Descansos del presente

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POV ALBA 

Cómoda. 

Así me sentía estando encerrada en un coche con Natalia, sin nadie más. Si me lo hubieran dicho el primer día que nos cruzamos, hubiera mandado a la mierda a quién lo hubiera hecho, pero aquí estoy, disfrutando del aire fresquito que me da en la cara gracias al aire acondicionado de su coche, observando como pasan los edificios a través de la ventanilla, mirando de vez en cuando y disimuladamente los tatuajes de sus brazos, sobre todo el mandala que también cubre parte de su mano derecha porque es el que más me llama la atención y el que más a la vista tengo, pero desviando rápidamente mi mirada de ella a la ventanilla de nuevo cada vez que se mueve.

Que se haya disculpado por su actitud del primer día ha calmado la desconfianza que siento, no desconfianza hacia ella únicamente, sino hacia todas las personas que me rodean a las que aún no conozco, a veces incluso a las que conozco. Cada uno es libre de ser como quiera ser, pero no puedo negar que la gente con la personalidad que creía que tenía ella prefiero que estén lejos de mí. Quizás algún día pueda dejar atrás todas las inseguridades y miedos que me crecieron a raíz de aquello, pero como no tenerlos cuando las personas más cercanas y a las que más quieres te destrozan. Una sensación amarga se instala en mi garganta sólo con recordarles y un gran suspiro sale de mi cuerpo cuando me alejo de esos recuerdos.

— ¿Todo bien? — la voz de Natalia me termina de traer de vuelta a la realidad, dejando los recuerdos atrás.

— Sí, estaba pensando. — pone una cara divertida mientras sonríe que me hace sonreír a mi también.

— Pensar está bien, pero sólo de vez en cuando. — me mira unos segundos volviendo la vista a la carretera rápidamente.

— ¿Sin abusar, no? — asiente ampliando su sonrisa y yo niego débilmente.

— Exacto, empezamos a entendernos tú y yo. — me quedo mirándola y no puedo evitar preguntarme como la veo tan distinta a la primera vez que la vi, como si fuera otra persona. — Por cierto, antes has dicho que me habías hablado, creía que ibas a tirar a la basura aquel vaso donde te escribí mi número. — me muerdo la sonrisa al verla tan divertida, porque no lo ha dicho de una manera prepotente sino más bien en tono bromista y no me pienso dos veces el decirle la verdad para ver su cara.

— Y lo hice, tu número me lo ha pasado Julia esta mañana. — su gesto cambia, chasquea su lengua como si estuviera a disgusto pero una sonrisa amenaza con salir de sus labios dejándome ver que no le ha molestado. 

— Joe, mi gozo en un pozo. — hace un puchero que parece que le resta 10 años de vida, haciéndola ver mucho más niña, otra vez.

— Lo siento. — me disculpo medio en broma medio en serio.

— No te disculpes, yo también lo hubiera tirado. — miro a mi alrededor cuando pone el intermitente y veo que ya ha cogido la salida del local, saliendo de la carretera al amplio camino. Vuelvo a pasar mi vista por toda la fachada, sonriendo al releer el cartel.

— Me gusta este sitio. — murmuro casi sin darme cuenta, pero cuando veo su sonrisa no me arrepiento de haberlo dicho, ni me asusto.

— Ahora antes de irnos, si no te importa, nos acercamos un momento al estudio para coger unas cámaras que tengo allí. — se quita el cinturón de seguridad y yo imito su movimiento.

— ¿Está lejos? — niega sin dejar de sonreír y señala a la fachada. 

— ¿Te acuerdas de la sala así más chill? — asiento sin tener que esforzarme mucho para recordar el sitio porque me pareció muy bonito y, sobre todo, acogedor. — Pues justo encima. — sale del coche y yo lo hago detrás de ella.

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⏰ Última actualización: Apr 04, 2021 ⏰

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