🧳. Necesidades.

323 33 19
                                    

Disculpen si los guiones aparecen cortos, Wattpad aveces los cambia por defecto.

Ahora si, no molesto y los dejo leer el nuevo capítulo!

(Este es cinco días antes al ataque de la serpiente)

•────────────•❀•─────────────•

5 días antes...

—¡Cheryl! Maldita sea, ¿Estas lista? ¡baja ya! ¡O no te llevaré y te irás caminando! —exclamó la rubia desde el primer piso de la modesta casa, solo para ellas dos.

—¡No grites! Estoy bajando —hizo su grandiosa aparición, haciendo sonar sus tacones contra la escalera.

—¡Por fin! Vamos.

La rubia salió a la calle, directo a su auto... donde no lo vio.

—¡¿Y el auto?!

—En el taller... para la revisión mensual... —respondió la pelirroja, un débil rubor apareció en sus mejillas, recordando que en realidad no era la revisión que mantenía allí el preciado auto de su hermana, sino el gran choque que éste tenía, producto de un descuido que tuvo por no haber puesto el freno de mano al bajarse. Provocando que el cajón con ruedas chocará en un árbol.
Aquel motivo obviamente no se lo había dicho.

—¿Acaso no le hicimos una ya?

—Madre dijo que por si las moscas, había que hacer otra. Más vale precaver que lamentar, hermanita —tomo del brazo a la rubia y la guió a través de la calle. En dirección al infierno educativo, llamado Riverdale High.

Elisabeth mantenía muy buenas calificaciones, lo que causaba más envidia de parte de la gente local del lugar.

Era injusto, ella lo sentía así, era completamente injusto que por un tipo que solo anotó un par de puntos, ya la odiaban a ella, gente que ni siquiera se tomó el maldito tiempo de conocerla.

—¿Estás bien, Betty? —preguntó Cheryl, la cual vio que su hermana desviaba la mirada en cuanto unas personas pasaban frente a ellas.

La rubia contestó que se encontraba perfectamente, más no la miró.

🧳🧳🧳

El primer día del cuarto y último año jamás había sido fácil, las preparaciones, pruebas de admisión, universidades, becas...
Para nadie era en un abrir y cerrar de ojos, aquel era un proceso lento, a veces muy estresante.

Lo que nadie te decía de aquel proceso era que, si bien nadie se lo llevaba fácil, habían personas a las cuales les costaba menos que las demás ¿por inteligencia? No. Por dinero.

Aquel era el caso de nuestro Jughead Jones, tenía miles de facilidades.

—Hijo, siempre tienes que tratar al dinero con responsabilidad, no puedes desperdiciarlo en cualquier antojo que se te venga en gana —advirtió la madre de éste, la cual le enseñaba lecciones sobre "humildad".

—¡Querida! —su padre se hizo presente—, ¡Acabo de comprar una pistola que dispara aderezo! ¡Te mataré con un disparo de Ketchup! —río y apunto con la pistola de juguete rojiza. Su hijo de nueve años tan solo se dedicó a darle una mirada reprobatoria y graciosa.

VIAJEROS | BugheadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora