Papá Jun→ JunHao♡

Noches divertidas y de cine

La noche es hermosa-

Minghao miro a Jun y este le sonrió mirando el cielo nuevamente.

La oscuridad junto a las estrellas hacen que de verdad, te sientas en otro planeta-

Luego de la cena, Jun lo llevó a un mirador donde se observaba las luces de la ciudad. La noche había caído y el cielo despejado hacia el mejor ambiente.

Ambos sentados en el capó del auto miraban las estrellas. En silencio, ambos estaban cómodos así, simplemente dejando que la vida sorprendiera con lo que pasaría en minutos u horas.

¿Pero te confieso algo Hao?- el nombrado asintió aún con sus ojos mirando el cielo estrellado -Contigo a mi lado, la noche es mágica-

Minghao volvió a mirar al castaño quien hace mucho tiempo no observaba el cielo.

Su nariz tenía un leve rojo en su punta y sus labios estaban secos. Sus ojos decaídos y algo cansados pero a pesar de todo, se veía tan perfecto que lo enamoraba aún más de Minghao.

Debes dejar de hacer eso- sonrió mirando sus manos, estaba nervioso, las palabras de Jun lo ponían nervioso.

¿Porque?- aunque no fue específico, sabía a que se refería.

Pareciera que... Te gusto- sus mejillas ya estaban rosadas como si fuese una colegiala con su primer amor.

Me gusta la música-

Y a mí-

Me gusta las manzanas- sin darse cuenta se había acercado aún más.

A mi también- sonrió al ver los ojos risueños del mayor.

Me gustas-

Las palabras tenían poderes, así lo sintió al escuchar a Jun. Aquellas palabras lo hizo sentir como en el cielo, ligero y liviano. Los problemas se iban y las famosas mariposas se sentían en su estómago.

No importaba cuantas veces se dijera a sí mismo lo contrario, estaba enamorado de Jun. Estaba derretido por él, por sus ojos, sus palabras, sus acciones y sonrisa. Era difícil resistir la tentación de unir sus labios y olvidar todo lo demás.

Estar cerca de Jun era la mejor sensación, sentir su anatomía cerca que era rodeado por su exquisito aroma y su calor corporal. Nada era mejor que eso.

Tomando el mentón de Minghao, se acercó sintiendo su respiración de cerca. Estaba por probar sus labios una vez más y eso lo emocionaba demasiado haciendo su corazón latir mucho más rápido.

Cerró sus ojos al sentir el levemente los labios del mayor.

Pero el sonido del teléfono de Minghao hizo a ambos separarse suspirando.

Minghao se apartó unos metros tratando de calmar su respiración y sus mejillas mientras sacaba su celular para contestar la llamada de Jeonghan.

Hola ¿Están bien?- Jun bajo del capó y se quedó esperándolo mientras no podía borrar su leve sonrisa.

Si estamos bien, lamento interrumpir pero Mei no quiere dormir. Dice que no lo hará si no están aquí- Minghao alejó su celular corroborando la hora.

Eran pasadas las diez de la noche -Estaremos en diez minutos-

¿Que sucede?- Jun pregunto al ver como Minghao se acercó nuevamente.

Mei no quiere dormir sola, quiere que la arropemos- sonrió.

Bueno- abriendo la puerta del copiloto hizo una reverencia cual príncipe se encontraba frente suyo -La princesa no debe esperar-

Minghao sonrió y subió al auto.

Como había dicho Minghao, diez minutos después llegaron al departamento donde entraron haciendo el mínimo ruido. En el camino no tocaron en ningún momento el tema del casi beso, Jun para hacer el tiempo más llevadero colocó música y habló de trivialidades.

No era momento de decir algo más de lo que había ocurrido.

Las luces estaban apagadas pero en la sala estaban algunos peluches y una manta donde se encontraban acostados Jeonghan y Mei hablando. La menor en pijama rodeada de cáscaras de naranjas mientras Jeonghan le hablaba en voz baja.

¿Y luego se dieron un besito?- la pregunta sorprendió a los mayores que mantuvieron silencio para continuar escuchando.

Así es, me dio un besito, aquí- con su dedo índice, pico la mejilla de Mei quien río.

Al mirar a la entrada encontró a su papá quien el sonrió. Sin dudarlo dos veces se puso de pie corriendo para abrazarlo.

Volvieron- habló sonriendo Mei.

Si, ya extrañaba tus galletas- asintió el castaño.

Entonces mañana haré muchas más- sonrió la niña para luego bostezar.

Bien señorita, a dormir- el azabache cargo a la niña -Gracias Jeonghan, por todo- se dirigió a su hermano.

No es nada, nos divertimos mucho-

La sala quedó en silencio mientras Jun limpiaba y Jeonghan lo ayudaba con los juguetes.

El menor se quedó de pie observando al mayor que al darse cuenta paro en su acción. Lo miro expectante sin entender la mirada fija de Jeonghan en él.

¿Sucede algo?- pregunto mientras dejaba el osito de peluche de Mei en el sofá de la sala.

Jeonghan negó y le sonrió -Gracias por aparecer en la vida de mi hermano-

El mayor asintió -Es lo mejor que me ha pasado a mi, no debes agradecerme-

Las noches eran más divertidas con Jun allí. Cada noche leía un cuento para Mei de compañía de Minghao. Los relatos del castaño entretenían a la niña al cien por ciento haciendo onomatopeyas y voces a los personajes. Eran mucho más dinámicos y nunca faltaban las risas de Mei y Minghao ante sus malas actuaciones.

Sin darse cuenta, se habían acostumbrado a esas noches en compañía de alguien más.

¿Y si vemos una película?- la pregunta sorprendió a Minghao. Habían salido ambos de la habitación de Mei luego que ella se quedará profundamente dormida.

Miro el reloj de pared, no era muy tarde y nunca se desvelaba acompañado -Claro, haré palomitas-

Jun había improvisado una sala de cine. Corriendo la mesa del centro y colocando almohadones y mantas en el suelo, no se sentarían en los sofás sino frente a ellos.

Minghao se sentó a su lado cubriendo sus piernas y sonrió llevando las palomitas a su boca. El mayor colocó la película y sonrió viendo el televisor. No era necesario decir algo.

Las películas de Harry Potter eran las favoritas de Minghao, más aún las escenas donde había acción. Podría ver las películas miles de veces pero aún así se emocionaba al verlas.

Llevaban la mitad de la película cuando miro a su lado. Jun tenía apoyada su cabeza hacia atrás donde iniciaba el sofá, se había quedado dormido.

Por primera vez, dejó de lado la película y apoyo su cabeza en el sillón observando las facciones de Jun hasta quedarse igual de dormido.