"Todo Por Un Acuerdo".

Cap 20.

Capítulo #20

Cuando entre a la casa de HyonKo, me saludaron algunos viejos amigos y mi amigo me presentó algunos de él.

Me senté en la sala para mirar cuando Saeng, llegara si es que lo hacía, la fiesta estaba de ambiente pero yo estaba empezando a perder la esperanza de que él llegará.

Ya pasaba de media noche y no había señales de él, me encontraba con unos viejos amigos de la preparatoria que me estaban platicando sus anécdotas de cuando aún estaban solteros porque algunos ya se habían casado y otros divorciado.

—¡Saeng, que te pasó!. —Escuché decir a HyonKo.

De inmediato volteé hacia la puerta de la casa y miré a Saeng, vestido diferente a como lo había visto algunas horas atrás, la playera que traía puesta estaba toda lleno de sangre, el pantalón que llevaba puesto estaba roto de las rodillas al igual que la chamarra de piel de una de las mangas.

Me levanté de inmediato al verlo en ese estado, estaba muy lastimado, tanto que tuvo que sostenerse del marco de la puerta para no caer, tenía sangre en su boca y una herida a un lado de la frente.

Cuando miró que me acercaba a él empezó a caminar con dificultad hacía la escalera y de la misma manera empezó a subir, no podía creer que todavía en su estado no me queria cerca de él.

HyonKo, corrió a ayudarlo para subir a su habitación, yo como todos, nos quedamos mirando.

—Ya vieron, ¿cómo esta la motocicleta del hermano de HyonKo?, ¡¡antes no se mató!! —Dijo un chico que estaba mirando por la ventana.

Salí de la casa y me dirigí hasta la motocicleta, estaba destrozada, el casco roto y tenían razón ¡Antes no se mato!... Al parecer había tenido una fuerte caída,quizás en una de esas carreras en las que participaba.

No entendía como logró llegar a casa con esa motocicleta que ahora se encontraba destrozada, regresé a la casa y subí a la segunda planta.
Queria verlo, ayudarlo y estar cerca de él.

—¿Dónde está?. —Le pregunté a HyonKo, quien iba saliendo del bañó con la caja de primeros auxilios que se encontraba en el pasillo.

—Esta en su habitación, dice que se cayó de la moto de regreso a casa, esta muy lastimado, no quiere ir a un hospital, así que le voy ayudar a curar las heridas.

—Déjame hacerlo a mi, por favor, quiero estar cerca de él.

HyonKo, lo pensó, pero me dejo que fuera yo el que lo ayudara, me dió lo necesario para curar sus heridas y él regreso a la fiesta para disculparse con todos porque la fiesta había terminado.

Entré a la habitación y mi Saeng, estaba recostado en la cama con un brazo tapando sus ojos, jale la silla que estaba a un lado del tocador y me senté frente a él.

—Regresa a la fiesta HyonKo, yo me curo solo las heridas después de darme una ducha. —Dijo.

—¡No soy HyonKo!. —Dije.

Cuando escuchó que era yo intentó levantarse rápido de la cama pero no pudo y se quejó de dolor.

—¡Qué carajos haces aquí! Sal de mi habitación.

—¡Cuidado Saeng!.

Me levanté rápido para ayudarlo a levantarse y apenas lo toque y me empujó.

—¡No me toques! Yo puedo solo, así que fuera de mí habitación.

—¡Yo sólo quiero ayudarte!. —Dije sentándome a su lado. Después de que logró sentarse en la orilla de la cama.

—La mejor manera de ayudarme es manteniendote lejos de mí.

Me dolían sus palabras pero más su desprecio, un nudo se formó en mi garganta.

—No me pienso alejar Saeng. Aunque tu no me quieras cerca de ti yo voy a insistir hasta recuperarte, asta recuperar tu Amor, porque por más barrera que pongas se que aún me quieres.

Se puso de pie y se empezó a reír, pero sin verme a la cara.

—No digas tonterías Siwon, yo ya no te quiero, lo único que siento por ti es odio y desprecio, asi que sal de mi habitación y de mi vida.

Se metió al bañó y se encerró y no pude contener más las lágrimas por esas palabras que me dijo, lloré como un niño, en un momento pensé en salir de su habitación, pero no me daría por vencido tan fácilmente.

Cuándo salió del bañó solo con una toalla cubriendo su cintura, yo seguía sentado en la orilla de la cama mirando el piso y con lagrimas en mis ojos; me las saqué y levanté mi vista para verlo.

Al menos no siguió diciendome esas palabras tan dolorosas, se dirigió a su closet y sacó su pijama y regresó al bañó a ponercela. Cuándo salió con esa pijama de dos piezas, solo el pantalón puesto y la camisa abierta.

Se sentó del otro lado de la cama y se empezó a curar, me levanté y me senté frente a él en la silla y agarré un gel para cicatrización y se lo empecé a colocar en las heridas de sus rodillas. Después me senté a su lado y le coloque gel en la herida de la espalda y de uno de sus hombros.

Él ni siquiera me miraba y yo no podía dejar de verlo, al menos ya no estaba a la defensiva conmigo .
Cuando terminé de colocar el gel, me puse a acomodar la cama para que se acostara.

—Debes descansar, pero primero toma esta pastilla para el dolor.

Saqué una caja de pastillas del botiquín de primeros auxilios y se la di junto con un vaso de agua.

—¡Gracias!. —Me dijo.

Me había dado las gracias, yo sólo sonreí y después lo ayude a acostarse.

—Sé que si te pido quedarme aquí contigo me vas a decir que no, así que no te voy a pedir permiso y me voy a quedar. —Le dije sin importar que me volviera a insultar y a correr.

—¡Qué! —Gritó.

Me empecé a quitar los zapatos.

—No te vas a quedar aquí y menos conmigo. —Me dijo sin dejar de verme .

—No te estoy pidiendo permiso Saeng. — Me metí debajo de la sábana. —Aquí me voy a quedar asi que deja de verme de esa manera.

Apagué la luz y la escuché suspirar. Se giró y me dió la espalda, aunque yo moría de ganas de que se girara hacía mi, pero no lo hizo, así que me acerqué a él y lo abracé de su pequeña cintura tratando de no lastimarlo, mi rostro lo metí entre su cabello húmedo.

—¡Buenas noches mi amor! ¡Te amo! —Le susurré, no me respondió aunque sabía que seguía despierto.