La nueva cara de A
Dicen que la venganza sabe mejor fría, tristemente ella se enfrío de más.
Atentamente
Un sediento de justicia, A.
Es la única línea que A adjunto a una foto de lo que parecen ser manos femeninas con dos marcas en las muñecas; la primera, pertenece a las marcas que dejan las cuerdas cuando amarras a una persona, y las segunda es lo que parece una Z y una P las cuales seguramente fueron echas con una máquina de tatuajes que claramente no sabían utilizar.
Inmediatamente doy aviso a seguridad para que no dejen entrar ni salir a nadie, necesito saber los ausentismos del día de hoy pata corroborar que no falta ninguna mujer de esta oficina, además de convocar a una reunión extraordinaria en la azotea del edificio con los miembros del equipo.
Tras diez minutos de enviar la alerta, me dirijo al lugar pactado donde ya se encuentra Leonard, Mathew y Alice llegan unos minutos después y tienen la misma mirada de consternación que supongo también tengo.
—No es normal, este cambio en el patrón no es normal. — el primero en hablar es Leonard.
—Jamás había atentado con la vida de ninguno de los empleados. — revisa Alice en las notas que tiene en una libreta.
—¿Creen que haya sido un acto misógino? — inquiere Mathew. —Toda parece indicar que lo es, por ende, podemos suponer que es un hombre.
—No podemos asegurarlo, sin embargo, si esas iniciales son las de zorra y puta, creo que podrías tener la razón. — intervengo. —Mientras esos datos salen a la luz, creo que tenemos que hacer el control de daños y enviar esa evidencia a Caroline para saber si no son fotos existentes en el archivo.
—En un momento Lauren nos enviará la lista de las empleadas que han faltado al trabajo hoy, tenemos que comunicarnos con cada una para saber que no son la de la foto.
—Bien, mientras seguiré tratando de descifrar junto con Callum a donde están yendo las fugas de dinero que hay en las cuentas de la empresa. — dice Alice —Ese correo solo fue una distracción, lo sé.
—Bien. — asiento —Mathew, Leonard, necesito que se aseguren de que todas las chicas de las que se tiene registro de haber asistido al trabajo estén bien.
—Nos pondremos a trabajar en eso. — dice Mathew escribiendo algo en su celular.
Emprendo mi camino hacia mi oficina un tanto trastocado por la situación que estamos viviendo, si bien estoy acostumbrado a este tipo de situaciones en las que lamentablemente las personas pierden la vida e incluso he tenido encuentros cercanos con las muerte, sin embargo, ver esa foto y leer que de hecho se estaba burlando de la abominación que cometió me hizo sentir incómodo, enojado, incluso triste porque lesa pobre chica que solo es un daño colateral puesto que A lo que quiere es vengarse de HLD Company o tal vez del cabronazo de Isaac Janssen.
Me ordeno centrarme en la tarea que me asigne, sin embargo, antes de que pueda tocar el picaporte me percato de la presencia de una chica de cabello caoba que me es imposible confundir a pesar de que esta de espaldas. Parece que Annalise Van Swol ha causado un gran impacto puesto que no suele pasarme que identifico a las personas con tanta facilidad.
Miro ambos lados para cerciorarme de que las personas a nuestro alrededor estén inmiscuidas en sus asuntos, sin ninguna razón aparente, simplemente el sentimiento de no querer ser observado se ha instalado en mi pecho.
—Parece que las crisis no llegan a tu departamento. — digo muy cerca de su oído haciendo que se sobresalte.
—Idiota, casi haces que me dé un paro cardiaco.
—Mi abuela me decía que te sobresaltas cuando tienes la conciencia sucia. — trato de controlar la risa que lucha por escapar. —¿Eres una chica con la conciencia intranquila, Annalise?
—No tengo en mente nada que cualquiera en esta oficina haya hecho fuera de las puertas de esta empresa. — coloca un mechón de su melena caoba detrás de oreja regresando a su labor de sacar copias. —Dijiste que hay una crisis ¿de qué no me he enterado?
—Es mejor que quedes en la ignorancia, debo decir que me alivia verte.
—¿Alivia? Creo que es el cumplido más extraño que me han dicho.
—Me alegra que lo tomes a bien.
Me es inevitable recargarme en la fotocopiadora para poder mirarla con mayor detalle. Ella parece muy concentrada en su tarea pero sé que es consciente de mi presencia pues de vez en cuando levanta la mirada para mirarme a través de sus gruesas pestañas e incluso relame sus labios antes de que aparezca una pequeña sonrisa.
—Me vas a desgastar, Aaron ¿qué tanto miras? — ríe con nerviosismo.
—Nada, tengo que irme a hacer algunas cosas. — salgo de mi ensoñación, tengo que hacer el control de daños.
—Bien, porque yo también tengo varios pendientes y no me puedo quedar a ser admirada por el guapo gerente de recursos humanos. — me da gracia que parece sorprendida por lo que ha dicho. —Digo, el...—resopla. —Bueno, no creo que no sea algo que te han dicho antes así que no me retracto, que tengas buen día.
Toma un montón de hojas y pasa por mi lado prácticamente corriendo sin dirigirme una sola mirada, pero extrañamente no lo hace de manera torpe, simplemente camina a un paso más apresurado del que se espera.
Sonrío con una extraña sensación en el pecho.
Sin embargo, no dejo que me embargue por completo pues inmediatamente la imagen de esas manos femeninas llega a mi mente haciendo que me reprenda por la falta de concentración e importancia que le estoy dando al caso.
A paso rápido me dirijo a mi oficina. En mi escritorio ya se encuentra el informe que le pedí a Lauren con respecto a las inasistencias de esa semana puesto que no tengo ni idea de cuando pudo haber secuestrado a la víctima, afortunadamente tras tres largas horas dedicándome a hacer llamadas me aseguro de que cada mujer que ha faltado en la última semana se encuentra a salvo; unas con permiso de maternidad, otras por enfermedad y otras hoy se encuentran en la oficina laborando como todos los días.
Por un momento una sensación de alivio se instala en mi pecho, aunque falta saber si todas las chicas que asistieron hoy al trabajo están a salvo, sin embargo, esa información es más fácil de obtener y es mil veces más sencillo ubicarlas.
Para cuando llegan las seis de la tarde tengo en mis manos el informe final hecho por los chicos, el cual refleja que, por lo menos en HLD Company, existe saldo blanco, es decir, que no hay ninguna mujer desaparecida, lo cual por un lado es una buena noticia, sin embargo, no puedo hacer a un lado el hecho de que hay una chica desaparecida que tenemos que rastrear.
Me hago una nota mental pues está noche tengo que llamar a Caroline.
Como ya es costumbre, espero a que la oficina se encuentra prácticamente vacía para continuar con mi acercamiento con Paula Brower. Cuando llego hasta su oficina ella ya tiene su bolso colgado al hombro y una linda sonrisa dibujada en su rostro.
—Parece que alguien por fin se ha librado del trabajo extra. — me acerco a ella para depositar un amistoso beso en su mejilla. —Bueno, por lo menos tendremos quince minutos más antes de que Ben cierre. — ríe.
—Ni siquiera sabes si em realidad se llama Ben el dueño de la cafetería.
—Tenemos que referirnos a él por un nombre, el hombre de la cafetería es muy largo de decir. — le quito de las manos su bolso y su abrigo. —Ahora, ¿me permite escoltarla afuera mi lady? — le ofrezco mi brazo con galantería el cual toma aun riendo.
Al llegar al sótano, cada uno se dirige a su respectivo auto para evitar chismes que puedan perjudicar a Paula puesto que me ha informado que Isaac Janssen no es devoto de las relaciones entre empleados y mucho menos de relaciones que incluyan a su asistente. Cuando me lo dijo en un primer momento, me pareció muy extraño el nivel de control que tiene hacia sus empleadas y cuando percibió mis intenciones de replica lo único que me contesto fue que lo hacia para no afectar la productividad de los empleados en general. Evidentemente no le creí, pero zanjo el tema sin que yo pudiera evitarlo por lo que sigo tratando de obtener la mayor información posible para resolver el caso de HLD Company.
A no es el único monstruo que asecha a Ámsterdam.
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Con A: De Astuta
RomanceElla no es lo que parece, tiene varias personalidades, un día puede ser dulce y tierna, al otro podía ser cruel y despiadada, no se equivoquen, no tiene problemas de personalidad, solo se moldea a la situación que se le presente. Ella será la piedra...