Día 18: Love Story I

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La música resonaba por el amplio salón para fiestas. Los músicos tocaban en un rincón apartados de la elegante fiesta que tenía lugar en esos momentos. Gente de los más altos títulos de la nobleza se encontraban reunidos charlando entre ellos, vestidos con sus mejores galas haciendo honor a su reputación y fortuna.

En el exterior de la mansión todavía iba llegando gente todavía, pues aquello no había hecho más que empezar. De uno de los carruajes bajaron tres hombres vestidos de una manera similar, destacaba el más joven, pues su traje era azul marino, y en su camisa blanca podían verse decorados dorados,  los otros dos tan solo llevaban su camisa blanca, mientras que sus chaquetas largas era de color negro, perfectamente abrochadas.

-¿Es necesario que yo esté aquí? Podría haberme quedado en casa...- se quejó el menor observando la gente alrededor que iba llegando.

-Horacio, no empecemos con lo mismo. Tú vas a estar esta noche aquí conmigo y con tu hermano.- habló el mayor de los tres, tenía el cabello negro y empezaba a verse algún cabello blanco a causa de la edad.

Antes que Horacio puediera decir algo, su hermano se adelantó.

-Yo tampoco quiero estar aquí, pero es nuestra obligación, no podemos quedar mal con esta gente.- su hermano era mayor que él por un par de años, llevaba el cabello rubio perfectamente peinado hacia atrás, casi de forma idéntica a su padre.

-Pero Gustabo esto es igual todos los años.

Los tres ingresaron dentro del edificio mientras hablaban.

-Este año no, la hija de Lord William se va a casar, así que la fiesta es más importante que otras veces.

Cada año en verano, Lord William, una de las personas más adineradas de Inglaterra, daba varias fiestas en su hacienda de campo, invitando a sus semejantes a esta. Cada año Horacio y su familia asistían, y para él siempre era lo mismo. Su padre charlaba con otras personas sobre negocios y otras cosas a las que no prestaba atención, y Gustabo desde hacía unos años se dedicaba a juntarse con otra gente, haciendo que el menor se sintiera algo excluido.

Lo cierto es que desde que su madre ya no estaba con ellos, Horacio se sentía algo solo, y la relación con su padre había empeorado desde entonces. Él le repetía que debía casarse pronto, le había presentado varias candidatas para ser su prometida, pero Horacio siempre se negaba. Era consciente que esa noche, aprovechando que había tanta gente allí, probaría suerte e intentaría presentarle más pretendientes, el menor sabía que su padre le haría seguir los pasos de su hermano, quien ya estaba prometido desde hacía unos meses con la hija de un conocido de su padre, muy adinerado también.

Una vez en el salón principal, observó alrededor por si veía alguna cara conocida con quien al menos no aburrirse. 

-¡Jack! ¿Cómo estás?- escuchó que una voz llamaba a su padre, era un hombre con una gran barba algo más mayor que este, alguna vez había hablado con él pero no recordaba su nombre. 

Ambos empezaron a hablar y en la conversación enseguida se unió Gustabo. El menor quiso marcharse de ahí, pero su padre lo llamó.

-Horacio, esta es la hija del señor Miller.- Señaló a una chica que se encontraba al lado del hombre de barba. La joven, vestida elegantemente y con el cabello recogido, intentaba evitar la mirada de Horacio, en su expresión se veía claramente la incomodidad. Horacio lo supo reconocer, y entendió ese sentimiento a la perfección, ninguno de los dos quería estar ahí. 

Antes que su padre volviera a hablar, Horacio le interrumpió.

-Perdona, creo que he visto a un amigo por allí, iré a saludarlo. Disculpen.- dirigió lo último a la chica y a su padre y con una pequeña reverencia salió de allí. Sabía que después debería escuchar a su padre enfurecido por su comportamiento, pero ya estaba acostumbrado a esas alturas. No quería hacer pasar a la chica por esa situación.

Volkacio ValentineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora