—Quisiera hacerlo durar más, pequeña, pero ya debo retirarme. - decía mientras acariciaba el rostro frente a ella.

De forma delicada salió de la menor. Buscó su ropa y comenzó a vestirse. Tomó su largo y rubio cabello entre sus manos y lo ató despreocupadamente en una coleta baja.
Mientras hacía aquello, podía sentir a la menor recostada aún en la cama mirándola con curiosidad. Detuvo sus movimientos y la miró de vuelta.

—Dime qué piensas - dijo tomando asiento a un lado de la menor en la cama. Acomodando las sábanas para cubrirla del frío.

—Puedes... digo, si no quieres está bien, pero... podrías darme un beso antes de irte - pronunció una inusualmente tímida Tiffany.

Aquello tomó por sorpresa a la mortifaga... tal vez, y sólo tal vez nunca haya hecho aquello antes... Despedirse.
Cómo quien ama.

Tragó saliva, se acercó con lentitud a aquella pequeña mujer, dejando su pensar atrás, la besó con todo el amor que tenía en su maltrecha mente.

Se levantó de la cama, abrió la ventana.

Sabía que no debía, pero sin controlarse, miró atrás.
Aquella niña la miraba expectante.
Ignoró el cosquilleo que la atacaba al pensar en quedarse, y se esfumó por la ventana.

Tiffany no supo en qué momento su sueño acabó, sólo se entregó sin pensar en qué pasaría mañana, cuando viera a esa mujer de nuevo encerrada en el sótano... porque, ¿ahí estaba ella, no?

El Bien Y El MalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora