Maldito contrato

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Mi madre siempre ha sido de mente abierta, así que a los 15 años le confesé que era Gay. Recuerdo su expresión como si alguien le hubiera dicho que ganó la lotería, así que cuando me decidí a vivir mi adolescencia de acuerdo a mi orientación mi madre le dio la bienvenida a cada chico con el que salía.

Regresando de mis recuerdos, me dispuse a disfrutar de aquel chico, del cual no sabía su nombre.

Acaricie sus piernas con lentitud hasta que llegue a sus muslos,lentamente hasta llegar a sus muslos entonces los abrí para contemplarlos mejor. tenía un lindo pene; bese y lamí alrededor de su entrepierna, luego introduje su miembro en mi boca y lo saboree. Lo Lamí a lo largo, y sonreí cuando este se puso duro, eso era algo bueno.

 Pequeños gemidos salieron de su boca e inmediatamente me puse duro al pensar en estar dentro de su firme culo y liberarme, ¡Dioses, deseaba eso! Mientras lo estaba masturbando mi celular sonó. Abandoné el acto y contesté.

-¿Sabes que tener sexo con él antes de la fecha que acordamos rompería el trato, cierto?- escuché decir a la voz profunda al otro lado, su tono burlón me enfureció.

-¡Se en qué consiste el contrato, no tienes que recordármelo! Solo lo traje conmigo porque no me gusta esa habitación  además, me dijiste que el chico estaba dispuesto a todo y lo que me entero es que alguien lo secuestró y lo trajo hacia mí. Esto es ilegal- Trate de no alzar la voz mientras esperaba una respuesta.

-Tú sabías que esto no era legal, el chico es un puto muéstrale algo de dureza y abrirá su dulce cuerpo hacia ti y otra cosa te recomiendo tenerlo en la habitación donde yo también pueda vigilarlo- dijo cortando la llamada.

Genial, mi erección se había ido.

Me vestí y coloque la sábana encima del chico, saliendo de la habitación baje las escaleras para  dirigirme al bar, necesitaba un trago y alejarme del joven por lo menos hasta mañana ¡Maldito contrato!

Al terminar mi bebida mi cabeza daba vueltas ante toda esta absurda situación, por lo que decidí salir a correr un poco.

 Me tope con Yuri en la entrada del bar este me miró como esperando que fuera y lo besara apasionadamente ¡Qué estúpido!

-Saldré a correr vigila todo por aquí- ordené mientras salía hacia la puerta de enfrente.

-Nicolás espera- me detuvo para preguntar -¿El chico dónde está?-

Volteé furioso desde que llegamos a esta casa no dejaba de recordarme que esto solo era parte del trabajo. Jodida agencia que me asignó a este imbécil.

-¡Sigue en la maldita habitación!- respondí con enojo -Solo quiero un poco de aire, él no se irá a ningún lado deja de preocuparte- me volteé para salir cuando Yuri volvió a hablarme -¿Qué rayos quieres?- exclame.

-Ummh... Si vas a salir a correr ¿No crees que deberías cambiar tu ropa?-

Eché un vistazo a mi ropa aún llevaba mi traje, levanté la vista para mirarlo sintiéndome estúpido subí corriendo y me cambie a un pantalón deportivo, tenis y camisa blanca.

Salí de nuevo por la puerta huyendo de la tentación y comencé a correr mientras pensaba, tendría que apurarme a sacarle la información al chico y para poder atrapar a ese bastardo.

La agencia fue bastante clara y no admitirá errores esta sería una larga noche.

Cautivo?© -en corrección-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora