Día 6: Undercover

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-Me da que esto no va a salir bien, Conway.- Gustabo se acomodaba el traje en el asiento del copiloto.

-Más nos vale que nos salga bien, el que tendrá que comerse la bronca de Michelle seré yo.

-Pero si parezco que vaya disfrazado, mire cómo llevo el pelo.- Gesticuló exageradamente y se señaló el cabello, lo llevaba engominado hacia un lado, ni un cabello salía de su sitio. 

-Solo es un puto traje, no exageres.- Conway conducía y no le prestaba atención, llevaba todo el camino escuchando sus quejas.- Y deja de moverte tanto vas a arrugar la ropa, joder.

-Es que es incómodo, yo no voy a colar como un señorito de estos eh.

-Pues tendrás que hacer el esfuerzo y deja ya de quejarte que pareces un niño.

Gustabo iba a replicar, pero la voz de Horacio a través del pinganillo que llevaba en su oreja lo frenó.

"Gustabo ¿Me copias?"

"10-4, estamos llegando ¿Estáis en posición?"

"Sí, dile a Conway que Freddy ya está dentro."

Con esto Horacio cortó la comunicación. Estaba junto a Volkov en el vestíbulo de aquel enorme edificio, revestido todo de mármol blanco impecable con algunos detalles dorados, con grandes columnas que se alzaban a ambos lados de la sala. Estaban algo apartados de la entrada, así como de toda la gente que había allí, todos vestidos elegantemente, con vestidos largos y trajes oscuros. Horacio y Volkov no eran excepción, ambos con trajes color negro impolutos, aunque el de cresta habria preferido algo más llamativo, pero por supuesto tanto Conway como Michelle lo habían desaprobado.

-Lo veo, está allí junto a su mujer.- dijo Volkov tanto para Horacio como para el equipo del CNI a través del auricular.

A diferencia del resto de gente, ellos no estaban allí para disfrutar de una espléndida velada. Hacía tiempo que el CNI iba tras el jefe de una mafia que había tomado el control del tráfico de arma y drogas en la ciudad. La investigación les llevó a dar con uno de los peces gordos de la ciudad, William Jacobs, director de una de las mayores empresas de Los Santos.

A través de diferentes soplos de información a cambio de dinero, descubrieron que daría una fiesta en uno de los edificios que tenía la ciudad para celebraciones, lo más probable es que ahí realizara algún trato con miembros de otras mafias. Era su oportunidad de pillarlo in fraganti.

"Joder neno, no veas que tarde llega el pavo a su propia fiesta." Trucazo se econtraba prácticamente en la otra punta del edificio, él formaría parte del servicio de catering, de manera que podría ir controlando de una forma más disimulada los movimientos del sospechoso.

"Gustabo y yo entramos ya, ya sabéis qué hacer y no levanteis ninguna sospecha."

Todos respondieron al unísono a la orden de Conway, el plan se ponía en marcha.

Horacio tomó a Volkov del brazo, y este se quedó algo sorprendido de la acción.

-¿Qué hace?- cuestionó, tratando de no prestar atención al salto que había dado su corazón con la acción del menor.

-¿A ti qué te parece? Pues disimular, no ves que todo el mundo viene con acompañante.- hizo un gesto con la cabeza para que observara a su alrededor: tenía razón. Todo el mundo allí iba con pareja, fuera o no oficial, ir por separado tal vez habría provocado alguna sospecha.

-Supongo que tiene razón... Pero no se olvide del objetivo.

-No, no, claro que no.- sonrió y se acercó un poco más al ruso, de manera que ahora el brazo de este entraba en contacto con su camisa.

Volkacio ValentineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora