Una cucharada de tu propia medicina

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- Este lugar es enorme- murmure en la sala de estar de MI PROPIO DEPARTAMENTO- ¿Cuanto costo?

- ¿Y que importa?- Dijo mi papá sentado en el sofá- Es tuyo, Disfrútalo

- Gracias- Adoro este lugar, esta en el centro de la ciudad y bastante cerca de la Universidad- Sabes que mamá se volverá loca cierto

- Posiblemente- Se encogo de hombros- Pero tu mamá ya no me importa- Alze una ceja hacia él- Amorosamente digo, tengo buenos recuerdo pero ya no pienso en ella como pareja, mas bien como la mujer con quien tuve una hija, nada más

- Mas te vale

- Relájate, poco me importa como reaccione tu madre ante esto, despues de todo tu con chasquido de dedos podrías tener el mundo entero- Me miro ligeramente reprobatorio, a él aún no le gusta que haya escogido ser humana, pero dice que respeta mi decisión, que posiblemente me arrepienta a los pocos siglos. Es increible para mi como habla de siglos como tiempo normal cuando a mi un siglo es extremadamente mucho tiempo. Perspectiva de tiempo mortal según él- ¿Y traeras a tu chica aquí? Podras comertela entera y nadie los molestara, este es el Penthouse

- No lo sé, quiero probar si de verdad es mi alma gemela. Intentare ver como reacciona a que estemos separadas. Si ella actua como me dijiste, intentare tener una relación con ella, si no, pues, debere ir a ver un psicólogo por obsesión

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- ¿¡QUE ESE IMBECIL QUÉ!?- Se escucho un grito enorme, Artemisa miro a su alma gemela quien estaba entrando a la habitación hablando por teléfono, dicho grito salio del teléfono

- Me dio un departamento- Se encogio de hombros a pesar de que su madre no podia verla- Se estaba disculpando creo

- ¡Escuchame bien Ángela Kristin Miller TE PROHIBO HABLAR CON ESE HOMBRE!- Ángela se sento en su cama y se masajeo la frente, sabia que era normal que su madre actuara así pero su parte independiente no le gustaba que le prohibieran algo

- Mamá, ya lo hize y seguire haciéndolo, enojate lo que quieras, pero el tipo ya se disculpo conmigo y me explicó sus razones. No se escuso y admitio su culpa, así que seguire hablando con él mientras siga siendo confiable

- Ángela...- Escucho como su madre suspiro- Has lo que quieras, pero que a mi ni se me acerque

- Hecho- Ángela sonrio cuando Artemisa se sento en sus piernas y con cuidado acaricio su cara, viendo como Artemisa estaba a punto de ronronear del gusto. Okey, podria ser el hilo rojo o Artemisa tenia complejo de gato. Teniendo en cuenta que a veces se escondia entre las sabanas y solo se veian sus ojos o miraba fijamente algunas luces, si podia ser el complejo de gato- Te veo luego mamá- Y corto antes de que su madre se volviera a enojar

- ¿Como te fue con tu papá?- Pregunto Artemisa disfrutando las caricias de Ángela

- Bastante bien, almorzamos, me explicó algunas cosas como el dolor en mi pecho y me dio un departamento- Se encogió de hombros acostandose en la cama y atrayendo a Artemisa contra ella (Arty estaba en la gloria)- Por mientras quiero relajarme antes de tener que contarle todo a Diana

- Me gusta la idea- Claro que le gustaba, se aferraba a Ángela como si fuera un koala, disfrutando de sus caricias. Ángela iba a hablar cuando un sonido de golpeteo sono en la puerta, llamandole la atencion a ambas. Angela se quizo levantar pero Artemisa le detuvo- ¿¡Quién!?

- Yo Artemisa- Aquella voz era de un hombre e hizo enojar un poco a Ángela, quien estaba comenzando a notar los efectos del Hilo Rojo al fin

- ¿¡Puedes decir al menos tu nombre!?- Le gruño Ángela sujetando a Artemisa de la cintura, se sentia tan bien ser posesiva y que te dejen serlo

No soy una diosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora