Lucha Por Amor (Levi x Tu x Zeke)

•Capítulo 5: Celos•

Narra Reiner

—Annie Leonhart, portadora del titán femenino; Bertholdt Hoover, portador del titán colosal; Reiner Braun, portador del titán acorazado; Marcel Galliard, portador del titán mandíbula; Pieck Finger, portadora del titán cuadrúpedo; Zeke Jaeger, portador del titán bestia. —terminó de leer la lista— Desde ahora ustedes son guerreros marlyanos honorarios.

Mamá estará orgullosa de mí al ver que pude obtener un poder titán.

—¡Sí!

—Una cosa más. —todo enderezamos nuestra postura al ver que el capitán Theo Magath aún no había terminado— Light Tybur los ha invitado a una fiesta en honor a los nuevos portadores titanes, más les vale ir presentables y no hacer estupideces. —amenazó. Todos hicimos el saludo militar con una expresión seria, aunque yo trataba de reprimir una sonrisa— Ah, también pueden llevar un acompañante.

—¿Pueden ser dos? —pregunté algo nervioso, pues quería llevar a mi madre y Gabi

—No, ustedes sólo pueden llevar a una persona.

—De acuerdo, gracias.

—Bueno, tienen una semana libre antes de que comience la operación de infiltración a Paradis. Descansen, soldados. —finalizó y se fue de la oficina

—¡Felicidades, chicos! Lo lograron. —nos felicitó Tn, dándonos un abrazo a cada uno, hasta que llegó a Zeke y lo besó levemente

En estos últimos días ellos habían dejado la timidez a un lado, ya que al ser soldados, no sabían cuando llegarían a casa con vida.

—Hey, aquí hay niños. —canturreo Marcel

—L-lo siento. —respondió Tn sonrojada— Pensaba que no nos veían.

—Ya, dejen de molestarla. —nos ordenó Zeke, todos desviamos la mirada hacia otro lado

—Eeh... ¿Y si vamos a comprar algo para comer? —propuso Tn

—¡Sí! —dijimos todos al unisono

—Cierto, de paso le puedo llevar a Gabi lo que me pidió. —comenté con una sonrisa

—Oh, Gabi es tan tierna. Dan ganas de abrazarla por lo pequeña que es. —dijo Pieck, a lo que Tn asintió con una sonrisa apoyando lo dicho— Es igual de tierna que tú. —añadió tomando a Tn del brazo de manera cariñosa

—Oye, suelta a mi onee-chan.

—Bueno. —soltó a Tn— Pero no me mires como si fueras a matarme.

—No mataría a un camarada, además sería una perdida de tiempo.

—¿Debería darte las gracias al saber que no deseas matarme? —Annie se encogió de hombros en respuesta

—Emmm... También podemos comprar nuestros vestidos allá, ¿no? —cambió de tema Tn

—¿Ah? —Annie la miró descolocada— ¿Todas debemos ponernos uno de esos vestidos? Yo ni loca.

—Tenemos que ir presentables, Annie.—insistió Tn— El capitán lo dijo.

—Pues ya qué, pero tú tampoco te salvas, onee-chan.