Peter caminaba por la calle en Los Ángeles, en un día soleado y con sus lentes de sol, de la mano de una chica de cabello castaño y ojos almendrados. Tenía cuatro años y era muy inteligente. Acababan de salir de una panadería donde la niña había comido un pastel de chocolate y sabía que su madre se quejaría. Peter sonrió al recordarla, ya la extrañaba. Durante las giras, ambos tuvieron que darse la vuelta para prestar atención a su hija, para que no estuviera sin sus padres por mucho tiempo. Peter había llegado de viaje hace dos días y estaba dedicando su tiempo casi exclusivamente a su hija. Había decidido mimar a la pequeña y dejarla devorar la tarta de chocolate, Lali se quejaría si su hija tuviera dolor de estómago.
Se detuvo con su hija frente a un centro comercial y miró su reloj, ya era hora. Minutos después, una camioneta se detuvo apoyada en la acera y Lali se bajó, Peter notó que su hija corría hacia su madre y solo miraba. Cuando vio a Lali tomar a la pequeña en su regazo, se acercó a ella sonriendo, viéndola regresar con esa dulce sonrisa.- Estaba loco por extrañarte. - La besó en los labios - Debes estar muriendo de cansancio y aún prefieres venir aquí en lugar de ir a casa.
- Tenía muchas ganas de disfrutar el día con mi amor y mi pequeña. - besó la cara de la hija - Además, dormí en el avión.
- Como siempre. - sonrió - Dame esta princesita de aquí porque es demasiado pesada para ti. - tomó a la hija en su regazo.
- Papi me dio chocolate, mamá. - comentó la niña.
- ¿Atascarla con chocolate otra vez, Lanzani? - miró a su marido.
- Allegra, dije que era nuestro secreto. - sonrió jugando con la niña - Lah, mi amor. - miró a su hija - ¡Intenta resistirte a esos ojitos, no puedo!
- Eres un papi niñero. - sonrió - Y te amo.
- Yo también te amo. - La abrazó por la cintura con su brazo libre y le dio un beso.
Todos los días ese amor crecía, incluso bajo los reflectores y con varias personas persiguiéndolos. Tenían la cabeza en su lugar y habían madurado mucho, lo que en ese momento todavía eran parte de los Teen Angels, no había sucedido. Eran inseguros, tenían miedo y ese sentimiento era genial, pero se trabajó para mantenerlo en secreto. Al final, todo había salido bien y finalmente se acabó el secreto y ambos comenzaron una vida sin tener que esconderse, pudieron demostrar lo mucho que se amaban donde quisieran, podían decir lo que decían sus corazones y ese era su destino. . Vivir juntos. En todas las oportunidades que tuvieron, agradecieron a los Laliter's, quienes, a pesar de ser inducidos durante mucho tiempo a creer que nada existía, no perdieron la esperanza y confiaron en ese amor hasta el final.
FIN.