Capítulo 1

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Hogar dulce...Holanda

«Ámsterdam a 14 de enero del 2014»

Silencio.

Absoluto silencio.

Es en lo que estoy sumida mientras me detengo a observar los alrededores.

No creí que yo fuera capaz de hacer esto. No creí que lo que sentía en mi interior iba a crecer tanto como para llegar a este punto.

¿Lo odio? Probablemente si. ¿Lo voy a extrañar? Definitivamente no. ¿Me va a hacer falta? Nunca fue indispensable en mi vida, jamás represento nada en ella. ¿Me arrepiento? No lo sé, esa es la realidad. Mi lado moral me dice que lo que he hecho es completamente incorrecto, por mucho daño que le haya hecho a...

Ni siquiera puedo pensar en su nombre, esa simple acción hace que las lágrimas quieran salir de mis ojos sin que pueda controlar mis emociones. No lo merecía, era demasiado joven como para comprender la magnitud del problema en el que la había metido quien se supone tenía que amarla por sobre todas las cosas.

En este momento, mientras el tiempo ha decidido pararse mientras observo mis manos llenas de sangre, es que mi mente acomoda todos los sucesos que me llevaron a terminar en este inevitable suceso.

Me he decidido. Las cosas en mi cabeza están bastante claras.

Todos van a pagar.

Ya metieron a mi dulce hermana en este sucio juego que ellos creyeron que era divertido.

― ¿A? Te juro que yo no quería que esto sucediera― dice ella en medio de sollozos.

La sola imagen de ella llorando hace que mi corazón se rompa y la impotencia me invada.

Aprieto mis manos tanto que siento como la hoja de la navaja que tengo en mis manos se entierre justo en la palma de mi mano.

Definitivamente van a pagar.

― Lo sé cariño, sé que tú no sabías en lo que te estaban metiendo.

― Dijeron que era un juego, uno en el que todos podían ganar― susurra.

Siempre he amado su inocencia, pero justo ahora solo la odio, odio no haberle dicho todos los riesgos que corría. Es mi culpa.

― Te llevaré a un lugar en el que estarás a salvo, en el que nadie más te vaya a molestar.

― ¿Lo vas a dejar allí?― inquiere mirándome con sus ojos brillosos por las lágrimas.

― No, mi niña― sonrió para tranquilizarla ― Primero vamos a hacer una corta parada.

Una muy corta parada.

«Londres a 15 de enero del 2015»

El constante resonar de mi alarma es lo que escucho siempre antes de despertar, nunca me ha importado mucho, así empieza mi rutina siempre que el jefe nos cita cuando hay un caso nuevo. Sin embargo, hoy me es especialmente pesado escuchar ese ruido.

Es curioso puesto que llevo diez años haciendo lo mismo. Y considerando que solo tengo veintiséis, creo que tengo una vaga idea de la razón por la que me está resultando tan tedioso todo esto.

La alarma sigue sonando, pero de repente mi mente se encuentra fija en el cajón de mi escritorio donde guardo eso y me pregunto si los desvelos han valido la pena, después de todo no creo que vaya a ver la luz algún día.

El miedo al fracaso siempre ha estado presente en el fondo de mi mente lo cual es irónico puesto que soy líder de mi escuadrón y muchos dicen que soy el mejor en lo que hago. El mejor en...

Con A: De AstutaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora