Veraneando con One Direction.

Capítulo 28.

Ya hemos llegado -avisó Louis.

Todos bajamos del coche menos Zayn que seguía durmiendo.

-Miradle -Anna miraba con ternura a Zayn- está tan mono durmiendo.

-Venga melón, despierta de una vez -Louis lo zarandeó.

Nada.

-¡Que despiertes! -le pegó una suave torta en la cara.

Zayn abrió los ojos desconcertado.

-¡Eres un bruto de mierda! -Anna le pegó un golpe en el brazo.

-Habló -dijo Louis sacando las llaves para abrir el maletero.

Zayn aún dormido salió del coche y se puso su querida gorra azul y blanca.

Todos nos dirigimos al maletero a sacar todo lo que nos habíamos traído, que no era poco.

-¿Quién ha metido en el coche dos miniporterías de fútbol? -las sacó Liam con asombro.

-Yo -dijo alegre el rubio.

Cuando sacamos todas las cosas, nos distribuimos de forma que todos llevaramos más o menos el mismo peso. Sin embargo a Zayn le tocó llevar dos sillas, la sombrilla y una de las miniporterías que se había traído Niall, pero de todas dormas Zayn no se quejó ya que todavía iba un poco durmiendo.

Iba delante de todos con mi bolso y mi toalla mirando alrededor y buscanso un hueco donde ponernos.

Miré hacia la derecha y ví un hueco donde nos podíamos poner. Estaba bastante cerca de la orilla, así que era perfecto.

-Allí -señalé con el dedo.

Me quité las chanclas y comencé a caminar por la arena. Pero no fue una buena idea. La arena ardía y mis pies se estaban achicharrando.

-¡Joder quema! -grité y comencé a correr más rápido.

Tiré mis cosas en el sitio que había dicho y fuí corriendo al agua. Metí mis pies y suspiré.

-Que agusto -dije en voz baja y cerré los ojos.

-¿Está fría? -gritó Liam desde el otro lado.

-Está perfecta -sonreí.

Volví donde estaban ellos y mi prima ya se había quitado la ropa y estaba en vikini. Soltó su moño y dejó caer su larga melena rubia. Ví como Zayn la miraba embobado y le dió un beso en los labios.

Eran muy monos ay.

Hice lo mismo que ella y me quité la ropa bajo la atenta mirada de Niall. Pero cuando me giré para guardar mi camiseta en mi bolso me dí cuenta que Niall no era el único que me observaba. Harry también lo hacía, y eso como siempre, me ponía muy nerviosa.

Sin darme tiempo a reaccionar, Niall me cogió como un saco de patatas y corrió hacia la fría agua.

Yo pataleaba como una cría y gritaba.

-¡Suéltame! -ordené.

-Vale. Pero antes tienes que darme un beso.

-Ni lo sueñes.

-¿Estás segura pequeña?

Asentí sin estar nada segura.

Entonces me solto de golpe y caí al agua de cabeza. Rápidamente saqué la cabeza y lo busqué con la mirada.

-¿Cómo has podido hacerme esto? -intenté atraparle.

-Tú lo has buscado -me tiró agua cegándome.