Contrato finalizado

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Minghao sentía que nunca había tenido un día con tantas emociones en su vida.

Había pasado desde los nervios por el pastel de Jun, el enojo por que se había quemado el bizcocho, la alegría al verlo soplar las velas, llorar por sus mentiras y hasta la tristeza por decepcionar a sus padres.

Luego de hablar con sus padres por casi toda la noche, buscó a Mei en casa de Seungkwan que ya estaba agotada y dormida. Había quedado esperando para preguntarle a su papá que había pasado, pero no resistió y se durmió. Después de darle las gracias a la pareja llegó a casa donde le envió un mensaje a Jun que habían llegado a casa.

Cambio a su hija por su pijama, desarmó su peinado con trenzas y la arropó. Acariciando su cabello corto desordenado en la almohada.

Sentía aún el nudo de todo lo que había sucedido en esos meses. La había expuesto y eso era lo que más le dolía. Había mareado sus realidades. La había ilusionado con algo, que talvez, nunca sucedería. La colocó en medio de una mentira por no ser valiente frente a sus padres.

Y ahora estaba con sus sentimientos revueltos. Ya no sabía que sentía realmente. No sabía si eran verdaderos sus sentimientos hacia Jun. Talvez todo había sido producto de su farsa.

El cuadro de la familia perfecta lo había confundido creyendo que realmente lo amaba.

En silencio apagó la luz de la habitación y bajo por la escalera sentándose en los últimos peldaños. Se sentía como un titiritero.

¿Y si había jugado con los sentimientos de Jun? No sabía si realmente lo amaba.

¿Y si Jun se había ilusionado? ¿Y si realmente no estaba enamorado de él?

Se había enamorado de algo que no sabía si realmente tenía futuro. Y eso era lo que realmente rondaba en su mente.

Estaba enamorado de esa parte que había visto en esos meses viviendo juntos. Talvez todo había sido una ilusión suya.

Jun dejó las llaves en la entrada al llegar y se quitó el abrigo dejándolo en el perchero. Solo camino unos pocos pasos para encontrar a Minghao sentado al final de la escalera.

El azabache subió sus ojos mirándolo. Estaba triste, sus ojos lo delataban.

¿Un abrazo?- preguntó.

Minghao empezó a sentir como se nublaba su mirada por lo que solo asintió. Jun se sentó a su lado abrazándolo sin preguntar nada y el azabache se aferró al mayor soltando lágrimas desconsolado.

Solo habían jugado a una familia que no existía.

Lo siento- susurró -Arruine tu cumpleaños-

No, no es así- el mayor lo aparto limpiando sus mejillas -Comí mi comida favorita, pase tiempo con mis amigos y mi padre. Recibí regalos tuyos y de Mei-

Minghao miró sus manos unida a la del mayor. No podía seguir aferrándose a algo que no existía. Debía superarse.

Jun- el mayor lo vio a los ojos y luego sus manos como Minghao apartaba la suya -El contrato se terminó-

No podía negar que al escucharlo su mundo se paralizó. No entendía si era bueno aquello, pero por la expresión de Minghao, parecía no serlo.

Aquí llega todo- habló Minghao limpiando más sus mejillas.

Jun se sentó mirando al frente viendo la sala. Había dibujos de Mei bajo el televisor, su cámara a un lado y un cuadro con la foto del cumpleaños número seis de Mei donde estaban los tres.

¿Hasta lo nuestro?- preguntó sintiendo la presión en su garganta al decirlo.

Minghao bajo la mirada y asintió sintiéndose la basura más grande del planeta.

Jun asintió entendiendo. No sabia como lo haría, pero no podía seguir allí. Había cumplido su parte.

Talvez el destino no quería que estuvieran cerca uno del otro. Desde jóvenes pasaba lo mismo.

A la mañana siguiente Jun dejó sus dos únicas maletas fuera, lejos de la puerta.

Mei bajo las escaleras viendo a su papá que le sonrio invitándola a desayunar. Jun le sonrio a su lado tomando su taza de café también.

Hasta el momento todo seguía igual ante los ojos de Mei, pero al ver como Jun tomaba su cámara se alarmó. Desde que vivía allí, nunca se llevaba esa cámara de fotos fuera de la casa.

Junnie- lo llamó cuando el mayor se colocó el abrigo y guardo su cámara en su estuche -¿Volverás tarde?-

El castaño levantó su mirada a Minghao que apretó sus labios. Jun se inclinó hacia la menor y sonrio.

Si, voy a llegar bastante tarde- Mei miro la cámara y el mayor volvió a hablar -Deje una copia de las fotos en una cajita en tu habitación-

Beso su frente y volvió a sonreír haciendo que la menor la imitara.

Volvió a mirar a Minghao que no sabia como despedirse.

Adios, nos vemos en el estudio- el azabache asintió y el mayor se marchó por la puerta.

Tomo sus maletas y bajo por el ascensor bajando en silencio. Inevitablemente sonrio, había pasado los mejores meses en esa casa y era lo que lo hacía reír.

Mei miró a su papá que suspiró volviendo a la cocina para lavar los platos antes de llevarla a la escuela.

La niña corrió al balcón buscando el auto de Jun pero se llevó la decepción al ver como subía en los asientos traseros dos maletas.

Minghao frunció su rostro en un puchero para empezar a soltar lágrimas.

Llego a la cocina y Minghao entendió al verla llorar. Intento acercarse para abrazarla pero Mei corrió a su habitación encontrando la caja.

Con su nombre y bonitas pegatinas la abrió encontrando muchas fotos de los últimos meses.

Papá Jun→ JunHao♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora